En medio de la tormenta

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Los días no mejoraban para nada, después de nuestro encuentro en la bodega las cosas seguían siendo igual o peor. Miradas rápidas, evitarnos y sobre todo ignorarnos. La rutina de las comidas era la misma, tenia que sentarme con él a comer, quisiera o no quisiera “Ordenes del capitán, hasta que diga lo contrario” me dijo Erick el día que le pregunte si podía sentarme en otra mesa. Ese era posiblemente el peor momento el día, caminaba con un plato de comida en la mano hasta la mesa, si tenia suerte llegaba lo suficientemente temprano para ser la primera en sentarse, si se me hacia tarde tenia que caminar hasta la mesa tratando de ignorar la mirada constate y penetrante de Killian. Comer con una mirada constate encima no era sencillo, si levantaba la mirada me encontraba con sus ojos y era bastante incomodo hasta que alguno de los dos apartaba la vista, usualmente era él, distante parecía perdido en sus pensamientos mirándome fijamente hasta que se percataba de que lo estaba mirando, apartaba la vista en ese momento para centrarse en otra cosa, como que tan sucia estaba la botella de la que tomaba o las manchas dela mesa que extrañamente le parecían sumamente interesante . En ocasiones podía sentir que quería hablar, que algo me quería decir, pero justo cuando abría la boca para hablar la cerraba inmediatamente rechazando la idea de cruzar una palabra conmigo.

Hasta que un día en particular decidió volver a hablarme. Hacia un viento horrible y las olas del mar parecían azotar fuertemente el barco moviéndolo de un lado a otro, la sensación de mareo era lo peor, deambulaba nerviosa por mi camarote intentado calmar la sensación de asco y ganas de devolver el poco desayuno que había tomado. Salí afuera, la lluvia y el agua de que salpicaba de las olas me azoto de golpe, en unos cuantos segundos quede empapada, los demás hombres trabajan en las correas, amarres y velas del barco, totalmente empapados. Aun y cuando era de día, el cielo era gris y parecía más tarde de lo que en realidad era. Mire al timón y vi a Killian, escurriendo, totalmente cubierto de agua, tratando de controlar el timón. Tenia toda la mañana ahí desde que la tormenta había comenzado, no se había tomo la molestia de ir a desayunar o probar bocado, lo único que lo acompañaba era una botella de ron aparentemente a punto de terminarse por lo que podía distinguir. Corrí a la cocina, para protegerme del agua, entre todo el alboroto intente esquivar una cuerda suelta pero mi intento fue fallido y caí torpemente contra el suelo, golpeándome las rodillas contra el suelo, me levante rápidamente y corrí al comedor.

Dentro del comedor no había nadie, las hileras de mesas y sillas estaban vacías, todos debían de estar trabajando a fuera, camine hasta encontrar una mesa donde había una canasta de pan y me senté, estaba molesta y no sabia bien porque, posiblemente la sensación de mareo, el haberme caído y toda mi situación en si, me hacia sentir molesta. Tome la canasta de pan y tome un trozo, esta suave y aun algo tibio, estaba apunto de dar un bocado cuando la puerta se abrió de golpe, brinque del susto y mire a la puerta esperando que hubiera sido el viento, pero no era el viento. Killian estaba en la puerta, camino dentro del comedor y cerro la puerta detrás suyo, estaba empapado, escurría agua a cada paso que daba dejando un charco debajo de el.

“Te estas comiendo mi pan” le mire a el y luego mire confundida a la canasta de pan, con razón estaba tibio, lo debieron haber dejado aquí para que Killian comiera algo después de todo no había desayunado nada.

“Lo siento” dije, me resultaba raro hablar con el, después de casi dos semanas de no hablarnos lo primero de lo que discutíamos seria por un pan.

“¿Estas bien?” me pregunto, camino hasta la banca y se dejo caer ruidosamente en ella salpicando algo de agua de su ropa.

“¿Por qué no habría de estarlo?” pregunte

“Te vi caerte” Me miro, examinándome. “Te vi caerte muy duro, pero de la manera las graciosa que jamás haya visto” sonreía “y luego te levantaste buscando ver quien te había visto” parecía apunto de soltar una carcajada, debía de estar medio borracho, tanto alcohol y nada de comida en el estomago no era una buena combinación.

“Si te sigues riendo no te voy a dar pan” acerque el  pedazo de pan a mi boca, pero me sujeto con su garfio la muñeca, estaba muy cerca, demasiado cerca, me quito el pan de la mano y se lo llevo a la boca.

“Tu comiste el tuyo más temprano” le mire mientras comía, parecía distante. Una ola azoto el barco y se meció con bastante fuerza, sentí tomo el piso se me movía, Killian me tomo de la cintura antes de que me fuera contra el suelo. Me acomode y busque su rostro, tenso, con el gesto de preocupación. “¿Killian, estas bien?” pregunte. El solo me miro nervioso y asintió, seguía sujetándome por la cintura, intente moverme pero me atrajo a si aun más. Estaba completamente pegada a su pecho, su respiración era entre cortada y forzada, me gire un poco y tome su cara entre mis manos.

“¿Qué pasa estas bien?” volví a preguntar.

“No deberían asustarme las tormentas, he pasado por muchas” dijo “Pero no puedo evitar estar tan nervioso en ellas, solo puedo pensar en como mi familia murió en una” suspiro y me soltó de la cintura.

“Esta todo bien” sonrió “No pasa nada” se levanto y me dio un beso en la frente, camino a la puerta y salió. No puedo quitarme la sensación de que esas palabras iban dirigidas para si mismo, más que para mi.     

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