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❝You can't wake up, this is not a dream,You're part of a machine, you are not a human being,With your face all made up, living on a screen,Low on self esteem, so you run on gasoline ❞

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You can't wake up, this is not a dream,
You're part of a machine, you are not a human being,
With your face all made up, living on a screen,
Low on self esteem, so you run on gasoline

- Gasoline > Halsey


Cuando Natalia abrió los ojos, supo instantáneamente que estaba soñando porque no había manera de que fuera real.

Estaba en una habitación pequeña con una de las paredes pintada amarillo pastel, una cama con acolchado del mismo color, una diminuta mesa con sillas en la esquina y un mueble repleto de libros infantiles y peluches.
Imposiblemente se encontraba en la habitación de su infancia. Antes del Cuarto Rojo, las muertes y las traiciones.

La respiración se le cortó y por un largo momento se quedó petrificada.

Luego sus sentidos se recobraron. Pudo oler el delicioso aroma de las galletas de chocolate de su madre, el balbuceo de su padre frente al televisor, pero mas importante aún, pudo ver con sus propios ojos una versión diminuta de su hermana. La pequeña Natasha estaba sentada en el suelo a su izquierda, una tacita de juguete en una mano y un perro de peluche en la otra. De sus labios salía una voz chillona pero adorable y sus brazos se movían con ganas. Tenía 9 años, como mucho.

Natalia abrió la boca antes de que siquiera supiera que iba a decir.
- Natasha... - pero la niña no se inmutó. Intentó de nuevo pero obtuvo el mismo resultado. Cuando intentó tocarle el hombro sin embargo, sucedió algo que no se esperaba. Su mano la atravesó por completo.

Horrorizada Natalia se alejó hasta llegar a la puerta pero sin apartar sus ojos de su hermana, un terrible presentimiento comenzó a apretarle el pecho.

- No puede oírte - dijo una voz a sus espaldas.

Y allí estaba la persona con quien sabía que había aparecido allí para hablar.
Era ella, o bueno, su versión de 11 años, vestida con remera celeste y estampado de arcoíris, pantalones marrones y los pies descalzos. Pero los mismos fríos ojos azules de la actualidad.

- Creo que ya es tiempo de que hablemos.

La pequeña Natalia se dio la vuelta después de eso y empezó a caminar por el pasillo a su derecha, sin volver a mirar a su versión mayor, no que la otra hubiera dudado en seguirla ni un segundo.
Mientras recorrían la casa, Natalia-mayor no pudo evitar mirar todo como si fuera la primera vez; los cuadros, las habitaciones que pasaban, cada pequeño detalle era tal y como lo recordaba.
Finalmente las dos rubias se detuvieron frente a una puerta negra al final del corredor. Una puerta que Natalia-actual estaba segura, no existió en la realidad.
La pequeña de ojos claros no perdió tiempo en abrirla sin embargo, y la mayor de las dos se sorprendió cuando al otro lado de la puerta no había nada más que árboles. Altos robles y pinos se alzaban majestuosamente por sobre sus cabezas y parecían extenderse a kilómetros a su alrededor, a lo lejos podía escuchar agua corriendo y los pájaros volando y cantando.

Pero, ¿Donde demonios estaban?

Cuando Natasha se giró para preguntar, se encontró a la pequeña rubia sentada en el suelo del bosque, sus ojos grandes dirigidos hacia las copas de los árboles, y mas allá de ello, un cielo despejado. La rubia suspiró pero no dudo en acercarse y tomar su lugar junto a su pasado.  El mundo pareció detenerse de alguna manera pero ellas no bajaron la mirada, los pájaros callaron y el correr del agua se detuvo, pero ellas no cerraron los ojos. Así estuvieron por algún tiempo, y cuando por fin la joven Natalia comenzó a hablar, su versión actual se sorprendió que no le doliera el cuello para nada.

- Siempre va a doler. - Fue lo primero que dijo. - No importa cuanto corras o intentes esconderlo, esa presión que sientes en el pecho, como si tu corazón estuviese a punto de estallar de tristeza... siempre va a estar. Probablemente mueras sintiéndolo. - Su voz era suave, melodiosa, pero teñida con aflicción. No necesitaba explicarlo. Natalia sabía perfectamente de lo que estaba hablando. Y entendía.

- ¿Como... como seguimos? - Preguntó la mayor de las dos una vez que recobró la voz.

La pequeña por fin la miró a los ojos, y suspiró.

- Porque sabes cual es tu deber, porque hicimos lo que hicimos por una razón. - Respondió - Nosotras no seguimos. Eso nunca fue parte del plan. - Y palabras más ciertas nunca se habían dicho - Todo lo que pasó, todo lo que trabajamos... es por ella, para ella.

_______

Actualidad.

Natalia abrió los ojos un poco desorientada, pero al ver a su derecha y encontrarse con el rostro de Capitan America la despertó del todo rápidamente.

Los Vengadores, y Natalia, se dirigían hacia el centro en una de las naves de SHIELD, sin duda a dar lo mejor de si para ganar la batalla y salvar a todo el mundo de una invasión extraterrestre.

Natalia apenas pudo sostener el resoplido y la sonrisa que lo acompañaba.

Se esperaba de ella que diera todo, absolutamente todo, para salvar a un mundo que no le había traído nada más que sufrimiento.

Pero Natasha estaba en esa nave.
Sentada junto a Clint de copiloto, y aunque la rubia no podía verla de frente sabia que su rostro estaba torcido en una mueca de concentración.

Y Natalia preferiría que la partiera un maldito rayo antes de dejar a su hermana morir.

•••••

El final se acerca... tun tun tuuunnnn!

(SIN EDITAR(.

Bad Moon Rising ✖️ AvengersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora