56: Mas bien mala influencia.

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Cuando Jenna salio de hacerse el tatuaje, ella llevaba un plástico colgando de su muñeca, y su brazo se veía inmóvil, como si ella fuera incapaz de moverlo.

- ¿Ya nos podemos ir?- le pregunto.

- Si- contesta ella, y no logro ver bien su cara cuando estamos en la puerta de salida. Su cara esta mojada, y no estoy segura si es sudor o lagrimas por el dolor que recibió en el proceso del tatuaje.

- ¿Estas bien?- le pregunto, mi tono suena mas preocupado de lo que debería.

- Si, solo necesito algo de azúcar. El dolor es insoportable cuando te tatúan en la muñeca.

- Eso supongo. ¿Puedo verlo?- le pregunto.

- No, cuando me pueda quitar el papel, te lo mostrare. Ahora no quiero que nada haga contacto con mi muñeca.

- Esta bien.- digo.- ¿Me puedes decir a donde vamos ahora?

- A donde sea que haya una farmacia. O lo que sea.- dice ella, aun sin mover su brazo.

Caminamos derecho en la calle hasta que un autobús paso enfrente de nosotras y ella dijo que entráramos. Nos sentamos en el primer asiento atrás del chófer. Eran cerca de las cinco, mas o menos. Y este plan cada vez se hacia mas oscuro y enfermizo. El cielo oscurece mas rápidamente por esta parte de la ciudad.

El el autobús, una vieja canción de rock sonaba, no sabia realmente cual era, pero se me hacia conocida. Aun así con mi chaqueta puesta, sentía algo de frió, no sabia realmente que era, no sabia si era la sensación de hacer algo malo que me hacia poner nerviosa, y eso hacia que sintiera frió, o tal vez era el ambiente.

Jenna dijo que nos bajáramos justo en el momento en que mis pensamientos estaban influyendo mas en mi mente. Nos bajamos y efectivamente había una farmacia delante de nosotras. Cruzamos la calle de nuevo y entramos a la Farmacia vacía.

- ¿Y que exactamente vamos a comprar aquí?- le pregunto.

- Mentas.

- ¿Solo eso?

- Si, y luego caminaremos un poco mas allá para probar algo.

No se a que se refería ella, pero estoy arrojando mi confianza. Así que espero que todo salga bien, tanto como para mi, como para ella. Jenna pidió una cajita de mentas en el mostrador y la mujer le dio unas Altoids, y tenia mucho tiempo sin ver esa cajita clásica y preciosa. Jenna pago y salimos de la Farmacia. Ella me ofreció una y la tome, la metí en mi boca, y pude sentir el sabor rico y alarmante en mi boca.

Caminamos hasta que nos encontramos con un hombre que vendía cigarrillos, yo pensé que Jenna no se detendría, pero lo hizo, y compro un paquete de cigarrillos, y todo se veía mal ante mis ojos. Nada se relacionaba con la palabra "Sano" para mi.

Caminamos y seguimos caminando, y por primera vez en toda la tarde me sentía en el medio de la nada, tratando de entender lo malo que es todo esto. Nos encontramos en un callejón sin salida, con una funeraria al final de ella, nos sentamos en la cera delante de la misma y Jenna saco un cigarrillo y los encendió.

- ¿Tus padre saben que fumas?- le pregunto.

- No. Igual, no les importaría. Siempre están preocupados por sus cosas y demás, pocas veces se preocupan por Matt y por mi.- me contesta ella.

Ella toma el cigarrillo entre sus dos dedos de su mano derecha, la mira mientras lo inhala y luego escupe el humo con paciencia, lentamente, como si fuera algo que disfrutara hacer.

- ¿Matt nunca te contó que el considero irse de casa cuando tenia quince?- dice Jenna, y la pregunta me llega de sorpresa. Yo niego con la cabeza.- Pues si, el era un desastre, mi padre era alcohólico, y ciertas veces lo golpeaba, fue bastante oscura esa época. Hasta que entro a AA y recapacito, por arte de magia. Igual, no creo esas estupideces, aun creo que mi padre sigue tomando a escondidas. No le creería si me dice que de verdad ya no toma.

- ¿Y tu quieres ser como el?- le pregunto, ella pone una mueca extraña y difícil de definir.

- Si, claro. Es hermoso tener una vida de mierda y despertar con resaca todos los malditos días. Eso es una gran vida.- dice ella, fumando de nuevo.

- Pues eso parece. Todo esto de una vida oscura te llama la atención. ¿Cierto?

- No.

- ¿Y porque rayos venimos aquí, a sentarnos en frente de una funeraria, a comer mentas y fumar cigarrillos? ¿Por que tengo que venir aquí y verte destrozarte pedazo por pedazo, mientras fumas sin parar?- casi le grito.- Tienes 16 años, y no estas disfrutando la vida.- digo.

- Porque nadie me deja. Mis padres son una mierda, mi hermano solo quiere verte a ti, y es raro cuando quiere verme a mi. Mis amigas no están conmigo, son solo unas malditas e hipócritas.- grita ella, dejando el mal aliento del cigarrillo en mi nariz.

- ¿No quieres irte de aquí?- le pregunto.

- Si, por favor.- dice Jenna.

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Cuando llegue a mi habitación, me sentí como en otro mundo. No había nada en la habitación, así que pensé que habían salido sin mi, no me importaba demasiado, estoy muy destrozada. Todo lo que camine hoy, todo el sonido que soporte, todas las cosas raras que vi hoy departe de Jenna, fueron en vano.

Me duche con agua tibia y luego me acosté en la cama, viendo el techo, sin pensar en nada. Hasta que los chicos llegaron y Barb y Anavi se acostaron a mi lado.

- ¿Donde estaban?- le pregunto a Anavi.

- Comiendo en el restaurante principal.- me responde.- ¿Y tu donde estabas?- agrega.

- Es una larga, muy larga historia. Al parecer Jenna, la hermana de Matt, es una chica DARK que se hizo un tatuaje en mi compañía y se fumo un cigarrillo en mi cara.

- Eso es demasiado.

- Si, parece que Cole Sprouse dirigiera su vida.- agrego, y Barb se ríe un poco por mi comentario.

- No puedo creer que aguantaras todo eso.- dice Anavi.

- Pues lo hice.

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Hermanitos. (TERMINADA)Where stories live. Discover now