El amor en los tiempos de Internet

Conociendo a Alfonso

Te amo corazón mío, gracias por siempre apoyar mis locuras. Eres mi compañera de vida- le dijo mientras la miraba con ternura.

Alfonso era inteligente, alegre y muy coqueto. Amaba a su familia y ellos eran su motivación para lograr sus metas.
Era delgado y alto, de tez clara, con una sonrisa que mostraba su magnífica dentadura.

Él era un joven sociable y con un gran sentido del humor. Era coqueto por naturaleza, siempre les sonreía a sus conquistas. Era inteligente, pero no muy dedicado a los estudios, más bien sí a la Sección Estudiantil de Proyectos, que se había convertido en su segundo hogar. Ahí tenía a sus mejores amigos, ahí pasaba la mayoría de su tiempo y ahí la conoció.

Alfonso le caía muy bien a las personas, inspiraba confianza. Era humilde y sencillo, siempre con una sonrisa en el rostro.
Alfonso confiaba mucho en las personas, trataba en la medida de lo posible de encontrarle el lado positivo a los defectos de los demás. Por muy malo que pareciera el panorama, él veía el lado positivo de la situación.

Alfonso era muy orgulloso, aunque lo aparentaba muy bien. Por intentar caerle bien a los demás o simplemente por no herir al resto a veces no era del todo sincero, ese era uno de sus peores defectos. Ocultaba sus sentimientos, sobretodo cuando estos eran de tristeza o preocupación. Muchos podrían afirmar que siempre estaba feliz, aunque esto no fuera del todo así.

Te amo, porque eres mi amor, mi cómplice y todo. Y en la calle codo a codo somos mucho más que dos- le recitó mientras lo abrazaba.