Begging

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Si no se lo pedia se iria un año, un año completo y no lo volvería a ver hasta que empezaran los entrenamientos de la copa Mikasa. A Rusia un año, porque su abuela vive alla y le consiguió un internado en la Russian Dancing Company lamentablemente ese boleto no incluía a Shizuku así que mirándolo a los ojos le dijo

- Si te vas a ir un año, al menos cumple tu promesa Kiyoharu

- Pero, tu...aun no - Hyodo estaba confundido, Shizuku era hermosa, tenía un cuerpo bello, él mismo había presenciado la forma en la que los hombres la miraban y esa promesa - Shizuku, no es posible que...

- Ya se, me veo ridícula ante tus ojos, 27 años y una virgen - levantó los ojos llenos de lágrimas - cumple tu promesa Kiyoharu

- Shizuku, pero yo...

- Por favor, te lo estoy rogando...tal vez ya no regreses y yo - sollozo un poco - tu eres el único al que le tengo confianza.

Kiyoharu tomó el rostro de Shizuku y la beso en los labios, le limpio las lágrimas, le besó el cuello y los hombros. Shizuku subió sus manos al cuello de Hyodo y acaricio ese rebelde cabello ¿Cuantas veces habian estado asi de juntos? prácticamente toda la vida, no había recuerdo en el que Kiyoharu no estuviera y se dio cuenta que mientras ella fuera una bailarina y tuviera una pareja la posibilidad de estar con alguien era prácticamente nula, porque se debía a Kiyoharu, a su talento, a su liderazgo al bailar y un hombre común no podría aceptar una mujer que ya tenía una pareja así que le hizo prometer "Tu vas a hacerme el amor Kiyoharu, si no he perdido la virginidad a los 27, solo tu puedes hacerlo"

Hyodo la desnudaba al tiempo que la recostaba sobre la pista de baile del salon de ensayos, parecía imposible que una mujer como Shizuku no hubiera estado con nadie aun, pero se notaba en lo torpe de sus caricias, en sus besos apresurados en su cuerpo, en sus ojos cerrados todo el tiempo. Conocía bien su cuerpo, habían sido pareja por más de 15 años ya, se reconocían como amigos, como rivales y eso era un honor, con cada paso aprendido honraban su promesa de mejorar por el otro, aún hacían las pruebas de bailar juntos en su mente y levantaban la mano al mismo tiempo con una sincronía que asustaba a cualquiera.

El cuerpo de Shizuku se estremeció bajo el tacto de Kiyoharu, se había acomodado entre sus piernas y aun estaba dudando un poco por lo que se distraía besándole los senos o tocando su humedad con los dedos.

- Hazlo ya Kiyoharu - dijo Shizuku- acaso ¿esperas que me humille más rogándote que me hagas el amor aun cuando sé que no me amas?

Sus palabras lo golpearon como un balde de agua fría en pleno invierno. ¿Cómo podía pensar que no la amaba? Ella era importante, la mujer de su vida, toda su vida había estado con ella y la amaba. Despejo su mente enterrándose en Shizuku sin previo aviso, ella gimió y unas cuantas lágrimas llenaron sus ojos, Kiyoharu la beso y empezó a moverse dentro de ella ahogando sus pequeñas quejas con besos y caricias. Para cuando Shizuku se sintio comoda, Kiyoharu ya no aguantaba más el ritmo lento de las embestidas así que comenzó a incrementar su velocidad y el cuerpo de Shizuku se estremeció de pies a cabeza, gemía su nombre y una leve capa de sudor cubría su frente para cuando Shizuku alcanzó el éxtasis con oleadas de humedad abrazando a Kiyoharu, este la llenó de él y se dejó caer sobre el pecho de su amiga.

- No te vayas, no me dejes - rogó Shizuku mientras las lágrimas invadieron sus ojos otra vez.

- Sabes que no puedo rechazar esta oportunidad Shizuku - le tomo la mano y la beso - volveré por ti

- ¿Lo prometes? - preguntó ella 

-Lo prometo, volveré por ti y cambiaremos el rumbo del baile de salón. 

-Lo se, se que lo harás Kiyoharu - le respondió con una sonrisa - gracias por esto

- Esperame Shizuku, esperame por favor

Ambos habían pedido algo del otro, se habían prometido tanto en tan poco tiempo que el peso de sus promesas se posó en el pecho de ambos seguros de esas promesas no serían difíciles de cumplir. 

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