Hermanitos. (TERMINADA)

63: La medianoche.

A las doce Anavi me despierta, lo que me enoja un poco, ya que había conseguido dormir cómodamente en la pequeña tienda que teníamos. Sí, pensé que iba a ser un poco más cómodo, pero claramente me equivoque al respecto.  Me desperté con el cabello hecho un desastre, con mi barbilla llena de baba, y con mis ojos entrecerrados. Anavi se empezó a reír de mi.

- ¿Que quieren?- les pregunto, ahora Barb se ríe de mí.

- Queremos hacerle bromas a los chicos.- contesta Anavi.

- ¿Y me necesitan para eso?- les pregunto.

- Obviamente si. Y vamos a reclutar a otras personas.- ahora me responde Barb.

- Ah claro, me parece genial.

- Eso debería-- me responde Anavi.

Ellas sacan algunas linternas desechables que recuerdo que habíamos comprado en una de las tiendas a las que fuimos antes de venir a acampar. Salimos de la tienda y alumbramos como podemos sin molestar a nadie. Enseguida piso la tierra de la montaña, siento peligro y vértigo, me siento un poco mareada, pero luego con un poco de ayuda de mi dignidad, salto a la acción con mis chicas.

Vamos a la tienda de Mavi, Yoliana y Majo, allí las encontramos y las despertamos de un tirón de pies, ellas se asustan como nunca y ahogan un grito cada una. Lo que hace que nosotras tres, las que tenemos este mérito de asustar a los demás. O tal vez de reclutarlas.

- ¿Están locas o qué les pasa?- susurró Mavi. Anavi se ríe un poco y luego les dice.

- Tomen sus linternas y vamos a asustar a los varones.

- Okay, solo porque es asustar a los varones.- contesta Yoliana. Ella acepta y agarra su linterna desechable y se viene con nosotras, las demás vienen después de algunos minutos de tratar de convencerlas. 

Alumbramos con las linternas cada espacio del piso.

Nos sentamos en una de las tiendas y empezamos a idear un plan.

Al final decidimos que los asustariamos de diferentes maneras, la primera tienda en la que asustariamos serían las de Ocarelis, Sofía y Valeria. Decidimos que las asustariamos a ellas primero, como ya que son mujeres, se asustarían más y el susto se le pasaría con más tiempo.

Fuimos hasta su tienda y empezamos a hacer ruidos raros, empezamos a mover un poco su tienda también, de modo que se despertaran. Oímos que algo se movía dentro de la tienda y nos escondimos donde pudimos.

Ocarelis salió de la tienda y se asomo por los lados, pero como no vio a nadie, se metió disparada nuevamente a la tienda. Luego volvimos al ataque, cuando nos asomamos bien, viéndolas a través de la tela de la tiendas, movimos la tienda otra vez y las chicas se despertaron, o al menos eso pudimos ver.

Salieron de la tienda, y por suerte alguna, Yoliana tenía puesta una chaqueta granda con una capucha, toda la chaqueta era negra. Ella tambien agarro una rama, y todas nos escondimos, de modo que cuando vieran a Yoliana así, salieran corriendo, o qué sé yo.

Cuando las chicas salieron, enseguida vieron a Yoliana, ahogaron un grito y salieron corriendo, más allá de la montaña. 

Bajaron colina abajo, así que nos quedamos riéndonos hasta que ellas se dieron cuenta que éramos nosotras, se empezaron a reír y a insultarnos de la misma manera. Nosotras solo nos reíamos de ella.

- Pensamos que eras un asesino.- dice Ocarelis. Lo que hace que Yoliana se ría aún más y se tire al piso como foca epiléptica.

- La intención es asustar a los varones.- les digo.

- ¿Y para eso nos tienen que asustar a nosotras también?- pregunta Valeria, casi protestando.

- Eso solo era por diversión.

- Ah claro.- dice Sofía, sarcásticamente.

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Luego de aclarar lo que íbamos a hacer.

Nos dirigimos primero a la tienda en la que estaban durmiendo Diego, Cesar C. Y Mujica. Ya que son los más indefensos, luego, iremos con los más salvajes.

Desde este momento, me puse la chaqueta yo, ya que yo era una de las más altas, y por mi color de piel, no me vería mucho abajo de la capucha, y menos sobre todo por la noche.

Las chicas empezaron a mover la tienda, y hacer ruidos extraños de bosque, aunque parecía más beatboxing que sonidos del bosque. Eso, pasaba mientras yo estaba buscando colina abajo por si había una rama más larga que pareciera una escopeta.

Encontre una realmente buena y regrese a la escena del crimen.

Las chicas seguían moviendo la tienda hasta que escucharon la voz de Diego.

- Mierda.- fue lo que dijo. Al parecer empieza a despertar a Mujica y a Cesar C. Para alarmarlos, ya que piensan que un monstruo del lagones o algo así, los va a comer. Me rió de mi propia idea de susto para ellos.

Me mantengo preparada para cuando salen, con mi rama/escopeta entre mis manos, y cuando salen, acomodo mi capucha y me mantengo enfrente de ellos. Las chicas se esconden detrás de su tienda, y ellos se me quedan viendo, o eso logró ver.

- ¿Quien eres?- dice Diego, con algo de temblor en su voz. Yo sonrió, porque ellos no me logran ver la cara muy bien. Trato de poner mi voz un poco ronca y grave.

- Te doy miedo ¿Cierto? Porque más vale que lo haga.- le digo, y la verdad es que mi voz sale más ronca de lo que quería.

- La verdad es que eres una chica, solo una chica, en medio del bosque.- dice Mujica. Y en cuanto el lo dice, agarró su brazo y lo pongo atrás de su espalda,  provocando dolor.- Agh.- gruñe el. Hasta que lo suelto y me destapo la cara.

- ¡MIERDA DALIA! ¿QUE HACES DESPIERTA A ESTA HORA?- Me pregunta César C. Lo que me da risa y las demás chicas salen.

Todas nos reímos de ellos.

- ¿Y si nos daba un infarto y nos moríamos?- pregunta Diego.

- Ni si quiera estabas asustado.- le digo.

- Su pantalón dice lo contrario.- dice Ocarelis, apuntando su entrepierna, la cual estaba húmeda, demasiado húmeda.

Todas nos reímos y luego ideamos otro plan mucho peor para los otros chicos. GUAJAJAJAJAJAJA.

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