ME NIEGO A SEDER (cap1)

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Capítulo 1

-Ana Carmen alistaste que nos vamos para el aeropuerto a recibir a tu prometido.

Con un gesto le indicó a madre que no are lo que me dice y me lanzo a la cama.

-Vas aún no quieras.

-Te he dicho que no iré, y él no es mi prometido eso se lo inventaron ustedes -al parecer mi respuesta empeoró más las casas, ya que me lanza una mirada llena de furia -no me mires así.

--"Ya te dije que vas a ir y vas a ir" esa es mi última palabra.

-Entonces se quedarán esperando, porque no pienso ir y esa también es mi última palabra.

-¡No juegues con fuego niña te puedes quemar! -mi madre estaba muy equivocada ya me había quemado y no lo haría de nuevo.

Mi madre salió de la habitación echa una furia. En cuanto le diga a mi padre que no pensaba ir con ellos, él me llevaría arrastras si fuese necesario.

Sí, mi padre es un hombre chapado a la antigua, y firme en lo sus decisiones y creencias. Mucho más cuando daba su palabra.

"Es de esos hombres de los que ya no aparecen".

Olga

quince minutos después

-Ana calmen ya es hora. -Toque la puerta, pero ella no respondió, entonces decidí entrar.

-Que hiciste Ana Carmen y ahora que voy a hacer. Tengo que pensar pronto.

Baje las escaleras lo más calmada posible.

-Qué pasó querida. -dijo mi esposo. -y Ana Carmen.

-Cariño Ana no podrá asistir le duele mucho la cabeza, y está tirada en la cama.

-Voy a ver...

-¡NO!, cariño, no es necesario le he dado unas píldoras para el dolor y no es conveniente que Rodrigo la vea en esas condiciones.

Miguel se quedó callado mientras me observa.

Mientras que mi corazón latía desenfrenado -- por haberle mentido, pero si él subía y no la encontraba, no sabía como reaccionaría.

¡Si sabía!

Iba a ver sangre derramada y ella estaría en medio de esa guerra. Por mentirle a su esposo por la fuga de su hija.

-Está bien mujer, vamos que se nos hace tarde. Después veremos como está nuestra hija. -en ese momento los latidos de mi corazón volvieron a la normalidad.

***

-¿Ana qué haces aquí, no tenías que estar con tus padres en el aeropuerto? 

-Si debería!, pero me escape por la ventana.

-¡Que! Madre mía ¿Tú estás loca? Pudiste haberte hecho daño.

-Si es verdad. Y mis padres deben de estar hecha una fiera.

-Y ¿qué vas a hacer, cuando te encuentren? ¿No podrás huir de ellos toda la vida?

--Estoy consiente de eso y del sermón que me espera, pero después veré qué hacer.

-Deberás que estás totalmente loca.

-Si -Nos reímos como locas. -no le daría el gusto de verme esperándolo, como si él fuera la gran cosa.

-Seguro que debe seguir siendo el mismo engreído de siempre.

-Es lo más probable, pero eso a mí que me importa.

-Bien dicho, amiga.

Las dos reímos a carcajadas mientras le contaba todo.

Cuando de repente el teléfono de zuleyka sonó.

-hola

-Sé que mi hija se encuentra contigo, dile que tomé teléfono quiero hablar con ella ahora.

-Sí señora.

-Ana, tu mamá.

-Dile que no estoy.

-Lo siento ella sabe que estás aquí.

-Que! -Traidora. La miré con odio.

-Lo siento.

-Si mamá - se escuchaba algo alterada.

-Vamos de camino a casa, si no estás hay cuando lleguemos te las verás conmigo, y si tu padre pregunta...

-Sí mamá.

-Después tú y yo hablaremos.

"Porque sus padres no entendían que no quiero ese matrimonio, que odio a ese hombre con todo mi ser. Que no soportaría compartir toda una vida a su lado. Pero no, a mis padres les importaba más su honor que mi felicidad".

Un maldito honor que me haría infeliz toda la vida.

-No pienso permitir que mis padres conviertan mi vida un infierno, todo por una tradición, aun eso signifique tener que quedarme sola toda la vida...

-Cálmate ya encontraremos la manera de que no tengas que casarte, además yo soy una experta en eso.

-De qué hablas. -la fulmino con la mirada.

-No había tenido tiempo de decirte lo último que hizo mi abuela, para que me case

-No puedo escucharte, mañana me lo cuentas con lujo y detalles, debo llegar a casa antes que ellos.

Tomó mi bolso para irme, pero antes me dirijo hasta donde se encuentra mi amiga y le doy un pequeño abrazo. Ella me corresponde el abrazo con más fuerza. Y yo le susurro al oído

-¡Que hubiese sido de mí, si tú no estuviese a mi lado!

-¡Tonta! Eres mi mejor amiga y siempre estaré hay para ayudarte, -hace una pausa -si fuese necesario daría mi vida a cambio de la tuya.

La observo con evidente emoción y después nos abrazamos con mucho cariño.

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HASTA LA PRÓXIMA.

Tú, ¿te casarás conmigo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora