Todos creemos que para que la historia esté completa y tenga sentido siempre es necesario tener todos los datos. Quién murió, cómo, por qué, etcétera y etcétera. Solía pensar que así es. Que, de no tener los factores completos, algo no encaja y, por ende, es falso. Se duda de aquello que no parece encajar, de aquello que parece sacado de ninguna parte, fuera de contexto, pero la verdad es que aquí, en donde se coleccionan las rosas de los muertos, es normal que las historias posean este factor estrella que las hace características.
Algo raro, tanto como para que ningún humano pueda explicarlo nunca. Así es como llegan este tipo de rosas aquí: a través del misterio que generan. Es interesante pensar que sólo nosotros sabemos la verdad, pero también es devastador saber que nadie más podrá entender cómo es que la pareja de Berilio despertó con una flor a su lado a pesar de estar completamente solo en casa. De esto estoy hablando. ¿Entiendes a qué quiero referirme, verdad?
Está bien, porque tendrás que tenerlo muy en cuenta para conocer la historia detrás de la flor que pienso mostrarte hoy. Es una de mis favoritas, de hecho. Tan sólo mírala. Sus pétalos, a diferencia del resto de las rosas, están marchitos. Casi negros. Se doblan sobre sí mismos como si quisiesen encerrarse o, si piensas como yo, podrías hasta decir que intentan proteger algo. Alguien.
Algunas personas viven por el dinero, algunas viven por la fama, otras viven por el poder, y las que son más inteligentes, viven para poder decir que lo hicieron, tal y como lo hizo Litio—sólo por seguir con este detalle de los elementos químicos—mientras pudo. Suena muy triste dicho de esta manera. Pensar que una persona vivió para jugar el juego de la vida hasta que, como todos, tuvo que perder. Irse. Sabes lo que significa. Queremos estar felices con la muerte, con todo aquello relacionado a ella, pero sabemos que no podemos. Quizás no lo logremos nunca, así que olvidémoslo.
Ojalá alguien le haya dicho algo como eso a Litio. Me habría gustado saber qué habría ocurrido si... ya sabes, se lo advertían. Pero, vamos, si eres inteligente lo sabrás: nadie podría haberle advertido jamás de algo como esto. Nadie humano, al menos.
Litio era una muchacha como tú y como yo. Durante su tiempo en la tierra estuvo tan viva como tú y como yo, pero te aseguro que sintió mucho más de lo que podríamos decir que nosotros sentimos hasta el día de hoy. Cuando tenía tres años, toda su familia—y cuando digo toda su familia, hablo de literalmente toda su familia—decidió hacer un viaje a quién sabe qué parte del mundo, en tres coches diferentes al ser demasiados. El tío, el abuelo y la hermana mayor de Litio conducían los coches. Iban juntos siempre. El del tío por delante, el de la hermana en medio, y el del abuelo al final. Así se dirigían a destino en la carretera, como si de un gusano se tratase.
Es triste saber que lo que le paso al coche del tío le pasó también al de la hermana y, finalmente, al del abuelo, en el cual se encontraba un bebé de tan solo tres años, a quien nosotros conocemos como Litio.
No voy a dar detalles de un catastrófico accidente que puedes encontrar si buscas lo suficiente. Te considero inteligente, al menos lo necesario como para entenderlo: toda la familia murió, excepto el bebé. Una pobre cosita diminuta que sobrevivió al catastrófico choque entre tres autos, una bicicleta y un autobús escolar. La vida realmente puede sorprendernos a todos, ¿no crees?
Así que, sin familia, el pobre bebé tuvo que irse a donde nadie quiere ir según las películas norteamericanas: el orfanato. Y sería gratificante poder decir algo bueno de este momento de la vida de Litio, como que esto la transformó en alguna especie de genio, o que allí encontró una buena familia que la adoptó y la formó, pero la verdad es que no. Es sorprendente, pero a nadie le interesó llevarse a una niña con la historia que tenía. ¿Hacerse cargo de esa clase de problemas, del sufrimiento que lleva en el corazón? Pf, prefiero al otro niño.
ESTÁS LEYENDO
Rosas para los muertos
ParanormalExiste un lugar en el mundo por fuera de los meridianos y paralelos que nadie puede marcar sobre un mapa. Un lugar invisible que se ve por todos lados, cada vez con mayor frecuencia. Es la ciudad de las peores criaturas que ningún humano es cap...