Limpieza

716 33 5
                                    

"Cuando termines de limpiar ese lado" señalo el capitan. 

"Sigue con los camarotes" garfio me dirigió una mirada divertida, al parecer a el toda esta situación le entretenía, garfio camino hacia el timon "Ah y princesa" se regreso hacia mi, "La próxima vez usa ropa mas adecuada a tu trabajo, solo si piensas comer conmigo puedes usar las ropas que te doy" mire mi ropa, era cierto era algo elegante para estar fregando el piso con una mopa. Quise contestarle, responder a sus burlas pero me abstuve, seguí fregando el piso hasta terminar con toda el área de la cubierta, los labores de limpieza me eran ajenos, jamás tuve que limpiar yo el palacio, aun así había decidido aprender como hacerlo, miraba a las damiselas limpiar y solia pedirles que me explicaran como fregar de la manera mas rápida y eficaz, ellas solían reír de mis peticiones.

.~~~.

"Pero princesa, por que desea aprender a realizar estas labores, usted siempre será de la realeza, este trabajo nos corresponde a nosotras" las damiselas, me miraron, una versión mía de 15 años cuando mucho.

"Es bueno saber un poco de todo, aun y cuando soy una princesa me resulta interesante aprender" les conteste mientras balanceaba mis piernas en un banco de la cocina.

"Es más" les dije mientras arremangaba mi vestido para poder tomar la mopa mojada.

"Quiero aprender a exprimir estas, cosas" las damiselas y yo reímos cuando por primera vez intente limpiar un pedazo de la cocina y dejar todo un tiradero por no poder exprimir la mopa de manera correcta.

Eran buenos recuerdos, siempre viví una vida tranquila, el palacio solía ser un lugar tranquilo, donde pasaba las tardes aprendiendo cosas nuevas, por las tardes algunos días de la semana Richard solía enseñarme a cabalgar o a manejar la espada.

Por las mañanas, solía leer los libros de navegación, cartas astrales, historia de reino y otras cosas mas y por las noches salía a caminar por los jardines, admiraba las flores y me ponía a soñar con recorrer el mundo, recorrer todo el mundo en un gran navío.

——-.———-

Mire a mi alrededor, seguro, estaba en un gran navío recorriendo el mundo, pero no de la manera que había planeado, seguí recorriendo con la vista el barco hasta que mis ojos se posaron en el capitán. El estaba mirando al mar, perdido en algo de sus pensamientos, Garfio me resultaba familiar, como un recuerdo lejano o como alguien ya conocido, pero me resulta imposible rememorar algo sobre el.

Tome la mopa y el balde con agua sucia y jabonosa, la vertí en el mar y volví a llenarla con agua limpia y fresca, deje caer un poco de jabón hasta que hizo espuma y camine a los camarotes.


"Me muero de hambre" mi estomago dejo escapar un gruñido, tenia hambre solo había tomado el té que smee me había dado.

"Tiene hambre princesa?" pregunto uno de los marineros que organizaba unos barriles cerca de los camarotes, por el olor debía de ser alcohol.

"Yo..." antes de poder continuar mi estomago respondió por mi con un sonido aun mas estridente que el anterior, el hombre río un poco y me arrojo una manzana.

"Es todo lo que tengo, por ahora" el hombre siguió con su trabajo, yo sonreí, al parecer no todos eran tan malos.

"Disculpe, cual es su nombre?" pregunte por cortesía.

"Erick" Respondió "Mi nombre es Erick, princesa"

"En este lugar, ya no soy una princesa, me llamo Danelys"

"Es todo un placer" Erick se dio la vuelta y continuo con su trabajo. Busque un lugar alejado donde podría comer a solas.

"Comida" suspire y mire alegre a la manzana, me había sentado detrás de unas cajas con lo que al parecer era madera y carbón, nadie podía verme desde ese pequeño lugar, estaba cansada, más cansada de lo que jamás había estado, le di una mordida a la pequeña manzana roja, era jugosa y dulce, al terminar, continuaba con hambre pero sentía que podía continuar.

——.——-

Era ya de noche, todos estaban dormidos en sus camarotes así que yo decidí salir del mío, por la tarde fue la misma escena, el capitán me pido la misma pregunta, que comiera en su mesa, al declinar nuevamente, me prohibió comer hasta que todos hallan terminado, en la noche ni siquiera me tome la molestia de acercarme  al comedor, smee me llevo dos rodajas de pan y algo de carne, seria suficiente para pasar la tarde.

La noche era fresca, el aire tenia el olor de la vida marina, me incline sobre el barandal de madera y recargar la frente en el, relaje mi cuerpo que había estado tenso toda la tarde, sabia que si las cosas continuaban así, no podría con la carga de saber que no vería a mi familia, ellos pensarían que los había abandonado por miedo, ¿Me extrañarían? O ¿Sentirían vergüenza de mi ?, las preguntas pasaban por mi mente, no podía continuar así, ser secuestrada por piratas y tener que trabajar para un loco, tenia miedo eso era cierto sabia defenderme pero era demasiado. Las lagrimas comenzaron a descender por mis mejillas, no podía controlarlas, el desconocimiento de que iba a pasar y la poca certeza de que me harían estos piratas me aterraba, no solía llorar odiaba llorar, pero era demasiado incluso para mí, continue llorando en silencio dejando que las lagrimas empararan mi rostro.

"Rayos, ¿estas llorando porque no te deje cenar?" garfio, me miraba nervioso y al mismo tiempo fastidiado, al parecer jamás había tenido que enfrentar una situación donde una mujer llorara por algo que no fuera el, tan egocéntrico. Guarde silencio, no pensaba responder a sus preguntas no pensaba darle el gusto de verme sufrir, mantuve la frente pegaba al barandal acunándola en mis brazos.

"Podrías?..." garfio toco mi hombro y gire un poco la cabeza lo suficiente para ver que sostenía con su mano un pañuelo rojo.

"Largo" volví a bajar la mirada, pero sentí un tirón en el brazo que me obligo a enderezarme hasta quedar de frente a el envuelta en sus brazos no tenia hacia donde moverme.

"Yo no soy uno de sus sirvientes princesa, yo no tengo que obedecerla" tenia mi cintura rodeada con su brazo, esta justo enfrente de su pecho, y fue cuando me percate de lo alto que en realidad era me sacaba toda una cabeza de estatura, levante la frente, solo para ver que no me estaba mirando directo su mirada era hacia el mar.

"Primero, tome esto, no quiero verla llorar" me volvió a ofrecer el pañuelo y esta vez lo tome, garfio relajo el brazo que rodeaba mi cintura y me pude alejar un poco de el, seque mis lagrimas y le ofrecí el pañuelo de regreso pero el negó con un movimiento.

"Regrese a su camarote princesa" Garfio paso al lado mío sin dirigirme una mirada, en cambio yo lo seguí con la mía hasta que se perdió dentro de su propio camarote.   



EnganchadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora