La pelota cae nuevamente en mí mano, la lanzó y vuelvo a atrapar la, mienttas oigo música con mis audífonos, me acomodó un poco en mí cama mientras continuó mí pequeño juego, tengo la peor suerte del mundo, hace dos días la vi y otras esta ocupando mí mente, esta vez es peor, carajo ¿porqué ahora cuando todo estaba tan bien? Detesto que esto pase, carajo, ¿porqué ella tenía qué volver? No quería ver la, ya la había superado.
Unos golpes se oyeron en la puerta de mí departamento, me levanto dejando la pelota y mis audífonos encima de la mesita de noche, toma una camiseta y me encaminó a la puerta mientras me la pongo, abro la puerta dejando ver la, sus ojos azules, y cabello hasta sus hombros, blusa negra holgado, unos shorts blancos sueltos, unos tenis negros, iba naturalmente sólo con un labial rojo, y su nuevo pircing en la nariz, me quedé plasmado.
-Veo que no ha cambiado nada, sigue igual -Dijo observando a su alrededor.
-¿Qué haces aquí? -Deje mis brazos a mis costados.
-Yo.. Tenía que ver te, necesitamos hablar, Vegeta -Frunzo mí ceño, ¡No ahora! Ella tiene una mirada triste.
-No hay nada que hablar, ahora larga te.
-No, necesitamos hablar -Baja su mirada, mirando a un punto muerto en él piso -Pero no me escuchas, no me dejas explicarte -Mueve sus manos nerviosa, ella no es así, ella... No lo es.
-¡Sí, lo necesitamos! Yo lo necesito -Alzó su mirada, viendo me directamente a los ojos, estaba llorando, no...
-No, ya te lo dije no soy ese Vegeta, ese Vegeta ha muerto, entiende lo, no tienes que estar aquí -Ella niega con su cabeza, mientras solloza.
-¡No! ¡no y no! Entiende lo Bulma.
-No lo entenderé nunca entonces , Vegeta- Sin avisar se lanzó a mí, abrazando me, escondió su rostro en la curva de mí cuello y sollozo ahí, sus pequeños brazos rodearon mí torso, apretando me a ella, siento como solloza.
-Jamás lo haré, Vegeta... -Susurra con voz quebradiza, no puedo mover me... Siento su olor, diablos... No ahora.Continuará....
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Whispers Of Blood. || V.B || ✔
Fanfiction[TERMINADA] A.U Y la vio, quitando se él casco de la motocicleta, su cabello azul claro como él cielo, cayo sobre sus hombros, sus labios rojos contrastaban con sus ojos que parecían un par de piedras exóticas. La reconoció en ese instante, sí era e...