Capítulo 2: Dolor físico y emocional

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La pequeña que callo al colchón como la mayoría de veces después de ser tratada peor que un trapo viejo solo sollozo en la oscuridad, el miedo se apodero de aquel cuerpo ya que era la primera vez que la dejaban encerrada en la oscuridad y sola.

-M..ami..ta ma...mita – lloro la pequeña que solo trataba de ver en aquella espesa oscuridad y soledad, sus pequeñas manos abrazaron sus rodillas y cerro sus ojos sin dejar de sollozar, no entendía porque su mama la dejaba allí sola.

La mujer ignoro los llamados de la pequeña y salió hacia su habitación, gracias al cielo sus suegros no venían hoy a casa, se sentó en la orilla de la cama mirando hacia el bosque que queda cerca de su casa y miraba el camino a ver dónde asomaba su esposo. No sabía desde que momento comenzó a ser tan infeliz, tal vez al ver que no podía darle hijos al hombre que amaba o saber que aunque él no lo refiriera; ella era una mujer defectuosa y eso le dolía mas que nada.

Se recostó cerrando los ojos, tratando de ignorar el llanto de la pequeña que estaba en el sótano, odiaba con todo su ser a esa niña porque sabía que nunca podría ser una verdadera mama. Escucho a los perros latir en la entrada y una sonrisa apareció en su rostro mientras se levantaba y arreglaba un poco antes de salir a recibir a su esposo.

-Amor – Dijo sonriente y se acercó a besarlo, pero aquel hombre solo suspiro con fastidio haciéndola sentir poca cosa, pues él se sentía cansado de todo, no sabía cómo actuar y no lastimar a su esposa.- Erick tenemos que hablar, yo no sé qué pasa con nosotros, te amo y no quiero que por tener esa niña seamos distantes, sabes que te amo – dijo con miedo a ser rechazada de nuevo y más que su esposo de alejar de ella para siempre.

-Yo también te amo victoria – Dijo abrazándola – solo que pensé que me odiabas por hacerte adoptar a esa niña, pensé que odiabas el hecho de que hace unos años fingimos quedar emb..... – ella puso un dedo en sus labios y lo beso con amor.

-Quiero al hombre que me enamoro – dijo con voz dulce, todavía se escucha la niña llorando pero al parecer a ninguno de los dos les importaba cuanto llorara y el hombre solo le regalo una sonrisa.

-Lo tienes en frente – Susurro coqueto para después besándola con pasión mientras hizo que enredara las piernas en su cintura y sosteniéndola para que no callera mientras no paraban de besarse, llegaron a la habitación cerrando la puerta para que nada los interrumpiera porque en este momento y de ahora en adelante solo importaban ellos dos y nadie más.

Después de ese día la pareja era feliz, pero eso no significa que la hija de estos dos lo fuera....

Rose la empleada de servicio que estaba viendo que esos dos se fueron, corrió al sótano sacando a la pequeña y abrazándola, era un pequeño angelito y le dolía ver como sufría y sufriría toda su vida al lado de sus padres. Tomo a la pequeña en brazos para darle un tetero para que durmiera un poco y se alimentara ya que en el día no había comido nada. Esas manitos tan pequeñas solo apretaban el tetero, ya que no había comido nada y últimamente la comida que le daban la vomitaba, el tetero era un premio. El pequeño cuerpo se apegó a la mujer mayor en busca de calor, pues tenía frio y miedo, pero se fue al sentir calor y más cuando el sueño se adueñó de ella.

La mujer al ver a la pequeña dormida se fue quitándole el tetero ya que tenía prohibido acercarse a la menor y salió de allí dejando cerrado, escucho voces de los señores de la casa y fingió estar arreglando la ropa. Todos los días no se sabía que pasaría con esos dos, por eso la mayoría de los empleados no se metían e ignoraban lo que veían, era mejor hacerse los ciegos a ser echados por metidos y aunque es una cobardía que nadie dijera que pasaba allí, era mejor a estar aguantando hambre ya que el trabajo en el pueblo no era muy abundante.

CicatricesWhere stories live. Discover now