Los "populares"

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K.S

—¿Vas hoy a al bar? —me preguntó mi amiga Carolina dejando su bandeja de comida sobre la mesa en donde estábamos sentadas

—No lo sé, depende de que digan mis padres. Ya sabes —respondí dando un mordisco a mi manzana

—¡Vayamos! Nunca salimos Karol, tus padres no tienen por que enterarse —si, ella es esa amiga loca y desobediente

—¿Estás loca? Ellos se enteran de todo, por los vecinos o amigos que van al bar, no, no y no. Carolina ve tú —dije, y las puertas grandes del comedor se abrieron y entraron "los populares" el líder del equipo de footbal y la líder del equipo de porristas seguido con un montón de gente como si fuera sus sirvientes. Agg.

—Se van —dijo Ruggero el "líder" al llegar a la mesa en donde estábamos. Carolina solo siguió disfrutando su desayuno y yo lo miré arqueando una ceja

—Llegamos aquí primero, hay muchas mesas vacías por allá —dije señalando las mesas vacías, ellos comenzaron a reír.

—No veo la gracia —dijo Carolina mirándolos enojada

—Es que parece que no entendieron, este es NUESTRO lugar niñas, ahora vayanse —dijo ahora la novia de Ruggero, Candelaria, la líder de las porristas. Odio que me hagan enojar, si fuera por mi le agarro desde el cabello pero no me gusta armar problemas aunque lo habíamos generado ya que todas las miradas de la gente que estaba en el comedor estaban puestas en nosotras.

—Parece que no entendiste vos, llegamos primeras —dijo mi amiga Caro, a ella si que no le importa armar lío, le vale. Se levantó de su asiento quedando cara a cara con candelaria. Mis nervios comenzaron a subir ¿que hace? ¿acaso no ve que hay miles de personas detrás de esa pelirroja? —Te doy una oportunidad, te vas ahora y dejas de joder o te parto la cara borrando esas horribles pecas de tu rostro. Elegí linda —dijo Carolina desafiándola. Está loca. Definitivamente. Me levante de mi asiento y la tomé del brazo porque esto terminaría mal.

—Vamos, no hagamos lío. Dejemos a  estos estúpidos creídos en paz —dije llevándola a otra mesa, ella asintió pero oímos unos pasos acelerados detrás. Uy era Ruggero, si ajá como si fuera que me daba miedo.

—¿Como nos dijiste? —dijo cerca mío, por poco no me besa. Nuestras respiraciones se mezclaban y mi corazón comenzó a latir con más fuerza, el se veía tenso y enojado lo cual no me importaba

—Estúpidos creídos —dije desafiante, lo empuje y seguí caminando, el solo se dio vuelta y se fue a "su mesa". Tenían que ver la cara que puso Candelaria, no se lo esperaba, perra.

—Esaaa —dijo fuerte mi amiga como para que los demás escuchen, las miradas se posaron en nosotras pero no le dimos importancia y seguimos comiendo. —Ey, por poco se besan
—dijo Carolina riendo

—No le iba a dejar, nunca besaré a tal imbécil —dije y ahora reí yo

—Sabes que nunca tienes que decir nunca —me dijo ella en forma de broma. Reímos las dos y terminamos la comida.

(...)

Las clases pasaron rápido y yo ya estaba en mi casa, buscando la forma de pedirles a mis padres que me dejaran ir al bar nuevo

—¡Papá, mamá! Carolina me invitó a su casa ¿puedo ir? —si, iría a su casa y de ahí iríamos al bar pero obviamente no pensaba decírselo

—Tu amiguita seguramente planeó una salida a algún lugar ¿o me equivoco?  —mierda, ellos conoces mucho a Carolina y sus "magnificas ideas" parece que este viernes pasaré en mi casa

Somos Padres (Ruggarol) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora