Capitulo 1✍

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Corro durante unos veinte minutos cuando veo que el sudor que corre desde mi frente hasta mi cuello empapa ahora toda mi blusa, siento mis piernas entumecidas pero aún así no me detengo, se que tengo un meta de treinta y cinco minutos que romper. Me miro en el espejo que abarca toda la pared, mi largo cabello negro se pega a mi frente y tengo las mejillas sonrojadas.

Veinte minutos después he roto mi propio récord y paro de correr satisfecha, tomo la toalla que apoye en la caminadora y me la cuelgo en el cuello mientras bebo de la botella con agua. Saludo a Ron que esta explicándole a un nuevo cliente como usar los aparatos, pone cara de fastidio cuando el señor no para de hacerle preguntas y yo solo rió, salgo del gimnasio y conduzco hasta casa. Al entrar percibo un aroma a tortitas, llego a la cocina y me encuentro con mi hermano, Michal Carter.

-Me sorprende que no hayas quemado la cocina aun- me burlo, sé que no cocina mal pero me gusta molestarlo de vez en cuando.

-Bien que siempre comes lo que cocino, víbora.- ríe mientras se acerca a dejar un plato frente a mi. Así me llamaba desde que éramos pequeños "víbora" después de que rompí su juguete de colección, aquel que tanto le había costado conseguir, ese fue el insulto que vociferó en mi contra. 

No se que haría sin mi hermano, desde que decidimos independizarnos juntos él a cuidado de mi y sé que no es algo fácil pero siempre cuenta con mi apoyo. 

Tenía muchísima hambre así que sin esperar a que él se sentara a mi lado, comencé a devorar todo lo que me había servido y luego de diez minutos, cuando termino de hacer las tortitas para él yo ya había acabado todo mi plato, salto de mi banco para darle un beso rápido antes de subir corriendo las escaleras. Abrí la puerta de mi habitación y tiré mi bolso sobre la cama , abrí mi armario y saqué todo lo necesario para entrar a darme una ducha.

Había quedado con los chicos esta noche, iríamos a un nuevo club que abrieron hace aproximadamente un mes "Space Ibiza", íbamos a despedir las vacaciones en grande. Cuando terminé la ducha, comencé a elegir que ponerme, opté por un vestido rojo pegado al cuerpo en la parte de arriba, caía sobre mi cintura marcando disimuladamente mis curvas y unos tacones color blanco. Mi cabello era brillante y con un volumen prudente, lo cepille un poco antes de maquillarme. No usaba nada exagerado, un poco de rímel para resaltar el color miel de mis ojos y brillo para labios.

Mi reloj marcaba las 10pm, en aproximadamente media hora Dominic pasaría a buscarme, como había terminado con una hora de anticipación lo llame para que pasara antes por mi antes.

Yo: Dom, ven por mi antes.

A lo que recibí una respuesta inmediata.

Dominic: Voy en camino.

Tome mi cartera y coloqué dentro mi teléfono, las llaves de casa, algo de perfume por si acaso y chicles de menta para que no me quedara olor a alcohol, quería evitar cualquier enfrentamiento con mi hermano y a él no le gustaba que bebiera. Salí de mi cuarto y bajé las escaleras con cuidado encontrándome con Michal en el sillón viendo una película de terror, habían palomitas de maíz por todo sillón y es que cada vez que se asustaba las palomitas volaban por los aires y caían por todos lados. Tosí para que se diera cuenta de mi presencia, él me miró.

Miró mi atuendo y enarcó una ceja.

-A donde vas con ese atuendo?- rodé los ojos y me miré, no le veía nada de malo a lo que llevaba puesto, no estaba mostrando nada de más, sin embargo me preparé mentalmente para el sermón de hermano sobre protector que solía hacer cada vez que salia.

-Que tiene de malo mi atuendo?- fruncí el ceño- Saldré con los chicos.

-Ese vestido es demasiado corto, si algún imbécil se mete contigo quiero que me llames e iré enseguida- me apunto con el dedo asegurándose de que entendiera pero yo solo me puse a reír. Me acerque y lo abrace para que se calmara.

-Nada va a pasarme, si algo sucede, seras al primero al que llame- escuché como la bocina del coche de Dominic sonaba afuera y Michal besó mi frente despidiéndose de mi.

-Pórtate bien- dijo mirando por encima de mi hacia el coche de Dom.

-Seguro- grité alejandome.

Caminé hasta el coche donde un Dominic muy sonriente esperaba dentro, desde aquí podía ver como llevaba unos jeans oscuros pegados al cuerpo y una camisa azul marino, llevaba el cabello perfectamente peinado hacia arriba. Me subí al auto y cuando me vió de cerca silbó en signo de aprobación a mi aspecto.

-Te ves genial Winter- dijo al mismo tiempo que nos saludábamos.

-Gracias, tu no estas nada mal tampoco- le sonreí.

Dominic y yo eramos mejores amigos desde el jardín, nos conocíamos de toda la vida y siempre estuvimos el uno para el otro. Yo estaba en el patio del jardín cuando se me callo el helado, comencé a llorar y un pequeño niño de ojos grades se acerco a mi para ofrecerme su helado y cercar mis lagrimas, desde ese momento nos volvimos inseparables.

IzanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora