3IP: La llegada del mal

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A lo largo de la vida recibimos varios golpes que nos debilitan, sin embargo hay impactos que por una de sus tantas definiciones es dejar una huella que marca, el inicio de algo para bien o para mal

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A lo largo de la vida recibimos varios golpes que nos debilitan, sin embargo hay impactos que por una de sus tantas definiciones es dejar una huella que marca, el inicio de algo para bien o para mal.

Estas son las que cambian tu vida, que cambian de una u otra forma tu manera de ser y a mi corta edad e recibido tres impacto.

El primer impacto lo recibí cuando tenía los catorce años, cuando mi mejor amiga Britt se mudó Alaska, Britt y yo fuimos inseparables desde que éramos solo unas inocentes chiquillas, éramos ella y yo contra el mundo en un sin fin de problemas pero eso se termino.

Se fue y me dejo, por primera vez me sentí total y absolutamente sola, desde ese momento me volví más insegura y poco social.

El segundo impacto fue cerca de los dieciocho cuando mi novio me engañó con mi hermano menor.

Siempre sentí que Dalton no expresaba su amor adecuadamente, no era cariñoso y su única muestra de afecto era en la cama, sin embargo siempre estaba en mi casa y no fue hasta que regrese de viaje de improvisto cuando lo encontré en la cama con mi hermano.

Así que si, mi novio le quitó la virginidad a mi hermanito, desde ese día perdí a mi hermano pues nuestra relación no a vuelto a ser la misma.

El tercer impacto fue mucho más que eso, fue algo que no pude soportar y todo comenzó el primer día de clases cuando conocí al jodidamente perfecto Camren Blue.

Esa mañana desperté odiándome por tener que ir a la escuela, sería mi último año en la preparatoria y aún lo veía lejos.

—Bajen a desayunar —gritó mi madre, como pude me levante sin ánimos con un aspecto terrible.

Las vacaciones habían terminado, no tardó más de diez minutos cuando mi madre llegó.

—Nos harás esperar —exclamó.

—Ya voy —grite molesta, no podía tener ni cinco minutos para mi.

Termine poniéndome lo primero que encontré y baje, mi padre y mi hermano ya estaban sentados desayunando, solo faltaba yo.

—Llevaras a tu hermano —ordenó mi padre sin más.

—Puede irse en autobús —conteste sin mirarlo.

—Cuesta mucho —expresó él serio.

—Es gratis —reclame molesta, no quería nada que ver con él.

—Lo llevaras y traerás durante tu último año —dijo para firmar mi sentencia.

Y ahí estaba yo, camino a la escuela con mi hermano, desde el engaño no había hablado con él más que un par de "pásame la salsa" o "largo de aquí " lejos de eso no planeaba hacer más, al llegar él se fue sin más.

—De nada —dije sarcástica, pero al no escuchar su respuesta seguí mi camino.

Como siempre iba con los cuadernos en las manos cuando un imbécil paso de largo tirándolos.

TR3S IMPACTOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora