Facebook I

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De todos los chicos que había conocido, Alfonso era definitivamente diferente. Ninguno me pareció tan inteligente y resuelto como él. Había en su manera de ser algo especial que contagiaba su entusiasmo. Todas las veces que converse con él, desde aquella solicitud de amistad en Facebook, quede convencida de su carisma e inteligencia.

Su manera de ser estaba basada en un perfecto balance entre la razón y los sentimientos.


Alfonso,

¿Por qué un mensaje tan corto ?. Me gustaba leer tus mensajes. En todo caso, entiendo tus buenas intenciones de evitarme la fatiga.

Un abrazo, Any.

Posdata: En fín :)


***

Any,

En fín...¡Aprendes rápido he!. Ja, ja, ja.


Ahora te toca a ti, a ver si te das un tiempo y me envías al menos un video que te parezca interesante y que exista una alta probabilidad que no haya visto :).

Alfonso.

Posdata: Es un reto :D. Fin, igual nuevo comienzo. Niña bonita :) .

¿Nuevo comienzo? No tarde mucho en entender que el nuevo comienzo al que se refería el chico de la linsa sonrisa era "Facebook".


Una mañana en que me había quedado pensando en qué video podía enviarle, me había sorprendido con su solicitud de amistad en Facebook. Lo acepté y desde ese día nos escribíamos con mucha frecuencia; yo le contaba de mi amor por los libros y él de su amor por los proyectos. Las largas conversaciones despertaban en mí un curioso sentimiento mezcla de admiración, alegría y amor. En uno de sus mensajes me dijo: Eres la señorita bonita más inteligente que he conocido en mis diecinueve años de vida.


No hubo un solo día en el que no conversáramos. Esos días fueron los más felices. Mi ilusión crecía con cada conversación.

El chico de la linda sonrisa conseguía hacerme reír siempre y alegrar así mis días.

Una tarde mientras le contaba sobre lo difícil que se había tornado mi curso de finanzas, me dijo que tenía un libro que le había ayudado a superar el curso con éxito, cuando lo llevo hace un par de años atrás, y con mucho gusto me lo prestaría. Era evidente que le di la excusa perfecta para vernos, nuestra primera cita. Mi corazón no podía estar más que contento.

Acordamos encontrarnos en la Universidad al día siguiente por la tarde, esta vez estaba preparada para ver al chico de la linda sonrisa, por primera vez me sentia con el corazón enamorado.

La llegada a mi vida del chico de la linda sonrisa tuvo un afecto enormemente positivo en mí.
Poncho se había quedado en mi memoria y corazón desde la primera vez que lo vi y ahora me encontraba lista para confirmar si el chico de la linda sonrisa sería mi chico de la linda sonrisa.

El amor en los tiempos de InternetDonde viven las historias. Descúbrelo ahora