Aftercare

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Ni siquiera era un golpe tan fuerte pero Sala era bastante dramática así que la lleve al apartamento mientras seguia quejandose sobre cómo su carrera podría acabar por esto. Solo había resbalado en el hielo de San Petersburgo y al caer su pie golpeó la acera un poco. Ni siquiera estaba hinchado, ni un moretón. Sala Crispino era dramática.

Al abrir la puerta se fue directo a la habitación y se tiró dramáticamente en la cama.

- ¿Que hay para cenar?- dijo mientras ponía su pie sobre una almohada- dame comida. Cuidame estoy lastimada

- Claro ama ¿Que se le antoja? ¿Quiere que lustre sus zapatos? ¿Que quiere de mi ama?

- Desnúdate - dijo sin titubear


Mila empezó a quitarse la ropa. Primero la chamarra y luego los zapatos. Desabrocho el pantalon un poco antes de revelar unas bragas azules con encaje en los bordes que hacía parecer que traía una pequeña falda. Se sacó el suéter blanco y dejo ver un sostén azul a juego con las bragas mientras se soltaba el moño dejando caer el cabello de fuego sobre sus hombros.

Cuando Sala miró a Mila, noto la fina curva de su cintura, las piernas torneadas, los tobillos delgados, los labios carnosos, los ojos azules...los pezones duros se notaban bajo la seda de sostén. Mila se acercó a la cama y le quitó los zapatos a Sala, no hizo ningún gesto así que realmente no estaba lastimada. Le quito los jeans junto con las bragas y la dejó expuesta mientras Sala terminaba de sacarse la playera y el sostén, Mila se acomodo entre sus piernas y la beso mientras acariciaba los senos redondos y le pasaba las uñas por la espalda haciendo que Sala perdiera el aliento.

Las manos de Mila acariciaban los muslos de Sala mientras las manos de la italiana se deshacían del sostén azul y sus labios mordían un pezón necesitado. La sensación recorría a a Mila mientras dejaba pequeños besos en el rostro de Sala.

- Ábrete para mi Mila - le dijo Sala mientras le besaba los labios

Mila se acostó frente a ella y abrió las piernas. Sala se relamió los labios y empezó a tocar la vulva de Mila sintiendo como se contraia y las primeras gotas de flujo hacían su aparición. Sala colocó su cara entre los muslos de Mila y así estuvo tres minutos, sacando y metiendo la lengua, alternando con los dedos, estimulando su clítoris.

- Ahh...Sala...diablos- Mila se retorcia de placer y a ratos se tapaba la cara con la almohada para evitar los gritos que la morena le arrancaba con cada lamida.

La morena se dio cuenta que Mila estaba a poco tiempo de alcanzar el extasis total y decidió que lamer el clítoris de Mila y meter y sacar los dedos sería buena idea para hacerla delirar. Su idea dio resultado, el orgasmo de Mila llegó con violencia y un grito ahogado en su garganta, una película de sudor se expandía sobre su piel blanca y una sonrisa se dibujó en sus labios.

- Creo que con esto queda saldada la deuda que me hice la última vez - exclamó Sala quien se limpiaba los labios - ahora estamos a mano

- Bien, que sea un empate - dijo Mila mientras trataba de recuperar el aliento

- Mila...

- ¿Si?

- Eres pésima enfermera.

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