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Los centros de ayuda son inútiles. Decía constantemente Luke, un chico rubio y alto, de grandes ojeras, con una lata de cerveza en sus manos, casi siempre tenía una.

No te vendría mal asistir a uno, solo ve a una reunión y te dejaré en paz. Le repetía un viejo amigo suyo, Seth. Era unos ocho años mayor que él, su amistad había surgido de una forma bastante peculiar.

Pura mierda, porquerías. Respondía Luke y le daba un buen trago a su bebida. ¿El para qué quería ayuda? nada mejor que gastar y disfrutar, el mundo está jodido, al final, nadie te va a esperar, ni te echará una mano.

Ve a una reunión, ¿o tienes miedo de soltar tu efímero sedante letal?

Eso basto, y una tonta apuesta que aceptó al estar al tope de su ebriedad, con la mente perdida y sus amigos convertidos en caricaturas parlantes.

El mañana es impredecible y debía tener cuidado, porque ni la máxima cantidad de alcohol o drogas deterioran más que el temor de perder a una persona.

BROKEN MACHINEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora