Capitulo 2

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Conteniendo las lágrimas, salió del lugar corriendo. Ella sabía que él le era infiel. Pero una cosa era saberlo y otra muy distinta, verlo con sus propios ojos. Un par de cuadras más adelante Abby la alcanzo y la tomo en sus brazos. Consolándola la guio hacia un pub cercano. Llevaban más de media botella de vodka, ella no bebía pero sentía que no había otra forma de ahogar sus penas. Su marido, el hombre al que amaba, le era infiel. En ese momento estaría en ese mohotel revolcándose con la otra. Su pena era tan amarga que se toma un vaso de vodka entero. Le quemo la garganta pero eso era mejor que el dolor de su corazón rompiéndose.

-Debes vengarte. - la voz de su amiga sonaba extraña, pensó quizá era por la cantidad de alcohol que habían consumido. Ninguna acostumbraba beber. - Debes vengarte, Sophia.- Le pareció absurda la sugerencia. ¿Cómo iba a vengarse, si a él, ella no le importaba? Tenía una amante. - Debes vengarte y ya sé lo que vamos a hacer.- La sonrisa en el rostro de Abby era espeluznante y la asustaba, pero ella estaba tan dolida que no le importo. Quería vengarse, verlo sufrir, como él la estaba haciendo sufrir, que llorara y le doliera tanto o más de lo que le dolía a ella. Y lo haría, lo haría llorar, y sufrir, y retorcerse de dolor. Y lo disfrutaría.

El dolor de cabeza la estaba matando. Beber hasta casi ahogarse con vodka no era una buena manera de matar los problemas. Le dolía todo el cuerpo, su estómago se encontraba revuelto, y por alguna extraña razón, sus pies la estaban torturando. Intento abrir los ojos para ver a su alrededor, la luz era tan intensa que los tuvo que cerrar de nuevo. Con un gemido se dio la vuelta en la cama e intento abrirlos otra vez. Estaba en su habitación, las cortinas estaban cerradas y estaba sola. Miro en la mesilla para ver la hora y casi soltó un grito cuando vio el reloj. Eran más de las 2 de la tarde.

Se sentó en la cama y descubrió que estaba desnuda bajo las sabanas. Giro la cabeza y vio que en la mesita de noche había una bandeja con un vaso de agua y analgésicos. Agradecida tomo dos de las pastas y se bebió todo el contenido del vaso. Recostó de nuevo la cabeza en la almohada, preguntándose como había terminado la noche, como había llegado a casa, y sobretodo, quien la había desnudado.

Lo último que recordaba del día anterior, era a Abby hablándole de los planes de venganza contra su marido. Tan pronto pensó en ello, el recuerdo de su esposo siéndole infiel y entrando en ese motel con la rubia, la golpeo. Cerró los ojos mientras el dolor en su pecho comenzaba. Giro la cabeza y vio la bandeja donde estaba el caso vacío. Bueno por lo menos se había molestado en dejarle una pastilla para el dolor, antes de irse a trabajar y luego con su amante, pensó amargamente.

Luego de media hora de una relajante ducha con agua caliente, entro al armario para ver que se iba a poner, el teléfono de la mesita sonó, imaginando que sería Abby para ver como había amanecido dejo que la contestadora tomara el mensaje. La voz de su marido resonó por todo la habitación.- Bueno, te llamaba para ver como habías despertado. Supongo que aun debes estar durmiendo. Ayer llegaste bastante tarde y tomada. Te deje unos analgésicos en la mesita. Llegare tarde esta noche, así que si quieres descansar y pedir comida para cenar tu sola, no hay problema. Supongo que con la resaca que tendrás al despertar, no querrás hacer nada. Bueno, te dejo. Adiós.

Su corazón había brincado al escucharlo, hacia tanto que el no llamaba en el día para hablar con ella, que el que llamara para ver como amaneció, le había derretido el alma, pero claro, el no llamaba porque se preocupara por ella o porque le interesara, lo hacía para decir que llegaba tarde por estar con su amante. Fue una ilusa al pensar otra cosa. Cerró los ojos y le marco a Abby, tenía que comenzar con su plan ahora.



Marido Infiel ➳ J.BDonde viven las historias. Descúbrelo ahora