—Tenma... tú también...
Tenma levantó la cabeza, mientras recuperaba el aliento, pero miró a su capitán sin entender.
—¿Yo qué?
—La Niebla de Kirino te ha transportado aquí —acabó Tsurugi.
—Bueno, no sé, yo oí gritar a Kirino, Tsurugi estaba allí y no dudé en ir a ayudar...
Tsurugi abrió mucho los ojos, pero no respondió ni replicó. Tenma, esa cabra loca descerebrada que se lanza a saco sin mirar las consecuencias. Era casi su definición. Pero debía admitir que muchas veces lo hacía con un extraño criterio interno y un valor sorprendentes.
—¿Cómo has llegado aquí?
—No lo sé... de repente me encontraba en la puerta del estadio con Hayami y...
—¿Espera, Hayami está aquí también? Pero si ni siquiera le pillaba cerca... —interrumpió Nishiki.
—Pues se ve que sí. ¿Qué ha pasado con él? ¿Por qué vienes solo?
—¡Pues por eso vengo, pero no me dejáis de interrumpir! —reventó el pobre Tenma, agobiado—. Una niebla nos ha envuelto durante un rato y nos hemos separado cuando han empezado a caer rayos. Hayami se ha asustado y ha huido.
—Pensaba que la niebla solamente era por mi culpa... —dijo Shindou en voz alta—. ¿Cuánto rato habéis pasado dentro? Yo me perdí ahí dentro y resulta que he estado horas desaparecido.
—Ni idea... ¿Qué es lo que pasa? ¿Por qué solamente estamos nosotros?
—Los que entramos en la niebla justo después de caer el rayo nos hemos visto arrastrados a esta situación —explicó Tsurugi, que había recuperado su postura normal.
Tenma se quedó pensativo, en silencio. Estaba intentando encontrar una razón lógica para esa niebla y la desaparición de Hayami.
—Todo esto es por mi culpa —dijo por enésima vez Shindou—. Si hubiera sabido cuánto sufría Kirino...
—¿Es por él? —preguntó el inocentón. Luego ató cabos, abrió los ojos como naranjas y miró a Tsurugi, instintivamente. Éste asintió seriamente. Su mirada penetrante hizo algo de mella en Tenma, que prefirió intentar disimular sus nervios y mirar de nuevo a su capitán—. Pero... vosotros... ¿cómo le recuperamos?
—En principio iremos a su mansión —comentó Nishiki—. Pero antes está Hayami. A él sí que no sabemos dónde encontrarle.
—Yo sí —dijo Shindou levantando la cabeza de golpe—. En el estanque para pescar. Seguro que ha ido hacia allí. Él y Hamano pasan mucho tiempo ahí.
—Pero este mundo está deformado...
—Da igual, hay que salir a buscarle —saltó Tenma. En un impulso de los suyos, agarró del brazo a Tsurugi, que era a quien tenía más cerca, y le arrastró por todo el pasillo mientras Nishiki y Shindou les seguían casi corriendo.
Cuando salieron por la puerta del estadio, dos rayos cayeron delante de las escaleras, con su estruendo habitual, lo que detuvo a los cuatro jugadores. La niebla no tardó en aparecer, envolviendo las escaleras rápidamente.
—Cogeos de las manos. Esta niebla no es como la de antes —ordenó Shindou—. No quiero perder a nadie más.
Eso hicieron. Nishiki vio con diversión lo tenso que se les hacía a Tsurugi y a Tenma esa simple acción, pero simplemente sonrió con discreción. Shindou fue en cabeza del grupo, arrastrando a Nishiki casi para que disimulara un poco mejor.
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The Mist [Inazuma Eleven Go - Shindou x Kirino]
Fanfic"No me oyes. No me ves. Me miras y me sonríes. Pero no vas más allá. No me queda más remedio que desaparecer". Este fic está ambientado al alrededor de la habilidad especial de Kirino, The Mist, que tiene un papel principal en la historia (en divers...