Mi prima

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Abrí mis ojos para encontrarme con que me quedé dormida y con el vestido de ayer. La lluvia seguía y aún más fuerte.

Miré la hora en mi celular, las ocho en punto, wow, esto si que es raro. Jamás me levanté temprano si no es por la bendita alarma para ir al la escuela, pero hoy es domingo, hermoso domingo. Va, no es tan hermoso porque mañana es lunes, maldito lunes.

Me levanté y me miré al espejo. ¡Dios santo! Estoy horrible.

Mi maquillaje está exageradamente corrido por todo mi rostro, y yo que creí que dormía como un angelito.

Me quité el vestido y me metí a la ducha, luego de unos largos minutos salí para ponerme un pijama o algo cómodo que encuentre entre mis ropas, me decidí por una remera holgada de color aqua que llevaba un unicornio en medio, la amo. Continúe por un short que venía con esa remera y una pantuflas, adivinen, si, son unicornios.

Volví mi mirada al espejo grande que se encuentra en mi habitación. Me veo delgada, y con ojeras. Me veo súper mal. Mi panza aún no se nota, llevo un mes de embarazo.

Estas últimas semanas no he comido mucho, eso de que el embarazo trae antojos y demás es mentira, al menos en mi caso. Creo que la mezcla de emociones me quita el apetito, solo como para alimentar al bebé, sino no comeria, bueno si no estaba embarazada creo que no estaría tan así como ahora.

Bajé a la cocina para prepararme un jugo de naranja, tomaría un café pero prefiero no tomar eso durante mi embarazo.

Al bajar me acordé que no estaba sola en esta casa, vivía con tres personas más. Que loco.

—¡Buen día!  —gritó mi hermanita, a ella le encanta levantarse temprano.

—Buen día —dije sin muchos ánimos.

—Ey, que raro tan temprano despierta  —dijo mi madre mientras le dejaba una taza en frente de mi hermana.

—Si, también me sorprendió —- observé lo que mi mamá había preparado para desayunar.
—¿Es bueno tomar leche en un embarazo? Y — pregunté.

¡Que soy idiota! Ella no lo sabe ¡Demonios!

—¿A que viene esa pregunta, señorita? —enarcó una ceja y yo reí nerviosa.

—No lo sé, simplemente quise saberlo, una chica del colegio está embarazada y me entró la duda
—reí otra vez, río cuando estoy nerviosa, y ahora lo estoy y mucho.

—Bueno, si es descremada si es buena, la otra no es mala pero tampoco buena por la grasa  —habló ella.

—Ah, podríamos probar la leche descremada —hablo pero luego me mordí la lengua. Soy estúpida, tengo que dejar de hablar.

—¿Karol va a tener un bebé?
— preguntó mi hermanita y mi respiración se volvió irregular. Mierda.

—¡No! Digo, no, obvio no, como crees  —digo súper nerviosa, mejor no hablo más de embarazadas y eso.

—No mi amor, a ella le faltan bastantes años para tener un hijo, si es que quiere tener uno —sonrió amable mi madre.

Hay mamita, si supieras que serás abuela en tan solo ocho meses...

Luego de desayunar subí a mi habitación y tomé mi celular. Tenía un mensaje de caro preguntando como me desperté y eso, luego había otro de mi prima.

Pau: ¿estás en tu casa?

No, no, no. No es que no la quiera ver pero no estoy en mi mejor condición. Mi prima Paula es muy observadora, demasiado. Ningún detalle pasa desapercibido y eso no me viene muy bien ahora que mi panza creció algunos pocos centímetros. Bueno, enrealidad casi ni se nota, solo yo que siempre me veo la panza puedo notar aquellos detalles.

Somos Padres (Ruggarol) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora