Capítulo 2

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CAPÍTULO 2

—¡Despierte Agnès!

—No estaba durmiendo, profesor, señor, profeñor, aaaaah, en serio soy nueva en esto de ser una alumna prestigiosa, ¿cómo le llamo? jo, a ver, estaba asimilando lo interesante que es todo esto y lo mucho que me servirá en un futuro saber cómo meterá Juan en su nueva casa los 24 sofás que compró, a 235,27€ cada uno. Imagínese que me caso con él... Me ahorraré muchos problemas de cabeza.

—¿En las nubes otra vez, eh? ya van más de 5 veces en su primera semana. Tendré que llamar a sus padres. ¿Dónde se piensa que está, señorita? ¿le debo recordar que es un privilegio estar aquí?

—Toda la razón, seeñ... pr... bueno usted ya sabe, siga con las clases porfavor. No me gustaría que el futuro presidente que formen aquí tenga una mala impresión sobre mí. Ya sabe, imagínese que en unos años cuando me toque votar pues me acabe cruzando con él... ¿con qué cara le miro? ¡eh! ¡esa es la chica que me arruinó la lección sobre muebles en matemáticas! horrible...

Empiezo a odiar este instituto o lo que diablos sea, está lleno de imbéciles. No sé si por la cantidad de dinero que tienen o porque ya eran así desde siempre... mis padres me consiguieron una plaza aquí con todo el cariño del mundo, bueno y en otros 16 centros prestigiosos más hace años, por lo de haberme tenido que mudar unas 200.261 veces. La verdad es que envidio a Juan, comprar tantos sofás es una clara señal de que tiene un hogar fijo, ni loca compro tantos sofás sabiendo que dentro de poco haré una mudanza. Es gracioso, adoro viajar pero odio haber tenido que hacerlo tanto. Nunca tuve amistades que duraran más de 1 año por su culpa, me costaba mucho ponerme al día con todo. Recuerdo que una vez me encapriché de un chico en el centro número 128.863 o algo así, el día 4 nos dijimos de quedar para el 5 a las 18:30 y bueno, después de dos meses en ese instituto el día 5 a las 17:00 tuve que hacer maletas porque nos teníamos que ir a Copenhague, una lástima, era bastante mono... ¡si es que soy una chica ocupadísima, hay que pedirme cita con siete días de antelación! ¡como mínimo!

En cierto modo me alegra ver que estoy empezando a ser una adulta responsable, porque soy muy responsable, no se me ha caído el móvil al suelo ni una vez, antes no tenía mérito, pero desde que estoy aquí no paro de moverme. Pero por otro lado es bastante triste querer que pase rápido el tiempo sabiendo que luego estaré arrepentida cuando me falten años. Seguramente este... ¿campus? ¿instituto? ¿cactusto? ¿¡por qué nadie me explica qué es esto, jo!? sea el último en el que esté así que estoy tranquila.

Perdón, a ver...  ¡North Valley! ¡centro de formación para futuros políticos, empresarios y triunfadores! ya hay que ser hortera para meter lo de futuros triunfadores… ¿quién diablos diría algo así? en fin... ¡admire nuestras completas y prestigiosas instalaciones! ¡dando clases interesantísimas desde hace 20.000 años, la misma edad que tiene nuestro profesor de matemáticas! bueno vale eso me lo inventé, pero los de los años no, estoy segura de que tiene incluso más ese maldito idiota, le habrá quedado algún trauma cuando escapaba de un T-Rex y por eso es tan borde conmigo. Ahora encaja todo, por eso el de historia insiste tanto con la prehistoria la prepreprehistoria y demás, para que no nos pase lo mismo... qué majo. Me replanteare aprender más, por devolverle el favor y eso.

¿Os imagináis? estar viendo tele-piedra tranquilamente con tu familia y que de repente te persiga un bicho de esos... no debía ser muy agradable.

Perdón perdón, sigo. Siempre las mismas frases en la misma parte de la revista, con una foto distinta cada mes. No lo veo, vamos, no puede ser muy rentable eso... ¡queremos irnos, todos! ¿qué clase de mente iba a querer saber lo que pasa dentro para entrar?

Las fotos que sacan están bastante bien, yo las haría mejor claro está, que para eso quiero ser fotógrafa... pero bueno, le doy un notable.

Siempre salen caballos, jugando al polo creo. A ver, ellos no, los que llevan el palo, bueno y los caballos también supongo... por dios qué difícil es esto. ¿Sabéis de esas camisas con el logo del caballo y el chico? supongo que era un poquitín feo el pobre hombre, porque lo pintan todo de negro siempre. Sí sí, pues imaginad que esa camisa es una revista, y las estupideces que diga la persona que la lleva son las frases de portada. Algo así es North Valley, muchas revistas con piernas.

AgnèsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora