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Las clases se pasaron como eternidades acumuladas para Wendy. No tenía ganas de nada más que de comer.

En la clase previa al almuerzo casi se durmió, de no ser por TaeIl que la hacía espabilar de a ratitos.

De repente, la llamaron.

—Entonces, señorita Son, respóndame esto: ¿De dónde surgió la tragedia griega? —vociferó el profesor, en un intento de reprenderla por no prestar atención.

Aún así, ella solo frunció el ceño— De las fiestas en honor a Dioniso —replicó la muchacha, reprimiendo un bostezo—. ¿... Eso es todo? Lo pasé en la secundaria...

El profesor se quedó en un silencio incómodo y algunos alumnos se rieron por la informalidad de su habla. Sacudió la cabeza y siguió dando la lección, mientras Wendy se acomodaba en su escritorio, le decía a TaeIl que no la despertara y echaba una siesta pequeña.

Siesta que no supo cuánto duró hasta que sintió leves toquecitos en su hombro.

—Wendy...

—No quiero, SeulGi.

—Eh... No soy SeulGi... —se oyeron risitas provenientes de esa voz—. Wendy..., despierta, por favor...

—¿Hmm... Seul...? —a la mencionada le daba cosquillas en el hombro los toques y en la nariz por el perfume floral de TaeIl. También la voz dul...

Espera. ¡¿Qué?! ¿Voz dulce? ¿Perfume floral? ¿Toques de pluma? Definitivamente no era SeulGi, ni TaeIl.

Abrió los ojos desmesuradamente y se enderezó en su asiento, casi saltando de éste. Sintió que la vergüenza le subía a las mejillas al ver que, para su mala suerte, JooHyun la había ido a buscar para el almuerzo y no ella a JooHyun, como había planeado. Estaba ahí, con su cabello amarrado a una coleta alta, notando sus pendientes largos con amatistas y su sonrisa de ángel.

Desesperada, se peinó como pudo, sintiendo el sonrojo quemarle la cara.

—U... unnie... —masculló, con la voz temblando—. ¿Hace cuánto que estás aquí?

—Eh... ¿Diez minutos, creo? —¡¿diez minutos?! Horror. ¡Seguramente roncó! No se lo iba a perdonar.

—Ya veo... —murmuró la otra, cerrando sus cuadernos y mochila a la velocidad del rayo. Se la puso y se paró, mirándola de a instantes—. ¿Vamos? —dijo, haciendo como si no pasara nada.

—Claro, pero..., tienes..., algo en la cara...

Sacó su espejo y casi pega un grito al ver que tenía un rastro de baba seca en la cara, por lo profundo que había dormido. Se limpió con angustia y no quiso mirar a su unnie a la cara. Debía haberse llevado una muy disgustada impresión de ella. Diablos...

—Lo siento —se disculpó, entre avergonzada y apesadumbrada.

JooHyun se rio, y antes de que Wendy lo malinterpretase, le dio una palmadita en el hombro.

—No te disculpes, ¡a todos les pasa! —le dijo ella.

Limitándose a sonreír un poco más ante el bello sonido de su risa, ella suspiró y asintió, recuperando el gesto.

—Bien... —Wendy por fin la miró, pasándose las manos por su cabello—. Entonces, vamos —dijo, esta vez con más determinación y ánimo—. ¡Me muero de hambre!

🎶

Hacía lo mejor para no parecer tonta enamorada y quedársele mirando embobada, pero le era un esfuerzo sobrehumano si le sonreía así y si comía haciéndola parecer como un conejito.

Clumsy ✿ wenreneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora