Capitulo 15

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¡¿Qué?!

La pregunta vino de tres bocas diferentes.

- ¿Vos... yo... que?

Sophia no podia encontrar una forma de expresar lo su amiga había gritado. Tenía que ser un error. ¡Dios! su mejor amiga no podía estar diciendo que la amaba.

- Yo siempre te he amado. Tu fuiste tan dulce y amable, la primera vez que hablamos. Parecias una princesita. Siempre sonriendo y feliz. Me hacías sentir especial, parecía que hubiese perdido la razón.

Claro que era eso, ella había perdido la razón.

- Claro que fui amable, era la primera vez que hablábamos, estaba nerviosa y quería hacer amigos. Y eso es lo que hacen lo chicos en su primer día de colegio. Siempre sonreía porque mi madre me decía que la gente feliz era las que hacían amigos no los tristes. Siempre tenía una sonrisa plasmada porque era lo que mi madre me había enseñado, a sonreír a todo aún cuando estuviera triste. Justin fue quien me hizo entender que no debía que hacer eso, que si quería llorar, llorara, si quería gritar, gritara o si simplemente quería no hablar que no lo hiciera, que el... Siempre estaría conmigo.

Y lo había estado, siempre. Cuando ella se había enfrentado a su madre para cambiar de carrera porque no le gustaba la medicina, cuando su madre decidió quitarle el apoyo financiado para ello, cuando se quedó sola porque su madre había muerto de cáncer de pulmón. El siempre estuvo allí. No importaba que fuera, Justin había estado con ella. En todo momento, aún cuando quería estar sola. Él no la dejaba. Siempre se quedaba en la misma habitación con ella, sin hablar ni moverse, sólo allí. Abrazandola, consolandola, entendiendola. Podía verlo en sus ojos, es lo que pasará, Justin no la dejaría sola, jamás.

- ¡No! No lo mires.

Abby se acercó y tomo su rostro entre sus manos, con fuerza.

- Mirame a mí. ¿Por qué no puedes mirarme a mi?

La soltó de repente haciendo que su cabeza rebotara contra una almohada.

- Yo siempre estuve allí. En todo momento. ¿Por qué lo veías a él y a mí no?

Abby comenzó a pasear por la habitación. Parecía que estaba perdiendo la cabeza.

- Porque me ama. Siempre lo hizo.

Justin miro a su esposa a los ojos.

- Ella siempre me amo, como yo la amo a ella.

Su vista se vio interrumpida por la imagen de Monique. Se había puesto delante suyo para evitar que Abby lo golpeara de nuevo.

- Justin tiene razón, Abby. Vos lo sabes. Desde el primer día que lo vi, te lo dije. Te dije lo mucho que me gustaba. Y cuando nos hicimos novios, cuando me propuso matrimonio. Yo siempre te lo dije.

El bofetón que su amiga le propinó fue totalmente inesperado. Su rostrobera rojo y sudaba. Parecía totalmente desencajada.

- ¡No la toques!

Justin comenzó a forcejear de nuevo contra las sogas que lo tenían atado a la silla. Desde el piso parecía ser más fácil liberarse. No iba a permitir que esa loca, lastimara a su esposa.

- Perdón. Perdóname, bebe. Lo siento. Yo no quería. Perdón, perdón.

Comenzó a acariciar su rostro con delicadeza. Estaba loca. Y Sophia ahora sólo tenía por la vida de su bebe, si no también por la de Justin y ella.

- Abby. Vos sabes que siempre fuiste muy importante para mí.

El rostro de su amiga se suavizo y la mirada era de devoción. Mierda, ¿Cómo es que nunca se había dado cuenta?

- Nadie nunca va a ocupar el lugar que tu tienes.

Su rostro se desencajo de nuevo y se levantó de la cama de un salto.

- ¡No, no, no, no! Yo no quiero eso. Quiero el lugar de él.

Señaló a Justin. Sophia se dio cuenta de que su marido estaba intentando liberarse. Monique estaba frente a él protegiendolo en caso de que Abby enloqueciera, pero no lo miraba. Entretendria a Abby el tiempo suficiente para que Justin pudiera liberarse.

