Capítulo 5

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CAPÍTULO 5

Quiero aprender inglés. Bueno, italiano, sobre todo italiano. Mis ídolos parecen patos hablando inglés así que no me preocupa tanto por muy internacional que sea ese idioma. Se supone que los números son el lenguaje universal y no por ello me pongo a aprender matemáticas como una loca. Si realmente le intereso al que venga con la nave desde vete tú a saber dónde ya se las ingeniará para entrarme o hablarme, que a lo mejor no soy su tipo de humana y sólo quiere pedirme la hora, no todos los extraterrestres van a lo que van. Estoy super feliz, no sé, supongo que los astros están alineados, que el sol está orientado hacia la octava línea del cosmos en la luna del zodiaco libra, o por la excursión al barrio más vintage que conozco. Seguramente por esto último. Aquel sitio es como si cogieras todas las fotos de tumblr y las fueras uniendo una a una. Hablo de los tumblr bonitos ¿vale? como el mío, el mío es precioso, hum. En serio, es como retroceder 20 o 30 años, pero royo precioso, no royo hortera. La gente, las bicis, los coches, la ropa... tiene el encanto de París, el ''asjkdh'' de Nueva York, y quizá también un poco de la frescura de California. Me encanta. Se respira calma por allí, mucha calma. ¿Sabéis de esas pelis americanas con calles grandes y llenas de gente sonriendo dándote los buenos días? pues algo así. Cada vez que voy necesito comprarme algo de una tienda que hace esquina en ese barrio, lo que sea.

—Tock tock, ¿lista para entrar en la máquina del tiempo? qué ganas tengo de ir por favor. Llévate dinero porque vamos a vaciar las tiendas. Ah, y las ganas de hablar, me han comentado mis influencias datos sobre tu escapada con Matt a no sé dónde hace algunas semanas, qué calladito te lo tenías, ¿eh?—Dijo Nath.

—¡Lista Doc, subamos al coche! y contrólate, que luego te digo que tengo un recuerdo y me lías con lo de ''¿pero es del futuro o del pasado?'' —Dije riéndome.

Dinero, ganas de evadir el tema a Nath,el móvil y mi mejor sonrisa, ¡creo que lo llevo todo! Vamos como una vez por trimestre los que estamos inscritos en la optativa de fotografía según me han comentado. No somos muchos pero mejor, más libertad y menos estrés yendo 50.000 personas en una fila como ovejitas por la acera. De todos modos soy capaz de sacarme el carné de conducir de lo que sea para venir aquí si se les ocurre la genial idea de cancelar la excursión algún día.

Subimos en el bus, eran las 8:31, yo estaba sentada en un asiento de casi última fila al lado de la ventana, Nath se sentó a mi lado. Nos esperaba un viaje largo.

Una vez arrancamos me puse los cascos, el silencio del bus y el paisaje incitaba a hacerlo.

—Y después de 700 kilómetros, 20.000 canciones cutres en una cinta de casete cutre y unas 2 millones de curvas, aquí estamos. ¿Por qué tienen que ser tan lentos los autobuses?—Dijo Nath dramatizando.

—Para presumir hay que sufrir, lo bueno siempre se hace de rogar, ya sabes, yo sin ir más lejos tarde 16 años en aparecer en tu vida.—Contesté riendo.

—En abril aguas mil, mejor pájaro en mano que ciento volando. Mejor viejo conocido que nuevo por conocer. De tal palo tal astilla.

—El refranero español, ¿eh? Si te aplicaras de la misma forma en clase que con los refranes te casarías con el mozo que quisieras, estoy convencida. —Dije sonriendo al recordar la escapada con Matt—. ¿Por dónde estará el autor? hemos retrocedido en el tiempo así que debe estar vivo escribiendo su libro ahora mismo. Deberíamos ir a hacerle la visita y que nos firme un ejemplar, en plan fans y eso.

—Seguro que es todo un triunfador, quiero que me firme las enaguas. Y Agnès, arrggg, ¡que no me entere yo que esos tobillos pasan hambre! no en serio, tápeselos señorita. ¿En qué siglo se piensa que está?

AgnèsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora