El viento corría como si fuera de prisa, mientras que se escuchaba a sus espaldas los perros ladrando y escucho como la puerta de aquella casa que nunca considero hogar se abría y el terror inundo a aquella joven, porque sabía que si era atrapada de esta no saldría, así que con su corazón latiendo más rápido que sus pasos trato de caminar en línea recta pero el frondoso y espeso bosque no permitía tal Azaña, así que, sin más, solo era guiada por el mismo bosque.
Esa noche había luna, todo el bosque estaba iluminado como si se tratara de un lugar por el que puedes pasear de noche, siendo alumbrado por farolas que dejan ver donde caminas, recargo una mano en uno de los muchos árboles y se llevó la otra mano al corazón tratando de tranquilizarse y pensar que haría, no quería morir en aquel lugar, pero tampoco quería ser atrapada por su padre, el terror hacia que sus piernas temblaran y sus pasos sean torpes pero tenía la esperanza de no volver a aquel lugar de nuevo. Ya no quería seguir allí. No sabe si el efecto de la adrenalina la hizo escuchar gruñidos y aullidos así que siguió caminando sin importar nada, ahora no solo era su padre, sino los animales pisándoles los talones y sabía que era una carrea de vida o muerte y ya no había tiempo de arrepentirse así que comenzó a correr de nuevo, su zapato se enredó en una raíz de los árboles y cayo demasiado fuerte y aulló de dolor pero como pudo mirando para todas partes se volvió a levantar y siguió caminando un poco más despacio pero sin detener sus pasos.
No muy lejos de donde corría ella estaba un hombre demasiado resignado a casarse con una mujer demasiado hermosa que podría hacer que su corazón no se sienta cansado y tener un buen futuro y una luna compasiva, durante los últimos años Jennie ha sido la chica más dulce y buena, así que solo decidió comenzar desde ahora a no darle un mal rato a esa pequeña que sería su pareja durante los años que le quedaran de vida.
Al entrar a casa le regalo una sonrisa sincera y se acercó a ella y beso su frente con cariño y la miro fijamente a los ojos y susurro con sus frentes pegadas, porque el haría que funcionara y rogaba a la madre luna que no llegara a pasar nada malo y que no apareciera su pareja destinada o sufriría ella porque él ya se había emparejado. Sabía que ella también sufría al saber que su pareja si estaba allí y eso lo descolocaba, porque fingía no saber, aunque era obvio que Ljoe y ella no podían estar juntos por él. Con sus manos en la cintura de aquel pequeño cuerpo suspiro y susurro:
- Acepta ser mi luna, te hare la mujer más feliz y juro intentar hacerte sentir cada día que valió la pena. – el cuerpo que tenía en sus brazos se estremeció.
- A... acepto.... – después de esas palabras se acercó a los labios de la menor y solo los roso, sin saber que lo primero que quería era no causar dolor al hombre que entro corriendo, vio la cruda verdad en los ojos de su mejor amigo y vio cómo se recompuso en menos de un minuto.
- Alpha!!! – entro corriendo un Ljoe muy fatigado y nervioso a la gran mansión y miro que su líder solo estaba allí de pie con su pareja destinada, le dolió ver lo que nunca podrá tener, él no tenía valor para aquella joven porque nunca lo demostró y ver la realidad se sintió como una apuñalada con un cuchillo en su corazón, su lobo inquieto araño por salir a la superficie, pero lo controlo y sonrió como nunca lo había hecho hacia su mejor amigo y líder, con hipocresía. Pensó que ella se revelaría y desearía estar con el así que solo se recompuso lo más rápido que todo y se inclinó en forma de respeto.
- Habla – dijo más cortante de lo que deseaba sin soltar a su pareja.
- L... los humanos ingresaron a nuestro territorio, van con perros de caza, como si hubieran perdido algo y lo estén buscando. – Dijo demasiado agitado, ya que venía corriendo desde los linderos donde solía pasarla a mirar la luna y vigilar el ambiente en su turno.
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Cicatrices
FantasíaSinopsis - Ya nada importa -Dijo mirando aquellos ojos negros brillantes y temblando de miedo al no saber lo incierto, pensó que el dueño de aquellos ojos no veía su miedo. - ¡Ya acaba con esto de una vez!- Grito estérica, no sabía si era el miedo q...