Arrepentimiento

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K.S

Desperté y me di cuenta de que Ruggero no estaba a mi lado, recogí mi ropa y me cambié. Me sentía un poco incomoda, ayer fue mi primera vez, y justamente con la persona que menos pensé en toda mi corta vida.

Ayer tuve mucho tiempo en el auto para arrepentirme, ni siquiera estaba tan excitada como para no frenarlo, no se porqué lo hice. Ahora me arde un poco en mi entre pierna pero supongo que es normal ¿no?

La puerta se abrió dejando ver a Ruggero detrás de ella envuelto en una toalla por la cintura con el torso descubierto.

—Veo que has despertado —dijo y fue a uno de sus cajones a buscar su ropa interior, o eso creo.

Está raro, serio y nada comparado a como estaba ayer.

—Si, y ya me tengo que ir, mi amiga me está esperando —dije y cuando estaba apunto de salir la voz de Ruggero me detuvo

—Espera, te llevo. Agustín me dijo que está en la casa de tu amiga y me pidió que lo busque  —dijo como si yo no tuviera otra amiga que ella, es verdad pero él no lo sabe. Dejó caer la toalla para cambiarse, yo me di vuelta esperando a que se ponga algo —Ayer me viste así, y no te tapabas los ojos  —su voz sonó seria pero no le di importancia.

—Es diferente —dije —Ahora vistete y te espero en la sala —luego de haber dicho eso salí de la habitación y a unos minutos Ruggero ya estaba listo, subimos a su coche y nos fuimos a la casa de caro, yo le guiaba el camino

—Y... ¿como estás? —habla Ruggero rompiendo el silencio, no entiendo a que vine su pregunta ¿Como estoy sentimentalmente, físicamente o como? pero en fin... Creo que estoy bien ¿no?

—Bien —respondí dudosa, y seguí mirando por la ventana —¡aquí es!
—dije feliz, no quería seguir en el auto con el, no lo quería ver, me siento sucia por haber hecho lo que hice y es muy incómodo verlo a la cara.

El auto frenó y yo me despedí de Ruggero, Agustín salió en unos minutos y se fue con su amigo, y yo entré a la casa de caro, necesitaba hablar con ella. Entré a su habitación y la cara de sorprendida con un toque de picardía de mi amiga me lo decía todo

Caro se aclara la garganta para hablar y seguramente hacerme todas las preguntas de este mundo  —Así que pasaste la noche en casa de Ruggero  —dijo con una sonrisa en su rostro, yo reí y me senté a su lado en la cama

—Ni me lo recuerdes, me siento muy rara con todo esto, yo jamás en mi vida hubiera imaginado que esto pasaría —di un largo suspiro
—igual, tu no eres la santa aquí.

—Agustín fue muy tierno conmigo, y además le tenia ganas —lo dijo muy sincera lo cual me hizo reír mucho.

—¿Te gusta? —pregunté mirándola a los ojos, ayer se puso muy nerviosa al verlo, dijo que fue tierno, que le tenía ganas. Todo esto encuadra y solo me hace pensar una cosa, le gusta.

—¿Qué? Por favor Karol, tu sabes que es difícil que me guste alguien, al menos que sea muy lindo, cabellos claros, alto, ojos marrones medio verdes y... No, no me gusta —ahora estoy mas convencida de lo dicho, ella lo describió a él. Al fin llego el momento en que una de las dos consiguió a alguien.

—Ajá, si. Carolina te gusta, y sabes que es verdad. Te enamoraste y listo

—En realidad, enamorarse es algo muy distinto  —yo asiento dándole la razón  —Pero si me gusta —dijo entre dientes pero yo la entendí a la perfección y comencé a saltar como una niñita de 6 años —Pero tu no me mientes, te gusta Ruggero —yo fruncí el ceño.

¿En serio cree que me gusta? Es lindo pero hasta ahí, yo se que si me enamoro solo terminaré lastimada pues el no estará conmigo teniendo a miles de chicas detrás.

Somos Padres (Ruggarol) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora