CAPÍTULO 12

26 5 4
                                    


Lo último que mis cansados ojos pueden apreciar es la estruendosa salida de la chica de cabellos de fuego, haciendo que a causa de ese repentino ruido, mi cuerpo se tambalee y se asuste por un escaso momento.

Mis exhaustos párpados se quieren ir cerrando poco a poco, provocando que mi mirada se quede fija sobre un punto fijo de la luminosa habitación, concretamente sobre el viejo armario de la esquina, permitiendo saber cuántos años podría tener esta casa y todo lo que estos dos anfitriones, pudieron haber vivido. Descifrando tal cosa, solamente con la gran cantidad insumable de fotografías y cuadros que se encuentran repartidos y esparcidos por todas las estanterías de madera maciza del armario.

Mis ojos siguen divagando e inspeccionando este refulgente dormitorio, apreciando en él sus tonalidades grises en sus paredes y el toque de armonía que desprende esas cortinas azules que impiden que la entrada de los rayos del sol, se hagan de sonar en el lugar. Como si en esta casa, la luz solo dependiera de unas bombillas y las personas que aquí vivían, fueran pertenecientes a una raza vampírica, ya que no se puede ver rastro de día por ningún lado.

A causa de una leve sequedad en mi garganta, ésta hace que provoque una pequeña tos, haciendo que el chico que se encuentra también presente en el cuarto, Declan, se gire hacia mí y enfoque sus preciosas perlas azules sobre mi cara. Avivando con ello, que las imágenes de mi cabeza vayan siendo menos borrosas y que lo vivido anteriormente vuelva a ser fresco en mi memoria. Produciendo a su vez que mi expresión se vuelva neutra, haciendo que mis ojos se enjuaguen de frías lágrimas y que algunas de éstas, caigan sin remedio sobre mis mejillas.

—Eh, tranquila. Enserio, estás a salvo y protegida de cualquier cosa aquí dentro. No tienes por qué llorar, tranquila. —Declan se acerca rápidamente a mí cuando las innumerables gotas de aguas se desprenden de mis iris. Siendo eliminadas de mi rostro por sus ásperos dedos, que provocan pequeños escalofríos a mi espalda.

—¿Q-qué fue lo que pasó? ¿Por qué el p-profesor Sharman quería hacer tal cosa? —mi voz sale entrecortada, ya que mi respiración se ha ido haciendo irregular a medida que el llanto y tristeza se formaba en mi cuerpo, provocando pequeños encogimientos en mi corazón y que por ello, Declan se acerque más hacia mí, rodeándome con sus brazos y meciéndome para calmarme.

—En primer lugar, ese no era tu profesor. Es decir, lo que realmente era aquella cosa es una especie de demonio pero con la perfecta combinación y formación de un humano, en este caso tu instructor. A estas criaturas se le llaman Nakryrias, una raza de diablos infernales concebidos y proclamados dioses de pervertir los deseos sexuales de los humanos, llevándolos a cometer sus mayores pecados y que por ello, estos demonios tengan más posibilidad de absorber y robar sus almas. Por eso aquel monstruo quería abusar de ti, invadió una parte de tu mente donde se guardan la mayoría de deseos lujuriosos y que al poder llegar a ellos, conozcan una parte desconocida de ti. En este caso tu profesor averiguó un secreto personal relacionado con su función y quiso afanártelo. —toda la información que no para de salir por la boca de Declan, provoca que en mi mente se vayan formando rompecabezas sin ningún tipo de respuestas y oír imposibles cosas que pueda llegar a creer que son ciertas.

—Entonces, si Sharman es una clase de demonio y su propósito era poder arrebatarme ese secreto que tengo oculto. ¿Qué eres tú Declan? ¿Cuál es tu propósito para intentar salvarme de él?

—Fácil pregunta, princesa. No quiero que sufra por algo que desconoce. La mayoría de personas como usted y como yo, somos adiestrados y enseñados desde pequeños la verdadera realidad de este mundo. No todo lo que vemos está repleto de felicidad ni colores vivos, todo eso es una fértil fachada para hacer creer a los humanos de que el mundo en el que viven, es una humanidad normal. Pero solo viven por el resto de sus vidas, engañándose a ellos mismos. Omitiendo el pequeño detalle de que algunos de los demonios que le dije anteriormente les envuelvan y les convierta en seres como nosotros, ya que en ese caso ya conocerían cierta parte de la verdad. —mientras va explicando y aclarando las dudas que me surgieron, se sienta a un lado de la espaciosa cama, hundiendo gran parte de ella y continuando sin parar sus respuestas sobre lo que pregunté.

—Pero sigues sin responder a lo que me intriga de verdad. ¿Qué es lo que eres tú? Sé que dijiste que eras un Darker, Rey del Imperio Oscuro y también que según tú, eras mi gran y temido enemigo, pero ¿por qué dices que eres así?. Si lo único que has hecho en todo este tiempo que me conoces es salvarme, secuestrarme o dejarme con más dudad que al principio. ¿Qué es lo que no me estás contando, Declan? — mi mirada lo observa fijamente, captando todos sus movimientos y como sus iris azules se levantan preocupados al formularle la última pregunta.

—Oh princesa, le conozco desde hace mucho tiempo, exactamente desde el primer minuto en el que usted llegó a este mundo. —estoy dispuesta a volver a preguntar pero esta vez Dec levanta su mano en forma de rechazo y continuó hablando— Y para responder a su otra duda, el verídico motivo por el cual le dije en su momento que soy su mayor enemigo era cuestión de saber si de verdad conocía algo de nuestra orbe, pero al ver que no entendía nada de lo que le decíamos, le dejé que se fuera y que intentara aclarar sus dudad, cosa que no hizo ni pienso que podrá hacer hasta que no encuentre a su hermano.

—¿Y cómo sabes tan bien que pertenezco a tu mundo? No tengo ni idea de donde puede estar Niall, no sé por qué huyó sin decirme nada, ¡no entiendo nada! No tienes pruebas para dar por hecho que soy una de ustedes, no tiene validez decirlo que demostrarlo. —intento levantarme de la cama, pero una leve punzada en la parte baja de la espalda detiene mi acción, haciéndome volverme para verla y averiguar que tengo una especie de vendaje alrededor de mi abdomen y que a través de él, se puede apreciar como un viscoso líquido verde se amontona en la gasa como si de sangre se tratase. —¿Qué es esto? ¿Qué me pasó aquí?

—Tenga cuidado, señorita. —me ayuda a volver a tumbarme en la suave cama y a retornar estar en las mismas posiciones que antes—Puedo ver que está muy interesada y preguntona sobre todo lo relacionado a este mundo , ¿no es así?.

—Solamente quiero saber la verdad para poder ayudar a mi hermano y poder seguir mi ritmo de vida de siempre, no pido nada más. —mi voz cada vez se va apagando y cerrándose por completo, acompañada por una expresión de molestia e inseguridad.

—Cuando sepa toda la verdad no podrá volver a seguir viviendo como siempre. —mi expresión cambia.

—¿Por qué?

—Porque después de todo es usted la siguiente heredera en descender en el trono.

—¿Qué trono? ¿De qué estás hablando? —mis ojos ven como saca de su bolillo derecho delantero una caja negra con el mismo símbolo rojo que pude ver en mi sueño y en la carta que nos mandaron a Niall y a mí.

Declan saca de ese cofre una brillante pulsera de plata, con dos símbolos diferentes y desconocidos para mí.

—Esto de aquí, Vanesa. Es lo que me asegura a mí que usted es perteneciente a este mundo y que será la siguiente en la descendencia de la corona.

____________________________________________________________________________________________

Hola hola!!!!

¿Qué tal el capítulo? ¿Está siendo de vuestro agrado la historia?

Besos y nos leemos pronto.

-hanessa.

Dark DreamsWhere stories live. Discover now