Capítulo 5.5

21 7 4
                                    

Pov Dennis

No todo en la vida es perfecto, en otras palabras, mi vida no es perfecta y no es que me esté haciendo la víctima, es que los seres humanos tienden a renegar de algo o como lo hago yo, justificar mi mal humor que tampoco digo que este bien, puede que aguantes uno que otro problema que poco a poco se van intensificando cuando llega el punto donde quieres mandarlo todo a la mierda y te importa un pepino que pasara después de modo que no piensas en la consecuencia de tus actos, algo así me sucedió ayer al querer venir al colegio.

Al ingresar al nuevo colegio en el que estudiaré siento el peso de una persona por la espalda, ustedes dirán "Volteo y se besó casualmente con el chico hermoso", mas no es cierto, eso no pasó, algo tendría que pasar para aumentar mi mal humor, me caí y me golpeé los codos al querer sostenerme ya que mis manos estaban con cuadernos por ende me fui derechita al piso.

-Oye tú, ¿te mueves o qué? -dije sintiendo que el cuerpo en mi espalda no se movía

-Sí, perdona-se levanta y me da la mano

Al fijarme en su rostro vi que era un chico muy lindo, en su rostro se veía una ternura, no digo que no se le veía varonil ya que él estaba muy guapo, su espalda ancha, sus brazos, sus ojos azules, sus labios, ¡ay! empieza a hacer calor aquí, creo que siento mariposas en mi estómago, ¡no! no puede ser eso, mejor iré al médico puede que sean parásitos.

-Gracias y no gracias, ¿Qué haces para caer encima de la personas eh?-le digo indiferentemente, no es que sea mala onda, el problema es que me agarro en mis días de mierda.

-Lo lamento, estaba leyendo, me tropecé y caí encima de ti, no me di cuenta-se disculpa mirándome a los ojos

-A no ser que te hayas caído a propósito-le menciono poniendo mi mano en forma pensativa

-Que comentario más narcisista, pensé que solo los chicos del equipo de fútbol decían eso, ¿cómo te llamas?-me pregunta

Reviso bien a este chico cuando me doy cuenta de algo, mirada nerviosa, ropa holgada, varios libros en mano; se nota que es un chico aplicado sinónimo de empollón. No estoy discriminando, pero al verlo me gustó tanto que coquetearía con él, pero la mayoría de estos chicos se lo toman muy a pecho las relaciones para pasar el rato y eso no es lo mío

-Dennis ¿y tú?

-Diego-me informa, no les digo que este chico está muy mono, no intenta coquetear como la mayoría de los patanes hace cada vez que ve a una chica intentando llamar su atención.

-Bueno pies izquierdos, un placer casi sexual haberte conocido aunque con el golpe que me diste no creo que sea un placer-negué con la cabeza

-Ya te dije que lo lamento mucho- me mira rodando los ojos

-Yo dije que no había problema – me despido dándole un beso en la mejilla-Espero que la próxima vez que te vea no me des un golpe.

(...)

No puedo creer a quién me encontré hoy, yo recuerdo que la última vez que vi a mi mejor amiga vestía unos zapatos de charol y un vestido que combinaba con el azul de sus ojos, sin embargo ahora la veo en su versión adolescente con el buzo de colegio dos tallas más de lo que es ella y su pelo castaño atado en una coleta. Ella es la única cara conocida que tengo desde que llegue a este pueblo, me presento a sus amigos y en medio de eso pude ver que mi amiga tiene a alguien babeando por ella.

Al tocar el timbre nos dirigimos a la salida cuando de pronto siento que veo el mundo de patas arriba, alguien hizo que me caiga al piso y no de la mejor forma, ¿Qué tiene este día?¿Acaso es el día de golpear a Dennis, o qué?

-¡¿Qué tienes idiota?!-le grité al que me había golpeado, la espalda me dolía vigorosamente como si un camión hubiese pasado por encima de mío.

-Perdón- se disculpó el chico que se sobaba el hombro- uh...hola de nuevo-me dijo y lo recordé, era el pies izquierdos.

-¿De nuevo tú?, no conseguirás un ligue conmigo si sigues golpeándome-le reprendí

-Lo lamento, ¿Y quién te dijo que quería conseguir algo contigo, eh?-dice con un cambio de humor repentinamente.

-Tus ojos, son muy expresivos sabes-dije para molestarlo- creo que deberías esconderlos-me reí y Diego miró el piso.

-¿Acaso no te enseñaron a ser humilde? que tengas una cara bonita no te da derecho que humilles a los demás-se armó de valor y dijo-pero ¿sabes qué? viéndote rubia ya sé qué tipo de persona eres.

Eso me enfureció mucho ¿qué narices tiene que ver que yo sea rubia?, pero recuerdo cuantos estereotipos tienen las rubias en Hollywood. Vine a otro colegio para olvidar todo lo que había pasado en el antiguo, pero viene este chico y me lo pone difícil; mi mal humor estaba apareciendo nuevamente y yo iba a atacar como si de serpiente se tratase.

-¿Qué quieres decir con eso, cretino? Dime lo que insinúas, ¡Reychel, agárrame que ahora lo mato!-dice cerrando los ojos

-¡Uy! Deforme te la dejaré si sigues molestándome, yo seré la rubia con ligues pero tú eres el nerd y sales perdiendo porque a ellos nadie los quiere.-le digo golpeándole con mis palabras como si de un ring de boxeo se tratara.

-A ti no te quieren, Barbie. A ti te utilizan.

Golpe bajo, guapo. Golpe bajo. Me irrita cuando los chicos creen que por ser chicos son los únicos que pueden desechar a las mujeres, cuando en pleno siglo veintiuno sabemos que no es cierto.

-¿Seguro que ellos me utilizan?, ¿no será al revés?-confieso indirectamente

-Pero si ni cerebro tienes, Barbie-empieza a insultar él, tengo ganas de ir junto a él y morder sus labios para que así se calle o golpearle en las pelotas por idiota.

-Chicos, basta. No sé quién seas pelinegro, pero no te metas con mi amiga, que la acabo de recuperar. Vámonos, Dennis.-dice Reychel mi costado, defendiéndome.

Me voy furiosa porque tengo suficientes problemas como para añadir uno más a mi lista, pero este chico si se lo busco, creo que la antigua Dennis volvió.

**************************************************************************

Nota:

Este es un pequeño adelanto del que podría ser un libro, la verdad que con este libro ya tengo tres libros pendientes a publicar que requieren de mucha editación, pero si veo que esta parejita les gusta, puede que haya un libro más.

Lágrimas de ellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora