× Cuatro ×

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Durante toda la tarde no pude parar de pensar en la imagen de Nappa y Vegeta juntos. Pero si, ambos se ven hasta homofóbicos con ese tema ¿Entonces? No comprendía esa declaración. Escuché un timbre, provenía de la computadora, mamá estaba solicitando tener una videollamada.

— ¡Hola, cariño! — exclamó mi madre con bastante entusiasmo. A un lado de ella está mi padre.

— ¡Papás! ¿Cómo les está yendo allá?

— Bastante bien, tú padre consiguió un mega contrato para un caso. Fraude de una empresa, será el abogado de uno de ellos, según lo que está investigando, estamos del bando de los buenos.

Me sorprendí, normalmente mi padre solo trabaja en casos como divorcios y custodia compartida. Eso es todo, ahora con este caso tendrá que irse con muchísimo cuidado, espero y todo salga bien.

— ¿Sí? ¡Felicitaciones papá!

— Gracias bebé. Espero y tenga el suficiente dinero para que vuelvas con nosotros a una escuela de aquí, te extrañamos demasiado bebé. Si ganamos el caso ¡Me darán el puesto de contador! — ambos rieron con emoción, sin duda les iba a desear suerte. Pero algo en mi corazón se acelera, no, aún no me quiero ir. Acabo de conocer a amigos nuevos

— Mmm. Estaría bien, pero no te presiones, me gusta estar aquí en Seattle — dije sonriéndole.

— ¡Ah! ¿Chicos nuevos, eh? — me puse roja como un tomate cuando mencionó aquello mi madre.

— Si con chicos te refieres a «amigos» entonces sí. Oye papá ¿Cómo se llama tú cliente?

— Ah, es Zamasu, peleamos contra Tapion Wikes.

Mi mente se congelo al recordar quién era ese sujeto o por qué lo conocían aquí. Trague saliva, con preocupación ni siquiera me di cuenta de que mis padres me estuvieron llamando por minutos. Me tuve que despedir de ellos, tuve que dormir para quitarme todos esos pensamientos de la mente, en la mañana, mi alarma me volvió a jugar otra no despertándome temprano, mi hermano me mandó sola esta vez no podría llevarme por una junta directiva que tendría, saque las llantitas de mis tenis para irme patinando rápidamente. Creo que debía acostumbrarme a no ser puntual ahí ni en lugar que me citarán. La mañana era fría y estaba seguro que más tarde lloverá, me puse una chamarra blanca para no sentir tanto frío. Al llegar ví a Cus sentada en el césped afuera del edificio.

Guarde las llantas en los tenis para ya caminar bien. Me senté a su lado, en todos modos ya había llegado tarde a una clase, tendría que ver al profesor para que me quitará la inasistencia.

— ¿Estudiando? — Pregunté.

— Tengo mi exámen final de literatura.

— ¿Así? — me quedé pensando, mi cuerpo tembló completamente — ¡Santo cielo! ¡Yo también!

Cus rió por lo bajo, se me había olvidado totalmente. Durante ese tiempo decidí ponerme a estudiar con Cus, literatura era una materia demasiado difícil para mí, en cambio matemáticas y todas sus ramas era demasiado fáciles. Era algo raro en mi.  Al entrar observé cómo la gente veía a los pasillos que llevaban a la dirección ¿Que pasa?
Milk sonrió saliendo de toda esa bola de gente. La chica de cabello negro me agarró del brazo llevándome hasta los baños de las mujeres, una chica solo estaba terminando de lavar sus manos, con una mirada recelosa salió de ahí dejándonos.

— Oye. ¿Qué pasó ahí afuera,eh?

— Vino una chica del extranjero, eso es todo. Los chicos tienen curiosidad, es el primer intercambio.

Bad romance × Vegeta ×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora