Tu debilidad

3.9K 237 20
                                    


- ¡No me toques! – grita James tratando de zafarse de mi fuerte abrazo - ¡Tus protuberancias me molestan!

He aquí, otro día en el instituto Harrison, donde la gente rica y pobre tratan de congeniar en una sola clase, yo Hayley Miller, chica pobre con una beca que mantener lucho día a día con los "cabeza llena de aire" por algo de respeto, no hay que olvidar que, además, soy una chica con unos kilitos de más por lo que soy el blanco fácil para algunos, en especial para – vuelvo a repetir – los "cabeza llena de aire"

- Señoría Miller – resopla el profesor de español mientras entra al salón – deje al joven Blair y tome asiento que la clase ya empieza.

- sí señor – respondo soltando a James, este se arregla la ropa y trata de recuperar el aire, no menciona nada, pero me fulmina con su mirada, me rio de esto y tomo asiento.

James Miller, es uno de los chicos más "peligrosos" y molestos que hay en el instituto, todos le temen por su mal carácter y por lo que se rumorea de su grupo y el. Pero yo le perdí el miedo, debido a que encontré su mayor debilidad.

Chicas de pechos grandes

¿Quién diría que tener el jodido dolor en la espalda no valía la pena?

Todo empezó aquel día donde yo trataba de pasar desprevenida de todos, no quería problemas con nadie y mantener un perfil bajo hasta ese momento sí que era complicado. Miller estaba con sus amigotes molestando a una pequeña chica, quise ignorar esto, pero la pequeña me miro suplicante por un poco de ayuda.

Joder en lo que te metes Hayley

- ¡Hey! – hable cruzada de brazos frente a ellos – ¿No ven que la están molestando par de estúpidos?

- ¿Qué dijiste cerda? – pregunto uno de los tres idiotas, el cual tenía un tatuaje en su brazo izquierdo y una cicatriz en una de sus cejas – repítelo,

- ¿estas sordo o qué? – respondo firmemente – que ustedes par de idiotas la dejen en paz.

Si señoras y señores yo Hayley Miller la acabo de cagar en grande, no solo les dije idiotas a una manada de perros sedientos de sangre, si no que estaba llamando la atención de todos aquellos que me rodeaban.

- te la estas liando – pronuncio otro de ellos, sosteniendo mi muñeca, tome aire y memorice todo lo que mi madre me enseño de pequeña.

"Analiza al animal que te está sujetando y dale justamente donde más le duele"

Perdona madre si he tomado tu consejo para mal, pero es por una buena causa.

- he dicho ¡QUE NOS DEJEN EN PAZ! – grito propinándole una fuerte patada en la entrepierna – esto sucede cuando te pasas de machote.

Este cae de rodillas al suelo mientras los otros dos lo miran con dolor ajeno no espero un segundo más y aprovecho la confusión, sujeto a la chica de la muñeca y salgo volando sin darles tiempo de reaccionar, cuando quisieron ver ya era demasiado tarde, yo y aquella chica estábamos lejos de ese lugar.

"Mira la que decía Pasare desprevenida durante todo lo que me queda en este instituto"

Oh, pero si has vuelto

"claro cariño, yo nunca me he ido"

Pero que joda...

- gra...gracias – pronuncia aquella chica, haciendo que vuelva a la realidad – fue muy valiente lo que hiciste allá.

- ah, no hay problema – le respondo con una sonrisa, tomo aire tratando de no desfallecer hay mismo por la carrerita que me di – solo no dejes que esos idiotas te molesten.

- no es fácil... - tartamudea ella apretando levemente su falta y ubicando bien sus gafas caídas – se me dificulta defenderme.

"Mírala un animalito del bosque"

No empiezas con tus idioteces.

- está bien – le respondo ayudándola a arreglar su uniforme – si vuelve a suceder algo así puedes acudir a mí.

- si...

Sacudo su falda y arreglo su corbata, ella trataba de manera fallida de arreglar los botones de su camisa, pero sus manos temblaban mucho, me la quede viendo unos segundos, tenía lágrimas en sus ojos y los labios apretados, su cabello estaba revuelto y sus lentes disparejos.

- que animales... - susurro con rabia, no podía creerlo, simplemente jugaban con los sentimientos de las personas, las lastimaban y las asustaban solo porque decían tener "el poder" en todo el instituto, malditos riquillos egocéntricos, hijos de mami y papi, cobardes y todo lo que puede provenir de dicha palabra.

Ella paso la manga de su saco por sus ojos levantando levemente sus lentes mientras secaba sus lágrimas, solo había que mirarla para tener ganas de protegerla. Después de ayudarla con el arreglo de su uniforme ella se sobre salto al recordar algo.

- o...oh, mi libreta – tartamudea mordiendo su labio inferior.

- ¿Qué pasa con eso? – le pregunto curiosa.

"no seas estúpida, de seguro que la ha dejado con los tres idiotas"

Cállate, déjame mantener las esperanzas.

- la tienen ellos – pronuncia mirándome – es muy importante para mí.

"Punto para mi"

No me jodas.

- ¿enserio? – pregunto incrédula – hay Dios.

- No se qué hare...

- Hayley, mi nombre es Hayley.

- No sé qué hare... Hayley – pronuncia con una risilla nerviosa – tengo los bocetos de mi presentación del marte y si no los recupero me temo que no podrá participar.

"Dile que no es tu asunto y que se vaya olvidando de la libreta y el concursillo ese"

Ella me miro esperando a que la ayude a recuperarla, pero joder, de seguro que si vuelvo ya no habrá técnica oculta que me salve. Le doy una última mirada a la pequeña y suspiro secamente.

De todos modos, ya estoy muerta.

"Dalo por hecho"

Camino junto con Jasmine, mis pasos son cada vez más lentos y pensados, como deseando que nunca lleguemos a nuestro destino o al degolladero, mejor dicho. La chica cuya libreta debíamos recuperar sostenía mi mochila fuertemente mientras mantenía su paso detrás del mío, frene en seco al notar a lo lejos aquellas distinguidas figuras acercándose.

Oh mierda...

"Fue un placer conocerte Miller, no te olvides de pedirle perdón a Dios por tus pecados"

¡NO ME TOQUES!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora