Capitulo 3: Ayuda

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Capitulo 3: Ayuda

El timbre del departamento de Victoria ya había sonado eran las 8:05 exactamente, ella se apresuro a ponerse un poco de perfume, se acomodo el corto vestido azul de un solo hombro y se fue a la puerta a abrirle a Román.

- Hola amor, te vez preciosa – él la tomo de la cintura y la beso apasionadamente, Victoria sintiéndose un poco incomoda se separo de él tratando de lucir normal.

- Nada mas tomo mi bolso y nos vamos – quito las manos de Román de su cintura y se dirigió a su cuarto.

Fue por el, se dirigió a la cocina por las llaves, no las encontraba y justo cuando las encontró Román la sorprendió agarrándola de la cintura y besándole el cuello. Victoria se sintió realmente incomoda. El empezó a besarla con más insistencia, en la nuca y el cuello.

- Román...- Victoria quiso quitar las manos de Román de su cintura, pero no pudo, la tenia prensada contra la barra de la cocina, en ese momento ella se sintió ahogada, pero el sonido de su celular la salvo. – Román, mi celular – trato de que parara y se zafó de su agarre- está sonando.

Román paro y Victoria dio gracias mentalmente, se dirigió a la sala y contesto.

Román se apoyo en la barra de la cocina, no podía creer que su propia novia no quisiera estar con él, se sentía frustrado y enojado a la misma vez, ansiaba tener a Victoria y ella no cooperaba en su relación para dar el siguiente paso, ya le había dado demasiado tiempo y ya no podía esperar más, la chica más popular de la escuela tenía que ser de él y solo de él.

- ¿Quién era? – pregunto ya en la sala, aun molesto y de mala gana.

- Samantha – Román volteo los ojos – dice que ya llegaron, que nos esperan allá.

- Vámonos – dijo bruscamente, salió y Victoria cerró. Ella se sintió mal, por su comportamiento; subió al carro y se dirigieron al Club.

Al llegar al lujoso Club, los dejaron entrar sin hacer fila, ya conocían a Román y sabían que era un cliente frecuente, ellos se fueron a la zona VIP como siempre, pero ahora en una mesa más alejada, ahí los estaban esperando Samantha y James, quienes se estaban comiendo a besos.

- MMrg... - carraspeo Román atrayendo su atención.

- ¡Chicos! Tardaron... – dijo Sam colorada, acomodándose el vestido.

Román la ignoro completamente, se sentó y rápidamente pidió una copa, de algo de lo que estaba muy seguro era de que ese día, Victoria iba a ser de él, costara lo que costara, ya estaba cansado de sus constantes rechazos.

Ella tomo asiento junto a él – ¿Quieres ir a bailar?-

- Sabes que no me gusta- dijo groseramente tomando de la copa que les acababan de traer.

A cambio de bailar la empezó a besar ansiosamente, lo que tomo a Victoria desprevenida, ella se zafo excusándose de que tenía que ir al baño, el enfadado la soltó y pidió otra copa.

Ella se fue corriendo al baño a llorar, ya era la segunda vez en la noche que Román se le besaba de otra forma y ella en verdad no quería, no se sentía aun preparada para dar ese paso.

Se limpio las lágrimas y salió hacia el ruido, se sentía mal, mareada y le dolía la cabeza, lo único que quería era irse de ahí.

Camino hacia su mesa, pero en el transcurso se encontró con unos ojos azabaches que la miraban intensamente desde el balcón de la planta de arriba, ese era la parte más exclusiva del antro llamada "Golden VIP". Vitoria ya había visto un par de veces a Bruno por ahí, a veces con sus primos o solo. Una chica no muy alta, morena, con un vestido muy ceñido color rosa palo, se le acerco y se sentó en sus piernas, Victoria no quiso ver mas y siguió su camino, cuando llego vio que Román platicaba con James, así que ella se puso a platicar con Samantha.

