Capítulo Dos

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Después de enterarme de que a Naira le gusta Rayan trate de hablar bien de Naira en frente de Rayan. Él nunca estuvo de novio con alguien aunque él me decía muchas veces que le gustaba una que otra chica yo le decía que la invitara a salir, pero él decía que eran gustos pasajeros y que no quería que nada lo distrajera de sus estudios.

Y aquí estaba yo, haciendo la tarea del colegio en mi habitación con el pestillo cerrado sintiendo miedo en todos mis poros, deseando vivir en una burbuja en la cual te proteges de todo y de todos. A veces siento que mis sentidos me fallan y presiento en cada ruido el sonido de sus pisadas.

Mas no hay nada que temer me dicen las estrellas que de noche son testigos de cada fechoría maquiavélica, mientras salen cada estrella sientes el tiempo en retroceso viviendo una y otra vez el mismo cruento fin.

—Llegué, nena. ¿Me extrañaste?

—No se puede extrañar a alguien en el que tienes tan poca estima.

(...)

— ¿Estás lista para escuchar el nuevo chisme que tiene Rayan para ti?—Me dice Rayan y al ver que no respondo pone una mano frente a mí— ¿Reychel?

Estamos en mi casa viendo el último capítulo de la tercera temporada de Riverdale, siempre vemos todo una temporada en un día y más los días domingos, como hoy, donde yo me quedo con una muy ocupada mamá a la que no le importa que un chico esté en la habitación de su hija. Ella piensa que Rayan es mi enamorado aunque le dije muchas veces que no lo es, ella me contradice.

— ¿Sí? ¿Me estabas hablando?—digo distraídamente

— ¿Acaso estabas viendo la serie? Mira si no tienes ganas de verlo, dímelo; podríamos hacer otra cosa, vi que pusieron gimnasio en un parque cerca de aquí y así fortaleceremos nuestros músculos—me codea.

¿Ven por qué este chico es mi mejor amigo? Es muy dulce y se preocupa por mí más que mi mamá que se pasa más al pendiente de su trabajo que de su hija, seguro que si no me ve ella pensará que sigue soltera y sin hijos. A veces le digo que ella se casó con el computador y su hijo es el celular mientras que yo soy una falla en su sistema.

—Por eso te quiero—Le hablo apretándole las mejillas, que no tiene, por que este chico no tiene nada de grasa en su cuerpo, no me pregunten como lo sé—. Amiguito, ¿tú para qué quieres ejercitarte si ya estas hecho todo un fisicoculturista? ¿O acaso es que me querrás llevar porque allá habrá muchas chicas?—enarco una ceja juguetonamente.

—Nunca te llevo cuando voy a coquetear—me responde mientras aleja mis manos de su cara y revuelve mi cabello—. Además que quiero que dejes esos feos suéteres y me dejaras ver tu cuerpo en ropa deportiva—dice subiendo y bajando las cejas a modo de coqueteo, cosa que siempre hace bromeando.

—Rayan, llévame a todos los lugares menos a un gimnasio—le ruego risueñamente.

No creo llevar ropa deportiva nunca, no es que no me guste es porque yo no tengo un cuerpo perfecto y sí, si estoy con el rollo del autoestima, pero no es solo eso, es solo que me da miedo saber que otros hombres me verán de la misma forma que mi tío, con ojos libidinosos. Aunque sepa que no tengo un cuerpo perfecto, me da miedo volver a casa con miles de ojos mirándome en mi cabeza.

—Rayan, ya faltan dos horas para tu práctica creo que será mejor que nos alistemos, ¿no?— cambio de tema a lo que él fijándose la hora en la pantalla de la televisión se da cuenta que ya se está haciendo tarde y recoge su celular—. Oh...me olvidaba, invite a Naira a tu práctica de natación de hoy, ¿no te importa, no?

Él gira y empieza a boquear y encoge los hombros.

—Oh...bueno, yo eh estado pensando que al finalizar la práctica podríamos ir al cine, hablé con tu madre al llegar y te dio permiso, miraremos Five feet apart, la que tú querías ver—para de hablar tocándose la manos.

Lágrimas de ellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora