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Género: Tragedia.
Pairing: R27.
Temática: Muerte.
Palabras: 1214.
Autora: BarbieB.

Sólo por ti.

Deprimente.

La vida estaba tan malditamente llena de contradicciones que Reborn se hallaba a sí mismo sorprendido varías veces al día.

Primero su oficio, asesino de profesión como era estaba habituado a la muerte. Aquel asunto le era una trivialidad más, la vida no era eterna y podía entenderlo a la perfección.

Después de todo, incluso Luce, su gran amor, había aceptado su destino con una sonrisa.

La vida no era eterna y si el alma existía, tenía miedo de lo manchada que podría llegar a estar la suya.

Aunque aquel miedo sólo era otra nimiedad, algo sin relación a él y que, para desgracia de muchos, recordaba pocas veces al año.

A veces ni eso, pero el recuerdo de Luce seguía allí.

Volviendo al tema de las contradicciones, debía admitir que se había sentido raro al saber que, diez años en el futuro, estaba más muerto que otra cosa.

Reborn lo sabía también y siempre había estado preparado para aquel día, incluso había ocasiones en las que insolentemente incitaba a la muerte a hacerle una visita.

Sin embargo para entonces, durante su visita al futuro, había estado muy ocupado torturizando (que no se note la mezcla de su pseudotrabajo y lo que realmente hacía) al décimo capo de Vongola.

Lo que para ese momento era todo lo que podía pensar y... La muerte le tomó completamente con la guardia baja, Lal Mirch le había visto en una forma tan lamentable...

Pero aquella sorpresa suya le duró poco más de media hora, tiempo en que le llevaron a un lugar donde existir no era tan doloroso. Luego de asimilarlo se había encogido de hombros y restado importancia al asunto, estaba más que tranquilo con esa situación, su problema radicaba en lo que le dijeron luego.

Su aprendiz había muerto y Reborn se halló a sí mismo bastante aturdido.

Lo que nos lleva, inevitablemente, a un segundo punto. Tsuna.

La vida de Tsunayoshi le era insignificante, lo que sucediera con él podía importarle lo mismo (incluso menos) de lo que lo haría la muerte de un animalejo rastrero.

O eso se suponía, pasado el tiempo y las vivencias... Algo no andaba bien.

Simplemente Reborn, siendo tan orgulloso como era, se negaba a aceptar la razón del por qué se preocupaba tanto por el crecimiento de su tonto alumno.

Con Dino no fue así. Con ese rubio teñido todo fue más centrado en la acción que otra cosa, mientras que con Sawada se centró en torturarlo de manera segura, incluso dio un paso atrás cuando apareció Bermuda intentando meter a Tsuna en algo donde, sabía, el cielo no acabaría bien parado.

Ya ni hablemos de la tensión que le generó la pelea final entre el creador de Vindice y Dame-Tsuna.

Suspiró.

La vida era demasiado...

Un chasquido de dedos frente a sus ojos le hizo fruncir el ceño y miró mal al centro de su mundo, el décimo sonrió divertido mientras negaba con resignación.

—Reborn, llevo media hora hablándote —se quejó con una mueca—. ¿Se puede saber en qué estabas pensando?

El asesino sonrió altanero y se hizo el desentendido mientras se ponía cómodo en el elegante sofá de la oficina del chico, Tsuna le hacía gestos sentado frente a él en la mesa de café.

—Pensaba en lo poco severo que he sido contigo —confesó con burla a lo que el castaño le miró sin entender—. Necesito reentrenarte, Dame-Tsuna, eres el capo más blando que he conocido jamás.

Y eso le preocupaba de una manera horrorosa, si su estúpido aprendiz seguía así, Reborn temía, no acabaría nada bien.

La mafia no es un cuento de hadas donde las buenas intenciones los cambian a todos. Los guardianes lo sabían y el mismo Tsunayoshi se hacía consciente al pasar de los años.

Pero seguía siendo un niñato de veinte años recién cumplidos, tenía demasiado por vivir...

—¡Tú me torturabas! —exclamó escandalizado— ¡No me vengas con que fuiste amable, eras mi pesadilla!

—Ya no lo soy, he ahí la gracia —rodó los ojos—. ¿No tenías una reunión? ¿Por qué sigues aquí?

Sawada pareció tensarse y el azabache le notó incómodo, sin embargo no se extrañó. Aquello era usual desde que recuperó su cuerpo original cerca de dos años atrás, suponía que se debía al hecho de que Tsuna se sentía incómodo por el cambio.

Era esa clase de persona y... Eso de algún modo le gustaba al asesino, todo del chico lo hacía en realidad.

—Bueno... Qu-Quería decirte algo antes de ir a ver a los Mazarin —bajó la mirada por un momento y tomó aire, el asesino le miró curioso—, pero antes... Reborn, tú... ¿Sientes algo por mí?

—¿Además de las ganas de reentrenarte? —el capo asintió con fastidio, el mayor deseó poder morderse la lengua y sólo soltó lo que tan ensayado tenía— Eres mi aprendiz favorito, lo admito. Me atrevería a decir, incluso, que eres como... Eres como un hijo para mí, Dame-Tsuna.

Así es como debería ser, pero no lo era.

Maldita sea si algún día lograba hacer de esas tercas palabras una realidad, sabía cuál era su lugar en el mundo y, claramente, no estaba junto al remedo fraude de mafioso que tenía frente a él.

Aquel chico que le miraba con grandes y expresivos ojos llenos de pena e incomodidad, aquel que le estaba haciendo desear retractarse a sabiendas de que no debía.

Aquel que...

—Ya veo... —asintió apartando la mirada y sonrió con amargura— Era lo que quería escuchar.

—Pues ya lo has hecho —bufó tragándose sus ganas de tocarle, se aclaró la garganta—. ¿Y bien? Tenías algo que decirme, ¿qué era, Dame-Tsuna? No tienes tiempo que desper...

—Voy a casarme con Kyoko —declaró aún sin mirarle—, después de dos años de relación, finalmente daremos ese paso. ¿No es genial?

No, claramente no lo era.

Pero no era eso lo que debía decir, suspiró resignado y se enderezó acortando un poco la distancia entre el castaño y él, Tsuna le miró ante el movimiento.

Sonrió.

—Felicidades, al fin has logrado algo sin mi ayuda —pronunció lentamente—. Iremos a informarle a tu madre luego de tu reunión, ¿te parece?

Se veían vacíos.

Los ojos de Sawada se veían sin vida cuando el chico sonrió ligeramente y asintió para seguidamente salir, no sin antes tomar por sorpresa a su tutor con un abrazo.

Más tarde se enteró a través de un resentido y dolido Lambo, todo era falso.

El compromiso, la reunión...

Todo.

Y Reborn recordó las contradicciones, todas las que rodeaban su vida y no lo entendió.

Tsunayoshi esperaba una palabras, sólo algo que le hiciera saber que había esperanza entre ellos para decirle lo que sentía.

Un amor correspondido que no estaba destinado a ser y no sería, todo por orgullo y código mafioso.

Sobre la presunta reunión...

Bien le decía el instinto que Tsunayoshi no estaba hecho para la mafia, tanto estrés, los asesinatos, los actos ilícitos... Todo acabó por consumirle y el tutor...

Se sintió culpable y no debido a que, en parte, lo era.

Sino porque había estado tan centrado en sí mismo que jamás miró verdaderamente la realidad, no se dio el tiempo de observar los ademanes preocupados de Tsuna y...

El sol se apagó al no tener ningún cielo que iluminar.

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