Conforme transcurría la noche Román empezó a tomar cada vez más, copa tras copa, hasta ponerse borracho, como sus amigos y por eso a Victoria no le gustaba venir, por que cuando se ponían a ese punto ella tenía que cuidarlos.

- Chicos, nosotros nos vamos, vamos a tener una noche larga, y es mejor empezar desde ahora, así que nos vemos – dijo James agarrándole el trasero a Samantha, que también estaba ebria.

Se fueron sus amigos y se quedaron solos en la mesa.

- Creo que nosotros también deberíamos tener una noche así ¿no crees? – Román sonrió maliciosamente

- Román, ya te dije que todavía no y menos en el estado en el que estas – dijo una Victoria seria

- Estoy cansado de que me rechaces ¿Sabes? – le reprocho Román, en un tono más fuerte – Hoy si vas a querer ser mía, y no habrá rechazos- le grito y la agarro de la cintura, atrayéndolo hacia él con fuerza

- ¿Román que haces? Ya te dije que no – dijo Victoria tratando de alejarse de él desesperadamente, trataba de empujarlo, pero Román era unas 5 veces más fuerte que Victoria.

Él trataba de besarla a la fuerza, ella trataba de evitarlo, pero no podía, sus manos recorrían sus caderas violentamente, hasta encontrarse con sus largas piernas y fue subiendo hasta sus glúteos, sus labios recorrieron, su cuello y orejas con fuerza, Victoria empezó a gritar, pero entre tanto ruido y gente, nadie se daba cuenta. La gente pensaba que eran otro par de gente cachonda, Victoria estaba realmente asustada, no podía creer que Román estuviera tratando de abusar de ella; con todas sus fuerzas trato de soltarse de él, pero él era muy pesado y fuerte, todo su peso caía sobre ella sofocándola; él la estaba lastimando de sobremanera y las lagrimas empezaron a correr por el rostro de Victoria.

Ella se sintió vomitar, por todo lo que le estaba pasando, pero como había llegado el peso de Román sobre de ella, se fue, vio ante sus ojos como, Bruno le quitaba de encima a Román y lo sostenía del cuello de su camisa, casi rasgándola, lo golpeo tan fuerte que quedo inconsciente en el suelo de un solo puñetazo.

- ¿Estás bien? – le pregunto preocupado, sentándose junto a ella.

Victoria rompió en llanto y a Bruno le movió el corazón verla así, sin darse cuenta la atrajo hacia él y la acuno con sus brazos, Victoria lloro en su pecho, estaba temblando y muy asustada.

- Ven, te llevare a tu casa – la ayudo a levantarse, Victoria estaba muy mal sentía que le flaqueaban las piernas, pero Bruno no la dejo caer.

Ya afuera mando a traer su coche, un "Camaro" rojo, convertible; la subió al coche con sumo cuidado, Bruno quería matar a Román por lo que le había hecho, había estado a poco de violarla, sentía una impotencia incontrolable; se subió del lado del piloto y arranco el carro, dejando a sus primos adentro del antro, pero ya sabía que no notarían su ausencia, por eso no le preocupaba.

Bruno se paro en el primer minisúper que se encontró para comprarle una botella de agua y un tranquilizante, se lo dio para que se lo tomara y le hizo que tomara unos tragos más al agua. Se tranquilizo notablemente.

Bruno le pidió las calles de donde vivía para llevarla, cuando llegaron Victoria ya estaba tranquila, calmada, pero aun asustada.

- Gracias, por impedir que me hiciera daño y traerme a mi casa – le dijo Victoria, con los ojos notablemente hinchados.

- No, hay de que, ¿quieres que te ayude? – le pregunto abriéndole la puerta del copiloto.

- No, gracias ya mucho has hecho por mi, puedo subir yo sola – le dijo.

- Ok, bueno, nos vemos, si necesitas cualquier cosa, solo dímelo – se despidió Bruno sin moverse.

- Muchas gracias, de verdad- le dijo - adiós – dirigiéndose a las escaleras para subir a su apartamento.

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Amor en la MafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora