Capitulo 2: Rivalidad?

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Ya era viernes, la semana había pasado con tranquilidad, por ser la primera semana después de entrar a clases.

- Amor, hoy es día de Club ¿ahora si vas a venir con nosotros? Nos vamos a divertir - le pregunto Román dándole un piquito.

- ¡Si!, vamos Vic, vamos a divertirnos - le dijo Samantha que estaba abrazada de la cintura por James.

Victoria dudo un poco, a ella no le gustaban ese tipo de lugares, tanto como a sus amigos, no los disfrutaba, se divertía, si, pero a veces prefería quedarse en su casa, leyendo un libro, viendo tele o viendo películas. Pero recordó lo que Sam le había dicho el primer día de clases, sobre vivir la vida, y pasar más tiempo con sus amigos y Román, así que acepto.

- Ok, vamos - le dijo sonriendo a Román

- Vas a ver no te arrepentirás - esto se lo dijo en el oído de forma sexy, provocándole un estremecimiento y que se arrepintiera de inmediato.

En el almuerzo se empezó a sentir incomoda mientras comía lo que le había traído Román, porque empezó a ponerse cariñoso y le tocaba la pierna y la espalda y de pronto saco el tema de tener relaciones sexuales, lo que hizo que a Victoria se pusiera como un tomate, se indigno y se le fue el apetito.

-Román, estamos en la cafetería, cualquiera podría escucharte - lo reprendió y quito la mano de su pierna.

- Pero Vic, es lo normal, todas las parejas lo hacen- se estaba empezando a frustrar.

-Shh... no hables tan fuerte y sabes que no me gusta que hablemos de eso y menos en público.

Román soplo frustrado y un poco molesto por las evasiones de Victoria, pero él no se iba a dar por vencido tan fácil.

Pero el timbre del fin del receso la salvo de esa situación tan incómoda para ella. Román se paro y recogió sus bandejas y las llevo a su lugar; ahora era más distante y no le dirigía la palabra, ni siquiera la tomo de la mano como siempre lo hacía, simplemente se dirigieron a la salida de cafetería.

Cuando se iban acercando a la mesa de Bruno - que los estaba observando- y sus primos, que estaba casi a la entrada de la cafetería Román se detuvo, tomo a Victoria de la mano y la jalo hacia él, la tomo de la cintura, pegándola a su cuerpo y la beso apasionada y fuertemente. Victoria se dio cuenta de por qué había hecho eso y no era la primera vez.

Román y Bruno tenían una rivalidad muy fuerte, por razones que ni Victoria sabia. Bruno había llegado arrebatándole el título de "El más Guapo" de toda la escuela. Los que fue un gran golpe al ego de Román ya que desde primer año, el había sido el mejor en todo. Pero había algo más fuerte que un titulo, algo más profundo que nadie sabía más que ellos.

Había llegado a oídos de Román que a Bruno le gustaba Victoria, lo que lo puso más furioso, a celar más a su chica y hacerle saber a Bruno, que Victoria solo era de él.

Bruno se paró de su silla y paso al lado de ellos sin decir nada, saliendo de la cafetería, con su singular y atractivo estilo, aparentemente sin inmutarse, pero por dentro si sentía un poco de rabia y celos, lo que el escondía y la gente sospechaba, es que Bruno si se sentía atraído por Victoria y mucho.

Bruno sentía lastima por Román, por que Bruno, podía tener a Victoria a sus pies cuando él quisiera, notaba la atracción que había de ella hacia él, podría arrebatársela fácilmente, pero él sabía que no lo haría, no soportaba verla con el imbécil de Román, en los pocos meses que había estado en la escuela veía como la trataba, a veces la besaba a la fuerza o no le daba su lugar, ese tipo de cosas enojaban enormemente a Bruno.

Bruno se reunió con sus primos después de clases, en el estacionamiento, los dos estaban enfrente de su auto esperándolo con impaciencia.

- Mi padre pregunta que si ya está el trabajo que les encargo - dio Bruno de mala gana y aun molesto.

- Claro que sí, mi Brunito, nosotros nunca te quedamos mal - dijo el castaño, con grandes ojos marrones, llamado César - el paquete ya fue enviado.

- Y entregado - concluyo el hermano gemelo, también castaño, era el más bajito de los tres, pero con una gran personalidad, que también traía vueltas locas a las chicas - por que de tan mal humor, ¿sigues enojado por lo que paso en la cafetería? - dijo Alejandro.

- Deberías partirle la madre al imbécil ese - dijo César, enseñando sus puños.

- Sabes que no podemos hacer eso, los clanes se enfrentarían, aun que créeme que ganas no me faltan - dijo Bruno dirigiendo la mirada hacia el deportivo de Román, donde se subían el y Victoria.

- Bueno, deberías enseñarle quien manda, quítale a su chica, si tanto la quieres para ti, hazlo. - dijo Alejandro incitándolo.

- Saben que no haría eso, los tiempos en los que hacia ese tipo de cosas ya pasaron, no la pondría en peligro como él lo hace - dijo viendo como se marchaban en el carro Victoria con Román.

- De verdad que has cambiado demasiado, ¿donde quedo el Bruno que salía con millones de chicas y todas venían hacia él con tan solo tronar dos dedos? - se pregunto Alejandro.

- Bueno cambiando de tema, vamos hoy en la noche al Club de Diego ¿no?, conseguí una chicas, bien buenas - dijo César interrumpiendo a Bruno para contestar la pregunta de John.

- No creo, poder ir, tengo que arreglar unos asuntos - dijo Bruno aburrido.

- Vamos es una noche, te la pasas trabajando, cuando hay gente que puede hacer eso por ti, relájate un poco, con chicas, buena música y unas copitas.

- Sabes que yo solo puedo hacer ese trabajo, no cualquiera - Bruno reflexiono un poco, necesitaba tomar y relajarse un poco - pero está bien los acompañare.

- Así se habla, ¡que regrese el Bruno de antes! - grito César ya adentro del auto.


Amor en la MafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora