La fiesta

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K.S

Para la fiesta había que ir de gala entonces escogí un vestido rojo con bordados de flores y en la espalda lleva un escote.

Acaricié mi vientre y Sonreí, no podía creer esto, llevaba a una personita allí dentro. Después de todo este bebito me traerá alegría.

Las personas siempre estamos pensando en las cosas malas sin darle al menos un lugar a las cosas buenas que pueden llegar a pasar en la vida.

Quién sabe todas las alegrías que podré pasar luego con este bebé.

—¿Estás? —grité a mi amiga Carolina quien se encontraba en su cuarto.

—Si, si voy —respondió y bajó de las escaleras, estaba divina con ese vestido negro y largo como el mío.

—Woooow, estas muy linda  —emito un silbido.

—Y tu estas preciosa. Dejaras a todos con la baba fuera de su boca  —yo río.

(...)

Llegamos a la fiesta y había muchísima gente, creo que estaba la escuela completa.

—Oye, vamos allá  —señala una mesa con dos sillas al lado y yo asentí.

Nos sentamos y miramos a todos lados, ella buscaba a su novio y yo a Ruggero, le voy a contar todo, estoy decidida o tal vez no, es decir, en una fiesta ¿sería adecuado decirlo ahora?

Candelaria se acercó a nuestra mesa con una sonrisa mas falsa que ella, si es que eso puede ser posible.

—Chicas, bienvenidas a mi humilde hogar —muestra su inmensa casa.

"Humilde" ¿donde está la humilde casa? Esto era una mansión, literalmente.

—Gracias —digo para no sonar descortés, no iba a generar problemas estando en su propia casa y en su cumpleaños  —Y feliz cumpleaños
—traté de sonar sincera, les juro que lo intenté.

—Si feliz cumple, espero que la pases bien —dice ahorq mi mejor amiga para luego dedicarle una sonrisa. Nos llevamos como el agua y el aceite pero esta es una excepción o al menos ahora no había pasado nada malo.

—Ay gracias, bueno me tengo que ir a recibir a otros invitados  — se alejó moviendo sus caderas mas de lo normal.

—Hola corazón —escuchamos la voz de Agustín al instante. Carolina esbozó una sonrisa y lo saludó con un beso.

En estos momentos veo la necesidad de tener un novio, alguien que me bese, que me ame y que cada mañana me recuerde lo mucho que le importo ¿es mucho pedir?

—Hola Karol —me saluda sonriente

—¡hola! —le respondo e hice el mismo gesto que él.

—¿Quieres sentarte con nosotras?
—preguntó amiga agarrando una silla que estaba por ahí alado.

Me miró y se dio cuenta de que yo podría estar incómoda, Agustín también lo notó.

—Si a Karol no le molesta  —ellos me miran y yo negué y sonreí, el tomó asiento.

Debo admitir que Agustín es muy divertido, se complementa con mi amiga y son puras risas, eso es lo bueno de ellos, risas aseguradas, si me sentía mal o nerviosa ya se me ha pasado pero igualmente no me olvido de Ruggero y la noticia que tengo para darle.

En eso me agarra unas ganas de vomitar nuevamente así que voy prácticamente corriendo al baño, y justo antes de entrar veo a Ruggero con Ámbar, ambos sonrientes y felices.

Somos Padres (Ruggarol) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora