Hambre

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Seguía sentado en aquella astillada y vieja mesa. Mirando directamente hacia su plato con comida que ya casi estaba fría.  Tenía apretadas sus manos entre sus piernas trataba de no temblar. No tenia que despegar la mirada del plato, no podia, no lo tenía permitido en ningun momento.

Un sudor frío recorria su frente aspirando el olor a comida. Estaba muerto de hambre, su última comida avia sido hace cuatro días atras. Su cerebro avia comenzado a fallarle, rogando por alimento.

Su padre, lo miraba atentamente desde la silla del lado, esperando pacientemente a que el menor hiciera un solo movimiento.

El estomago del pelinegro gruño fuertemente, recibiendo un silencio pesado como unica respuesta ante eso. El plato delante de el era demasiado tentador.

Su mano temblorosa se levanto y tuvo intensiones de tocar la tan ansiada comida, pero un manoton lo hace retroceder.

Su padre golpeo fuertemente su mano antes de que pudiese sujetar la comida.

-QUE HACES?!- grita su padre enojado-Se puede saber quien te dejo comer?!- el menor retorció la mirada y agacho la cabeza, en ningún momento pronunció palabra- no vas a hablar?, tan mal te eh educado?- aserco su mano al rostro del pelinegro, acariciando suavemente su mejilla, fingiendo un gesto de con pasión-sabes que eres lo unico que tengo,no?- el menor asintio levemente  bruscamente su padre sujeto el rostro , apretando las suaves mejillas del menor con mucha brusquedad, al punto que dolia- CONTESTAME CON PALABAS!- grita.

-.....s....s.....s....- pronuncia temblando ante la mirada asesina de su padre

- ERES RETRASADO O QUE TE PASA?!-lo abofeteó tirandolo de la silla-NISIQUIERA PUEDES PRONUNCIA UNA PALABA?!- sin  piedad desde su silla lo pateó fuertemente en el estomago-LARGO DE MI VISTA! YA!-

El menor se paró rápidamente ,como pudo, y temblorosamente corrió hacia su cuarto, donde se encerró sin mirar hacia atrás en ningún momento.

Callo de rodillas al piso, las lágrimas no tardaron nada en aparecer en sus ojos, callendo sin parar como una torrente cascada de tristeza en sus ojos.

[...]

Al parecer se avia dormido, ya que la puerta abriendose lo despertó de golpe. Su padre avia entrado al cuarto.

El menor lo observó corioso y asustado desde su cama, no esperaba que entrace asi.

Pudo notar la botella de cerveza en su mano, no era la primera que tomaba, y no sería la última en tomar. El mayor se la llevo a la boca y tomo un largo trago.

-....p-padre?- pregunta el menor fijándose en la botella.

- NO HABLES!-grito su padre.Por el tono de su voz podia saberse fácilmente que estaba totalmente borracho. Tomó una vez mas de la casi vacia botella y comenzo a asercase a la cama del menor.-...eres identico a tu madre, sabias- dice subiendose lentamente a la cama- los mismos ojos, el mismo cabello...- seguia asercandose cada vez mas al pelinegro, queria alejarlo , tuvo intensiones de retroceder, pero el mayor lo sujeto de los hombros, pegandolo al colchon sin ninguna salida- hasta podría decir el mismo aroma- aserco su nariz al cuello del menor, junto en donde el cuello se une al hombro, aspirando el delicado aroma que este despedia-tan dulce..- murmura mordiendo ligeramente la carbe que genia delbate de el.

- agh!-se queja el menor-n-no...p-para...po-porfavor!-

- mh?- el mayor detuvo sus movimientos unos segundos, mirando la expresion de terror que traía su hijo. Hizo una pequeña risa torcida entre dientes y sujeto al menor del rostro bruscamente-eres igual a ella...quien me abandono-frunció notoriamente el ceño. La mano del mayor se deslizo hacia la cadera de su hijo, sujetandolo firmemente. -tu cuerpo es delgado...casi como el de una chica- siguió su recorrido hacia la entrepierna del pelinegro, haciendo presion allí.

-NHG!-se queja el menor. La presion dolía.

- pero...es obvio que no eres una chica, no?, tendre que asegurarme?-

- n-no...por favor...p-pa-dre...n-no...- una bofetada calló totalmente sus palabras.

-YO DOY LAS ORDENES AQUI!- Rápidamente se saco el cinturon y con el ato las muñecas del menor sobre su cabeza, dejandolo totalmente inmóvil, para luego voltearlo, dejandolo en 4 delante de el.

Dirigió sus manos al borde del pantalon del menor, bajándolo lentamente hasta averlo quitado, junto a la ropa interior.

- N-no! p-para!- volvió a quejarse con lágrimas en los ojos.

-uf, no te callas- murmura el mayor quitandose la corbata del cuello. La sujeto con ambas manos y la coloco entre los dientes del menor, atandola por detras de la caveza de éste.- no se porque te quejas tanto...te encanta que te metan cosas por el culo, cierto?- susurro acariciando suavemente las nalgas del menor.

El pelinegro solo podia llorar y tratar de moverse, pero la falta de comida lo traia muy débil como para poder defenderse en momentos como este.

- sere gentil- mintió descaradamente con una sonrisa torcida en el rostro.

[...]

Su mirada ahora estaba clavada en la pared. Las lágrimas comenzaban a secarse debajo de sus ojos. Tenía dolores punzantes en lugares que nisiquiera se imaginaría, no quería moverse.

Podía sentir aun un poco de semen deslizándose entre sus piernas y ensuciando la cama -mas de lo que ya estaba-. Su padre ni se avia molestado en usar un condón.

Su cuello estaba lleno de marcas rojas al igual que su espalda y torso. Parecia un pizza de mozarrela gigante.

Su estómago volvió a gruñir sonoramente. Seguía sin haber comido nada...

Lo Que El Destino PreparóDonde viven las historias. Descúbrelo ahora