Enganchada

Concurso de miradas

"Donde rayos estoy?" fue lo primero que cruzo por mi mente, usualmente no despierto desorientada cuando cambio de lugares, pero en esta ocasión no tenia ni idea de donde estaba

La habitación era solo del tamaño preciso como para que una cama, una mesita, un pequeño closet y una silla tuvieran lugar, todo era de madera oscura, había una pequeña ventana desde la que se podía ver el cielo de color azul y dejaba entrar algo de luz a la habitación.

"O dios mío"  recapitule lo que había sucedido, un hombre con un garfio me había secuestrado, estaba en su barco "y si me vendió?" que tal si el me había vendido a unos piratas y ahora estaba quien sabe donde. Me levante mi vestido era baste voluminoso como para estar cómoda en esa habitación. "Mierda" susurre para mi, me puse a buscar por los cajones algo que me pudiera servir para defenderme, al final encontré lo que parecía ser un tubo pequeño del tamaño de mi antebrazo, lo suficientemente grande para golpear a alguien. "bien" me dije, ahora tenia que buscar una manera de salir y ocultarme.

"Princesa" tocaron a la puerta y se abrió, un hombre de apariencia mayor  entro cargando una taza de té y un bulto de telas en su otra mano

"Atrás!!!!" grite mientras blandía el tubo enfrente de mi

"Wooooah, princesa, tranquila no pienso hacerle daño " el hombre retrocedió hasta el marco de la puerta, puso el té enfrente de el y me miro asustado. "Le traje un té y ropas, el capitán quiere desayunar con usted"

"El capitán?" pregunte confundida, mire al hombre de arriba a bajo, era regordete y algo viejo tenia un gorro bastante viejo y grande de color rojo, su ropa estaba algo raída y sucia pero aun así se veía decente, unas gafas redondas descansaban sobre el puente de una nariz algo grande, la barba ya canosa le había ver como un Santa Claus sucio pero amigable.

 "Como se llama?" Pregunte nerviosa, el hombre dejo la ropa sobre la silla y la taza de té sobre la mesa que estaba al lado de la puerta

"Smee, Princesa" el hombre te miro tranquilo como si lo que estuviera pasando fuera lo mas común del mundo.

"Que hago yo aquí?" pregunte esperando una respuesta que me tranquilizara

"esos son asuntos del capitán, por favor vístase" el hombre salió de la habitación y yo mire la taza humeante de té  que olía como rosas o flores silvestres, le di un sorbo y el liquido caliente descendió por mi garganta  dejando una sensación cálida y reconfortante. Después mire la ropa, un corsee de piel café con botones por la parte delantera, unos pantalones ajustados del mismo color del corsee, una falda que parecía hecha de velas de barco, suave y de color crema como las velas de los navíos, botas cortas de color negro y un saco de piel negra corto hasta la cintura solo lo suficiente grande para tapar mis hombros.

"No usare esto" pense, internamente me gustaba como se veía el conjunto parecía relajado y rebelde. "ya que" me dije y comencé a quitarme el vestido.

era la primera vez en mi vida que lo hacia yo sola. 

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Quitarme el vestido y ponerme la ropa me tomo mas tiempo del que hubiera querido, la ropa me quedaba justo a mi tamaño, termine de vestirme y abrí la puerta despacio, nerviosa, asustada pero segura que de que no dejaría que nadie se percatara de eso.

El barco era como cualquier otro navío real, grande y con muchos mástiles, cuerdas y madera húmeda que al caminar se escuchaba el rechinar de la madera rozando entre ella. Salí despacio, no había casi nadie a la vista, solo unos hombres que estaban acomodando unos barriles que me ignoraron, en el timón no había nadie, ni una huella del capitán de la nave.

"Princesa" escuche la voz de Smee "Es por aquí" smee me guió por lo que parecía una puerta y unas escaleras a la parte baja del barco en donde todas las personas estaban reunidas. Camine entre las mesas largas hasta el final del gran salón donde todos los hombres bebía y comían lo que parecía, queso, rodajas de pan y carne de algún animal que desconocía, el olor a alcohol comenzó a sofocarme, mantuve la frente en alto una actitud neutral, algunos de los hombres me dirigían miradas molestas o indecisas sobre si brincar sobre mi o reverenciarme, algunos solo inclinaban la cabeza ante mi otros intentaban tocarme pero smee los golpeaba con lo que parecía un palo o remo que había tomado en algun momento mientras caminabamos a lo que parecia el comedor.

"al final del pasillo princesa"  al final había una sola mesa con dos sillas, una de ellas estaba ocupada por lo que ya había deducido seria el capitán.

Me acerque segura y manteniendo la expresión neutra, el capitán, tenia barba y bigote, estos abrazaban una mandíbula dura y masculina que dejaban ver que era un hombre seguro y mayor de 28 años por lo menos, sus cejas, era pobladas pero elegantes solo con la forma y grosor suficiente para ser consideradas unas cejas masculinas, tenia unos ojos de un color azul como el cielo despejado en una tarde tranquila o incluso como el color del mar, pero lo que mas caracterizaba esos ojos era que tenia una mirada oscura y peligrosa, sobre todo me detuve a mirar el garfio que tenia en vez de mano, definitivamente el era el hombre que me habia secuestrado.

"Danelys" saludo con una sonrisa picara el capitán he inclino la cabeza un poco, estaba sentado relajado con los pies sobre la segunda silla, llevaba unas botas de piel negras en conjunto con una gabardina también de piel y un chaleco de color rojo oscuro 

"Princesa" le corregí rápidamente "O si lo prefieres, Alteza", esto solo hizo que dejara escapar una risa apagada, al parecer esta situación lo divertida bastante. 

"Como gustes" se detuvo "Princesa" puso particular atención a esa palabra dejándola rozar sus labios al pronunciarla casi de manera despectiva. 

"Desayuna conmigo" invito señalándote la silla al lado suyo bajando los pies y colocando la silla bastante cerca de el.

"Prefiero desistir a esa invitación" 

"No, No era una invitación" replico

"y mi respuesta" le mire directamente a los ojos no podía dejarle ver lo nerviosa que estaba "NO es debatible" puse todo el odio y fuerza que podía dejar proyectar en una sola palabra y con la mirada,  me miro sin sonreír, podía sentir sus ojos azules escanear todo mi cuerpo, penetrando con su mirada mi mascara de fortaleza y cordura. 

"Que hago aquí capitán...?" pregunte al ver que no respondía, deje la ultima palabra como pregunta esperando un nombre en respuesta

"Garfio" respondió, levantando el garfio para que pudiera tener una mejor vista de él.

"Oh capitan aplaudo su creatividad" 

"y yo tu descaro y valentía querida" ambos nos miramos, parecía un concurso de miradas, quien soportaría más la mirada del otro y por lo menos yo no iba a perder. Garfio se percato de mi intension, bajo la mirada riendo para si mismo.

"Estas aquí porque así lo quise "

"No es justificación, le ordeno que me deje en puerto, si acepta mi propuesta pediré que no se le encarcele ni a usted ni a su tripulación, le conviene bajarme todo la flota real me estará buscando y lo buscara a usted por secuestro" Garfio me miro sonriente como si lo que estuviera diciendo fuera el chiste mas divertido que jamás allá escuchado.

"No me buscaran por secuestro, la buscaran tal vez a usted por huir"

"Yo no huí"

"Lo parecería, lo ultimo que hizo antes de muy amablemente yo la rescatara de esa proposición de matrimonio que tanto odiaba"

"Yo no odiaba la proposición" le mire indignada

"oh claro princesa y por eso sus palabras fueron 'no quiero' antes de que la secuestrara" resople y le mire molesta, esto hizo sonreír a garfio y continuo me estaba ganando y estaba terminando con la poca compostura que aun tenia. 

"así que es mas posible que piensen que usted quiso escapar, princesa" se levanto un poco hasta alcanzar mi mano "ahora, desayune conmigo" tire de mi mano para liberarte de el, pero solo logre que se molestara, su gesto ya fastidiado paso a ser de enojo, parecía frustrado y decepcionado.

"Entonces" me dijo poniendo todo el odio en sus palabras  "comerás de las sobras" solto mi mano de golpe he hizo un gesto con su mano para que me retirara, smee se acerco a mi y me señalo el camino.

Antes de voltearme y andar le dirigí una ultima mirada, una mirada que destellaba la ira y odio lo unico que podria sentía por el hombre que me había secuestrado.