Nia andaba furiosa de un lado a otro de la sala del trono. Los lobos llevaban esquivándola durante demasiado tiempo y tenían con ellos a su hija, una vampiresa que cooperaba con licántropos, la profecía estaba demasiado cerca de cumplirse. No podía permitirlo, no podía fracasar.
Clarke Griffin tenía la culpa de todo, por haber aparecido y haberlo cambiado todo. Cuando encontrase a esa loba se iba a arrepentir de haber nacido, iba a deleitarse con ella provocando su muerte lenta y dolorosamente.
Su ira era palpable y los ancianos del clan estaban nerviosos y asustados, Nia enfadada era demasiado peligrosa, demasiado letal y sin noticias de los lobos cada día que pasaba se tornaba en su contra, provocando que su reina acumulase su ira y nadie quería estar a su lado cuando estallara.
-No pueden huir eternamente, no se pueden ocultar eternamente, encontradlos y no dejéis a nadie con vida, excepto a mi hija y a Griffin, a ellas las quiero para mí.
Los guardias partieron con celeridad a peinar una vez más el bosque sin éxito, los lobos borraban bien su rastro, provocando la ira descontrolada de la reina que veía como sus sueños de grandeza se escapaban de sus manos por culpa de la ingrata de su hija y la maldita loba Griffin.
Nia no dejaba de darle vueltas en la cabeza e incluso llegó a tornarse en obsesión la idea de que tenía que haber matado a esa cría cuando solo era un bebé, cuando tuvo la oportunidad. Su error lo estaba pagando caro y esta vez no pensaba fallar.
Mientras tanto, la manada viajaba incansable, cambiando de posición cada poco tiempo para evitar ser encontrados por Nia y los vampiros. Lexa siempre guardaba silencio, siempre apartada del resto, sintiéndose una extraña y notando como no era bien recibida entre ese pueblo extraño y tan distinto a ella. Siempre pensando en las extrañas palabras de Granny. ¿Podía ser cierto? Era imposible, los vampiros no son capaces de amar pero, si era imposible, ¿Por qué su madre se había empeñado tanto en acabar con su vida solo por mostrar piedad por un licántropo? ¿Sabría acaso Nia la existencia de dicha profecía? Era todo un sin sentido.
Clarke no dejaba de darle vueltas a sus sentimientos, cada día más intensos por Lexa. Los lobos atesoraban sus emociones pues estas eran la fuente de su fuerza, no huía del amor creciente que habitaba en su interior por la joven vampiresa mas temía el sufrimiento, temía que esta no pudiese corresponderle jamás, temía que ese amor creciera hasta límites insoportables y no ser correspondida.
Si la profecía era cierta, ambas estaban destinadas para unir las dos grandes razas inmortales mediante su amor, pero según la vampiresa era imposible.
Llevaba un lío de emociones, sentimientos sin sentido, miedo y desesperación que no tenía tiempo de procesar. Si realmente ella formaba parte de una profecía milenaria era demasiado peso sobre sus espaldas.
Miraba a la vampiresa con una mezcla de desconcierto y ternura, ella había crecido sin padres, completamente sola mientras Lexa había renunciado a todo por salvarle la vida. Ambas estaban solas en el mundo, solas con la eternidad como maldición, no eran tan diferentes como sus razas se empeñaban en demostrarles.
Mirándola se le ocurrió que no podían huir eternamente, que algún día las encontrarían, que debían estar preparados para cualquier situación, preparados para una guerra, quizás la última gran guerra entre ambas razas y la joven vampiresa no sabía pelear. Un escalofrío de terror recorrió su espalda al imaginarla indefensa ante Nia, y decidió que, en cuanto se establecieran una vez más, la instruiría en la lucha y en la defensa personal ante sus enemigos, por mucho que se quejara no podía permitir que, en caso de enfrentamiento, no pudiese al menos defenderse.
Por fin llegaron a un claro en el bosque, cerca del río y perfecto para establecerse unos días. Los lobos desplegaron sus pocas pertenencias mientras Lexa se acomodaba en una pequeña gruta entre las rocas, perfecta para pasar escondida las horas de sol. Una vez acomodados, Clarke calculó que tenían unas cuatro horas antes del amanecer así que se acercó a Lexa tomándola de improviso.

ESTÁS LEYENDO
Hijos de la luna
FanfictionAdaptación Clexa de un fic Swanqueen también escrito por mi AU. Una antigua profecía marca el fin del odio ancestral entre vampiros y licántropos con la llegada del amor verdadero entre dos miembros de sus respectivas razas. Los vampiros luchan por...