Capitulo 3✍

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-Izan- probé como se oía su nombre saliendo de mis labios y sonreí inconscientemente. Me gustaba como sonaba, lastima que quien poseía ese nombre era un completo imbécil.

-Escucha Winter, no estoy jugando cuando te digo que no quieres meterte con él- Lucía muy preocupado y no quería que estuviera preocupándose por esto más tiempo.  Aron que tenía uno de sus brazos rodeando los hombros de Adeline, volteo al escuchar lo que Jason había dicho.

-Con quien no quiere meterse?- frunció el ceño mientras esperaba una respuesta.

-Con nadie, tranquilo, no sucede nada- le regale una sonrisa para aligerar la tensión que se había formado en el aire, el solo asintió. Mire a Jason que aun me veía preocupado, acaricie su cabello para tranquilizarlo.

-Prometo que me mantendré alejada- le susurre, no quería que mi amigo pasara un mal rato, estaba claro que Izan para el era una amenaza aunque para mi solo fuera un imbécil.

-Eso espero- me miró serio dándome a entender que no estaba bromeando. Todos en la mesa hablaban animadamente y yo voltee disimuladamente hacia la mesa donde se encontraba el rey de Roma, me lleve una sorpresa al darme cuenta de que el ya se encontraba con sus ojos puestos en mi, serios y expectantes, ya no había ira pero de todas formas su mirada me causaba escalofríos, solo entonces me permití tomar un poco enserio la advertencia de Jason, seria mejor mantenerme alejada.

La noche transcurrió tan tranquila como se puede estar en una fiesta, bailamos y bebimos hasta que Aron se subió a una de las mesas y movió las caderas como si fuese Shakira, entonces decidimos que ya era hora de irnos. Dominic no bebió nada y estaba bien para conducir y dejarnos en nuestras casas. Arrastramos a Aron hasta el coche y Adeline se ofreció a bajarse con el en su casa. Nos despedimos de todos prometiendo que nos veríamos mañana en la universidad. 

Abrí la puerta y la cerré intentando no hacer ruido, no quería despertar a Michal y que se pusiera a hacerme un cuestionario de todo lo que paso esta noche. Me quite los tacones y subí las escaleras dando pasos cortos y suaves, cuando llegue a la planta de arriba camine por el pasillo hasta llegar a mi habitación, una vez dentro tire mi bolso y los tacones por algún lugar de la habitación y me desplome en la cama sabiendo que dormiría máximo tres horas, mañana seria un día largo.


IzanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora