Veintisiete

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— No hace falta tu suerte a mi prometida.

Mis ojos viajaron de Blue a él varias veces tratando de no estar imaginando cosas pero no era muy real. Encaje mis uñas en mi brazo nerviosa por la contestación del rubio.

— Oh. Vegeta ¿Ella es... tú prometida,he?

— ¿Se conocen? — hice una breve interrupción.

— Sí, es accionista mayoritario de aquí, no me sabía esto. Aunque digas que no es necesario mi suerte yo se las deseo — trato de sonreír aunque más bien fue una mueca forzada. Metió las manos en sus bolsillos del pantalón gris caminando nuevamente hasta la oficina. Iba hablar cuando me empujó dentro del elevador.

Las puertas se cerraron para ir al primer piso

— ¿Qué?

Alzó su ceja con curiosidad ante mis miradas

— Dijiste " meses " y estás aquí en “ días” . ¿Acaso ya no sabes los conceptos de cada uno? Debiste haberme avisado para que yo te diera una bonita bienvenida. Lo estaba planeando.

Su sonrisa volvió a su rostro y al poner atención se había puesto incluso más atractivo que antes, tuve que contener mis ganas de darle halagos sabía que él no le gustaban esas cosas.

— No seas ridícula, mujer. Sabía que harías esas cosas y es por eso que lo decidí así.

— Imbécil — dije entre dientes cruzándome de brazos. — Aún así estoy contenta de estar así. Contigo a solo unos centímetros y no kilómetros y kilómetros de distancia — Esbocé mi sonrisa

Salimos del elevador. Aún tenía curiosidad de todo lo que había hecho laboralmente jamás me habló tanto sobre estos temas y me sorprende.

— Y también saber llevar una relación a distancia ahora es muy genial que estemos juntos después de cinco años ¿Aún recuerdas nuestro primer beso? — Iba tan animada que ni siquiera podía dejar de sonreír como una boba, la emoción recorre todo mi cuerpo en menos de un segundo. Lo ví aproximarse hasta un auto.

— ¿Subes o te quedas saltando como una niña?

— ¿No puedes ser más romántico? Yo estoy muy feliz de vernos y tú actúas como si nada.

Abrió la puerta de su lado subiéndose, rechine los dientes haciendo lo mismo. Había visto a tantas parejas de como le abrían la puerta pero está bien, eso había quedado en una época pasada. Y en todo el camino le había contado un resumen de lo que había estado haciendo en la universidad que en verdad jamás salía a fiestas o lados, siempre estaba metida en los libros.

Y él, había conocido a su hermano, comprometido ya con una chica llamada Gure. A su padre quién es idéntico a él no se puede negar que llevan la misma sangre, Echalotte que ahora tiene su pequeñísima casa propia y que mantuvo contacto de vez en cuando. Tapion sigue en prisión y por lo visto no saldrá jamás. Y por supuesto ahora que está saliendo adelante.

— ¿Estarás estable aquí en Seattle?

— No tengo ganas de irme a otro jodido lugar del planeta — Rió — Me quedaré aquí y no pienso irme — Al parecer está cansando de todo este laxo de tiempo. — ¿Aún tienes fuerza de seguir en otro lugar? — Bueno, siempre ha sido un ermitaño.

— ¡Yo tengo alma de aventura! Pero me alegro que no te vayas solo, podemos viajar juntos. La luna de miel — Lo dije en un tono cantado, por su perfil pude ver cómo comenzó a sonreír.

— Ya me lo pensaré. Podemos quedarnos, comer y dormir y tal vez otras cosas — Siguió con su mirada atenta al frente y con sus manos en el volante. Pase mi mano por mis cabellos.

Bad romance × Vegeta ×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora