" ... Pero muda, absorta y de rodillas como se adora a Dios ante su altar, como yo te he querido; desengáñate, ¡así no te querrán! ..."
- ¡Dulce! - le dije casi gritando de emoción.
Ella corrió hacía mí y me dio un fuerte abrazo, un abrazo sincero, un abrazo que necesitaba apenas volví a pisar suelo mexicano. Contuve las lágrimas, ¡Cuánto la extrañé!
- Estás preciosa Any, ahora eres todo una europea - dijo mirándome de arriba a abajo- no tienes idea cuanto te extrañé.
- Créeme que sí Dul, porque te extrañé igual o mucho más, también extrañé tu sarcasmo - le dije mientras le devolvía el abrazo - ven, sentémonos, necesito asimilar la idea de que estoy nuevamente aquí.
Han pasado dos años desde que decidí dejarlo todo e irme a estudiar al extranjero, sin embargo, parece que hubiera sido ayer. En este aeropuerto hace dos años lo vi por última vez.
- Ana aún tienes el anillo, eso quiere decir...- dijo Dulce mirándome con preocupación.
- Solo estoy cumpliendo mi promesa Dul. ¿Me ayudas con las maletas?...tengo que ir a un lugar, te veo en tu casa por la tarde.
- ¿Estás segura que no quieres que te acompañe? Si aún mantienes tu promesa, sé dónde irás.
- Gracias, pero esto debo hacerlo sola - dije mirándola con nostalgia.
- Te quiero Any, lo sabes. ¡Qué gran sorpresa le darás a tu familia! - dijo cambiando radicalmente de tema.
- Sí, los extrañé mucho. Me costó ocultar que regresaba, pero estoy segura que la sorpresa les encantará.
Me despedí de Dulce, no sin antes coordinar el reencuentro con mi familia por la tarde...y de que se burlara de mí porque las maletas (según ella) eran más grandes que yo.
Caminaba por el balneario de Cancún y miles de recuerdos se apoderaban de mí. Aquí empezó todo hace siete años exactamente, es difícil asimilar que pasaron siete años desde aquel día. Aquel día que quedamos en encontrarnos en la puerta de la universidad y terminamos aquí.
- Hola Alfonso - le dije mientras le daba un beso en la mejilla, sonrojándome como de costumbre.
- Hola Any, estas preciosa - dijo mirándome con su gran sonrisa.
- ¡Que mentira!, estoy con unas ojeras más grandes que mi cara y lo sabes - le dije riéndome.
- Para mi estás preciosa como siempre - dijo cogiendo mis manos con las suyas.
- Gracias, ¿y ya me dirás a donde iremos o seguirás con el misterio? - le dije mientras le sonreía.
El mar, el paisaje, él...Todo fue perfecto. Un 29 de mayo inició esta historia.
- Alfonso este lugar es maravilloso, se siente paz y se respira tranquilidad. No había venido nunca y pensar que está tan cerca de la universidad.
- Me alegro que sea yo la primera persona con la que vengas aquí, temía que ya lo conocieras. Es la segunda vez que estoy aquí, vine con unos amigos hace algún tiempo y cuando te conocí supe que quería estar aquí contigo.
Me siento en la misma banca donde estuve con él; mirando el mar, siento la brisa marina y no puedo contener más las lágrimas, las dejo caer sobre mis mejillas. En este momento quiero retroceder el tiempo, detener la imagen y salvarla del juego del destino.
- Viste aquella bandada de palomas, van en forma de "V", me recuerdan una canción que me enseñaron de pequeña.
- ¿Bandada de palomas? Siempre me sorprendes con tu amplio vocabulario.
- ¡Qué exagerado! Esta vez no dije ninguna palabra rebuscada.
- Bueno es cierto, es que no saco de mi memoria todas las palabras que me dijiste cuando te molestaste, no entendí ni la mitad.
- Chabacano, burdo, procaz, ramplón, ordinario, bellaco, y no recuerdo que más. Solo porque dijiste una mala palabra. A veces me da la locura.
- Pero así me encantas - dijo acercándose a mí.
- ¿Así? Y no temes que tan loca puedo llegar a ser. No me conoces bien - dije mientras se acercaba más y acortaba la distancia entre los dos.
- Correré el riesgo. ¿Cómo llamaste a las palomas?
- Ban....- no termine la palabra y me besó.
Nos besamos, fue perfecto. Desde ese día todo cambio en mí.
Donde quiera que esté, ¿se acordará que hoy es 29 de mayo? A veces me aferro a la idea que sí.
- ¿Quieres ser mi enamorada? - dijo mirándome fijamente- Si me dices que sí, te prometo hacerte muy feliz y si me dices que no, prometo lo mismo. Aunque será mucho más difícil.
- No quiero hacerte la vida difícil - sonreí- Sí, siempre sí - le dije abrazándolo.
Fui feliz, los cinco años a su lado fui muy feliz. ¿Hoy lo soy? No lo sé, lo que sí sé es que tengo bellos recuerdos que me hacen esbozar una sonrisa.
Caminamos cogidos de la mano.
- Aún no puedo creer que te dije que sí, ha sido todo tan rápido. No me di cuenta cuando me enamore de ti, solo sé que te quise desde el primer momento que te vi - dije muy nerviosa mirándolo a los ojos.
- Yo supe que estaba enamorado de ti cuando vi tu sonrisa. Me encanta tu sonrisa - dijo dándome un beso.
- Me es difícil expresar mis sentimientos, a mí me encanta tu sonrisa Poncho, pero lo que enamoro de ti fue tu pasión por tus metas y me encanta tu forma de ser. Te admiro mucho.
- ¿Estas bromeando corazón? Tu eres la chica más inteligente que he conocido a parte de ser preciosa. Quien te admira soy yo. Y ahora eres mi enamorada. ¡Soy el chico más afortunado!
- Te quiero Alfonso.
- Te quiero corazón mío.
¿Aún lo amo? La respuesta es que sí, prometí dejar de llevar mi anillo de corazón el día que dejara de amarlo y aún lo tengo en mi mano; prometí también volver cada 29 de mayo a este lugar. Y aquí estoy, y aunque no pude volver los últimos dos años, no cambia nada.
Camino alejándome de aquel lugar, camino mientras las lágrimas poco a poco dejan de caer.
Hasta el próximo año, le digo al viento.
Hasta siempre chico de la linda sonrisa.
*¡Ya se viene el final!
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El amor en los tiempos de Internet
FanficElla se enamoró de él como solo saben enamorarse las mujeres inteligentes, como una idiota. El amor en los tiempos del Internet, es la historia de dos jóvenes que coincidieron en la vida para dejarse una gran lección. Ambos descubren que "la memo...