- No puedes ocupar su lugar, así no es como funciona. Además, vos sos más importante que él, tal vez, la más importante.

Abby se giro y la observo. Perfecto ya no se acordaros de Justin.

- No lo creo, yo hice todo por ti. Te ayude, te di concejos sobre relaciones y hombres, para que salieras con él porque pensé que te daría cuenta de que no debían estar juntos. Soporte que me hablaras de su primer beso, su primera vez juntos, hasta te Di concejos de como seducirlo, porque pensé que te daría repulsión cuando te tocara. Soporte cuando me dijiste que se casarían, la luna de miel, vivir juntos. Todo, lo soporte yo.

Suspiró profundamente como si le doliera hacerlo. Sophia no pudo evitar pensar en todos aquellos momentos que Abby decía. Nunca había visto el menor indicio de que ella sintiera repulsión al escucharla. De hecho en mas d una ovación su amiga se ofreció a darle consejos.

- Incluso te ayude a ver que él te engañaba. Te lleve a ese café y nos sentamos justo al lado de la ventana para que lo vieras. No fue una casualidad.

¿Ella lo hizo a propósito? ¿Cómo lo supo? Abby respondió a su pregunta no formulada.

- Monique y yo, no sólo vivimos en el mismo edificio, somos vecinas, ella vive un par de puertas más allá que yo. Nos hicimos amigas desde que me mudé aquí hace tres años. Imagina mi sorpresa cuando me contó que estaba teniendo una aventura con un hombre casado. Mayor fue cuando me dijo donde trabajaba. Esa misma tarde, por casualidad me encontré con ella cuando salía y me dijo que se verían en un hotel. La curiosidad me pudo, así que llegue allá para ve con quien se reuniría, y resultó ser nada más ni nada menos que tu amado Justin. Me tomo un tiempo decidir que haría con aquella información.

Bueno, después de todo, Abby no la quería tanto como decía. De lo contrario le hubiese evitado aquel dolor. Aunque claro, era parte de su plan.

- El que lo vieras era parte de mi plan. Vos tenías que odiarlo. Siempre dijiste que la infidelidad era algo que no se podía perdonar. Así que pensé ¿Por qué no? Si Sophia se enterara lo odiaba y así que era dejarlo, pero después decidí que además de ello, quería venganza contra el por el tiempo que me quitó contigo... Y eso hicimos. Bueno yo pensé que tu lo harías. Pero habían pasado los días y me di cuenta de que no hacías mucho por dejarlo. Además Monique me contó que ella y su amante se habían alejado, que el ya no la buscaba como antes y me preocupe, porque no sabía si había conseguido a otra o vos lo ibas a dejar.

Abby hizo una pausa, parecía contar la historia de un libro. Algo interesante, considerando que era su vida.

- Cuando te llame la otra noche para que te reuniera conmigo fue para ver como ibas y que tan pronto lo dejarías. Que vieras a Justin afuera con Monique no fue una concidencia. Ella estaba en pijama, pensé que entenderias el mensaje, que te seguía engañando, que estuvo con ella en la cama, de nuevo. ¡Pero no! No lo hiciste, ¿Por qué? ¿Por qué no lo dejaste?

Su amiga comenzó a pasearse de un lado a otro de la habitación, giro la cabeza y vio a Justin, estaba casi libre, tenía que atraer la atención de Abby pero ya no sabía como.

- Yo... no podía.

Dios, el aire le faltaba, no podía decirle a Abby las razones de porque no podía dejar a Justin, si le decía porque lo amaba ella podía enloquecer, pero si le decía del embarazo no sabía como se lo podía tomar.

- ¿Por qué? ¿Por qué no podrías?

Santi cielo, no podía respirar. El rostro de Abby estaba muy cerca de su cara y la mirada en sus ojos la tenía paralizada.

- ¡¿Por qué?!

- ¡Porque estoy embarazada!

Marido Infiel ➳ J.BDonde viven las historias. Descúbrelo ahora