Capitulo 4: Gracias

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Capitulo 4: Gracias

Al día siguiente, Victoria, ya estaba más tranquila, con la mente clara, había tomado muchas decisiones en la noche, que le impedían dormir, mil cosas le daban vuelta a su cabeza, pero ya tenía claro lo que iba a hacer y decir.

Salió temprano para dirigirse a la parada del autobús escolar, espero máximo unos 5 minutos, cuando ya había llegado, se subió y fue una gran sorpresa para los que estaban adentro encontrársela ahí, ya que ella nunca viajaba en autobús, llevaba muchos años sin hacerlo, desde que empezó su relación con Román.

Todos los alumnos de su alrededor cuchicheaban entre sí, ella se sentó sola, en el asiento y miro por la ventana, mirando como el camión se paraba en cada estación de bus.

A pesar de estar un poco incomoda con las mirada, se sintió bien consigo misma, la ida en autobús le recordaban tantas cosas de su niñez, que fue reconfortante estar ahí, era como estar otra vez en la primaria.

A la hora de llegar, muchos de los alumnos la dejaron pasar, sin duda Victoria era muy respetada en la escuela, no por algo era la capitana de las porristas y reina de la escuela por 2 años seguidos.

Bajo, el ultimo escalón del autobús y enseguida su mirada busco un deportivo negro en el aparcamiento, en lugar de eso se encontró con un cabello despeinado azabache, recargado en el mismo convertible rojo que ella había visto la noche anterior.

Tomo camino hacia allí, hasta quedar a un metro de Bruno, frente a él, él la miro sorprendido de que estuviera ahí, la contemplo un momento, tenía ojeras, los ojos hinchados y se notaba cansada.

- Creo que nosotros nos vamos – dijo César, dirigiéndose a la entrada, Victoria apenas se había percatado de la presencia de los hermanos.

- Am... Quería decirte gracias otra vez... por lo de ayer, si no hubieras llegado no se qué hubiera pasado y también por llevarme a mi casa – dijo un tanto nerviosa al recordar la noche anterior; recordarlo la asqueaba, todavía podía sentir las manos de Román por todo su cuerpo.

- No hay de que, él te estaba lastimando y eso no lo podía permitir – le dijo serio y un poco distante

- Si, lose – suspiro - Muchas gracias de verdad.

- De que – le dedico una sonrisa nerviosa, no estaba acostumbrado a que la gente le diera las gracias.

- Nos vemos- Victoria también le dedico una pequeña sonrisa y con eso se dirigió a las puertas de la escuela. En ese momento se sintió muy bien consigo mismo, hacia mucho que no hacia algo bien por alguien.

A la hora del almuerzo lo esperaban sus primos en la mesa de siempre con una sonrisa picarona.

- Porque me miran así, si se puede saber – dijo tranquilamente, estaba de muy buen humor para pelear.

- Pues ya vez, se escuchan tantas cosas y queremos saber si son ciertas – dijo con una sonrisa maliciosa, John.

- Ya saben que no me interesan los chismes – dijo sentándose en la mesa, con una expresión de aburrimiento.

- ¿Entonces no querrás saber que Victoria rompió con Román? – dijo César también maliciosamente

- ¿Rompieron? – pregunto rápidamente Bruno.

- Si, es el chisme que le está dando vuelta a la escuela entera, pero no se sabe la razón del ¿por qué?

- Deberías quitársela Bruno, así le daría más coraje a Román, saber que el final tu te quedaste con su novia.

Bruno negó con la cabeza y se molesto con su primo al referirse a Victoria como un objeto, además lo que menos quería era enamorarse.

Opto por no decir nada y voltear hacia la mesa donde generalmente se encontraba, pero solo vio a James y Samantha, que hablaban seriamente y se podría decir que hasta enojados. El decidió buscarla con la mirada, por toda la cafetería, encontrándola en una mesa arrinconada, ella sola, como ida.

Sabía que había estado llorando, tenía los ojos hinchados y rojos, trataba de disimular con la mirada gacha, ante los demás alumnos, pero él perfectamente se daba cuenta. Se imagino lo duro que fue para ella tener que volver a ver a la cara al hombre que intento violarla y encima que sea tu novio.

- Ahora vuelvo – dijo parándose de su silla, sus primos lo miraron confuso, pero él no dijo nada, solo se dirigió a esa desolada mesa, donde se sentaba la pequeña chica de cabellos rubios.

- ¿Te encuentras bien? – dijo tomando asiento en la silla que estaba enfrente de ella. Ella levanto la mirada y él se percato que sus impresionantes ojos azules resaltaban mas con sus ojos llorosos, pero aun así no le gustaba nada verla en ese estado.

- No, pero lo voy a estar – suspiro.

- Me entere que rompiste con él, los chismes corren como pólvora.

- No me sorprende - ella lo volteo a ver a los ojos, jamás podría acostumbrarse a ellos, eran asombrosos – fue lo mejor que pude haber hecho.

Antes de que Bruno pudiera decir algo, ya había sonado el timbre de fin del almuerzo.

Ella se levanto con cara de cansada y agarro su mochila.

- ¿Quieres que te acompañe a tu siguiente clase? – le pregunto.

- No gracias, yo puedo sola – le dedico una gran sonrisa y se dirigió a las puertas de salida.


Amor en la MafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora