Alexa.
Desperté con la sensación de no haber dormido nada, me sentía muy cansada y los recuerdos comenzaron hacer de la suyas. Me levanté con lágrimas que ni me había dado cuenta el momento que salieron, llegue al baño hice mis necesidades y me duche ya lista me agarre el cabello en una cola y salí.
Llegue al comedor donde ya estaba papá y mis hermanos desayunando, tomé asiento al lado de Alexander.
-Buenos días.- Dije y me dispuse a comer un poco de frutas de las que tenía en mi plato.
El desayuno concluyó en silencio, luego todos nos dirigimos al auto que nos llevaría al cementerio para darle el último adiós a mamá.
Cuando llegamos papá se acercó y me rodeo con su brazo para así entrar, estaban todos nuestros familiares y amigos, algunos se acercaron a dar las condolencias, yo solo quería que todo terminará rápido no aguantaba estar allí, quería encerrarme a llorar sola lejos de todos. Todos estaban vestidos de negro menos yo, cuando mamá todavía estaba viva tuvimos una conversación sobre ello todavía lo recuerdo como si fuera ayer.~Inicio de Flashblack~
Estábamos sentadas en césped del patio hablábamos de cosas triviales, cuando ella salió hablando distinto:
-Pequeña.
-Sí mami.
-Quiero que me prometas algo.
-Claro Ma' lo que tú quieras.
-Hija el día en que yo muera tú no irás vestida de negro como todos, tú debes ir vestida de blanco.
-¿Por qué mamá?
-Porque tu eres mi ángel, eres mi luz, mi pedacito de cielo y eres eso blanco que le hace diferencia a mi oscuridad.
-Ayyy Ma' pero para eso falta muchooooo todavía, pero si eso te hace feliz así será.- Me acerque a ella y le di un gran beso y le susurré un te amo mamita mientras ella besaba mi cabeza.
~Fin de Flashblack~
Por eso hoy en el último día que su cuerpo iba a estar presente cumplí la promesa, mientras yo estaba sumergida en mis pensamientos llamaron a alguien de la familia para que diera unas cuantas palabras en su honor, el tío Viktor fue quien se levantó.
-Mi hermana Lucely gran mujer, madre, esposa, hermana, hija, amiga y muchos calificativos más que ella se merece. Ella siempre estuvo para los demás incluso encima de su felicidad, encima de su salud porque ella era una persona llena de luz, la cual iluminaba a todo el que se le acercaba, ella transmitía paz, y hasta en su último momento pensó en los demás antes que en ella misma, me dijo que les dijera que no estén tristes ya que ella se encuentra en un lugar mejor donde podrá descansar y que desde allá nos cuidara, les agradezco a las personas aquí presentes por acompañarnos en este momento de dolor.
Eso fue todo lo que el tío dijo, y luego comenzaron a bajar su ataúd, las personas que se encontraban comenzaron a tirar flores, hasta que llegó mi turno de hacerlo, llevaba conmigo una de sus flores favoritas: un tulipán.
-Mamita ¿Por qué?.... No sabes que ya nada será igual, ya nada sirve si tu no estas, en solo un día ya me haces falta. Cumplí con la promesa y aquí estoy vestida de blanco pero mi alma está oscura, se fue la luz que la iluminaba y como tú me dijiste en algún momento que yo era la luz de tu oscuridad así mismo eras tú para mí ¿Y ahora quién será esa luz mamá?.... Ya no tendré luz solo oscuridad, te amo. - Le di un beso a la flor entre lágrimas y la arroje a su caja, sentí que alguien me levantaba del suelo en el que estaba arrodillada llorando, y me abrazaba, no sabía quién era hasta que sentí su aroma y supe que era Alexander.
ESTÁS LEYENDO
Tu Mirada En Mi.
JugendliteraturCuando se muda de ciudad Alexa se encontrará con gente que con el tiempo los podría considerar amigos. También se encontrará con un sin números de emociones nuevas, sabiendo que todo esto sería una aventura decide jugar todo o nada con su vida.