× Prólogo ×

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Era de todos los días, estar con la ropa más fachosa que se podía tener en mi clóset. Realmente no tenía ropa elegante por qué no soy de esas que están saliendo todos los días con sus amigos y compitiendo por ser bella. ¿Qué más daba eso? Me la pasaba en casa viendo novelas de amor y viendo top model ¿Por qué? Bueno, aunque no me sienta mi vestimenta, me gusta verlas, con esos vestidos.

Me contradigo mucho, así lo pienso yo.

— ¡Mamá! — Reclamo una vez más cuando ella está cruzada de brazos con el control remoto en sus manos. — Yo estaba viendo la televisión.

— Ya es hora de que dejes de ver eso. El amor no se da en las novelas, se da afuera, si salieras con tus amigos de vez en cuando estaría bien..

— Son hermosas, es que no les pones atención a las novelas con sus historias mágicas. ¡Papá! ¿Tú entiendes no? — Busco ayuda de mi padre que está sentado en el comedor de a lado, no es como que vivamos en una mansión, más bien es una pequeña casa con las habitaciones juntas. Papá está leyendo el periódico y solo mueve las hojas de este como un «Yo no sé nada de eso»

— Bien. El punto es que salgas de tú mundo ¿Has arreglado tus maletas? Mañana sales a primera hora a Seattle con tú Tighs. Recuerda. La preparatoria de allá es muy buena, apuesto a que te vas acomodar muy bien por allá ¿Eh?

Pongo mis ojos en blanco. Salí hace unos meses de la secundaria, soy un año mayor que mis demás compañeros, yo ya debería ir en tercer semestre de preparatoria pero aquí estoy, apenas entrando a una y es por qué perdí un año en secundaria debido a la varicela, se quitó pero yo para ese entonces no hice las tareas que me dejaron y reprobé el año, tuve que cursar otra vez. Mamá día y noche lo estuvo reprochando.

Cómo qué soy una persona cargada de pereza.

— ¡Pero mi hermana es tremendamente aburrida! ¡Amargada! con todas las palabras mamá, además. ¿Por qué quieren deshacerse de mí antes de la universidad? ¡Soy buena hija!.

Mi mamá me sonrió y pellizco mi mejilla

— Cariño. ¿Cómo puedes decir eso? Tú hermana está dispuesta a pagar tú preparatoria de allá para que te den una buena educación. ¡Ánimo! Mira que tú tampoco eres muy divertida ¡Eh!.

Resople alzando el flequillo azul. Era cierto, no iría a una preparatoria del gobierno como la gente normal, si no que Tighs había dicho que me mandaría una dónde pagaría mensual. Me puse de pie e ignorando a mis padres, me fui a la habitación que está a un lado de la cocina.

Miré mis maletas en el rincón de la habitación, todo empacado para mañana ¡Que va! Tendré que dar todo de mí tres años en Seattle y después en Washington en la universidad para después no sé a dónde irme a vivir, ¡Lejos!.

Me quité los lentes, sin ellos no soy nada. Tampoco me gusta ponerme pijama, así que me acosté en la cama con los jeans y la blusa blanca con la que había estado acostada toda el día en la tierra del parque a unas cuadras de aquí. Ni siquiera imagino una vida lejos de aquí.

Y como dice mamá, es de acostumbrarme.

Bad romance × Vegeta ×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora