SÁBADO;23:59 A DOMINGO.
00:45.
Domingo a la madrugada y una de las mejores fiestas hechas hasta la fecha de éste año. El Instituto de Jimin organizó una jerga como "bienvenida" al nuevo año estudiantil, y no sólo eso, sino que la mayoría de presentes ahí era de clase alta, una fiesta de chicos caprichosos con lujos y cero restricciones.
Park Jimin no era tan popular, según él, pero la comunidad de alumnos pensaba otra cosa, además, el chico no era pasado desapercibido, total tenía todos los puntos a favor para ser catalogado como un chico popular. Era atractivo, muy guapo, notas al margen, físico envidiable por muchos y atraído por otros, y poseía esa personalidad que haría que cualquiera pueda quedar encantado o asqueado con tal solo hablar unos minutos con él.
El transcurso de la madrugada fue lenta, llena de gente con alcohol hasta en las venas, el olor a cigarrillo o cigarrillos electrónicos y quizá alguna que otra sustancia.
El rubio estaba jugando el típico juego de los vasos dónde hay que embocar la pelota, en escala del 1 al 10, Park Jimin obtenia un 5 de ebriedad. No estaba solo, no, él siempre salía a fiestas con sus amigos, al menos con uno, y ésta vez no era la excepción. Todo el Instituto estaba presente, por ende, Jimin conocía a todos, y todos conocían a Jimin.
—Jiminie, te toca —carcajeó el chico pelinegro. El nombrado se acercó, tomó su lugar para agarrar una pelotita y tratar de que caiga en los vasos, lo cual, no lo logró. —No importa, Jiminie, toma —le dio una botella de vodka que estaba por la mita— ¡Fondo, fondo, fondo!—alentaba el contrario, sumándose varias voces tanto masculinas como femeninas al coro, el rubio sin pensarlo dos veces, llevó el pico de la botella a sus labios y empinó el cristal.
Esto se va a descontrolar...
El lugar era un barrio privado, bastante elegante y muy caro, normalmente solía haber gente mayor, quienes ni por su cadáver enterrado en montones de dinero dejarían que hubiera una fiesta de ese tipo. Pero eran comienzos de clases, la gente que vivía en las residencias privadas no se encontraban presentes por su importante trabajo, o otros seguían de vacaciones.
En la residencia donde todo se estaba poniendo más alegre de lo usual, Jimin estaba ebrio junto a su mejor amigo y grupo, sin embargo, era una de las mejores "bienvenidas" a clases, ya que ahora la mayor parte de alumnos eran mayores de edad, al igual que Park Jimin.
El lugar era demasiado grande y espacioso, tanto afuera como adentro, contaba con una gran sala de estar, que ahora era una pista bailable, la cocina que se convirtió en el nuevo "Alcohólicos Anónimos", más de tres baños, por cierto, ocupados por quien sabe quien o quienes, más de 4 habitaciones, que seguramente habría personas follando sin protección, un hermoso patio trasero con una piscina donde estaban las chicas más deseables del Instituto y los chicos más envidiables también, y el patio delantero junto al garage, que a su vez estaba ocupado con más gente haciendo de las suyas, un total caos.
El rubio sonriente no dejaba la bebida a un lado, tampoco tenía intenciones de hacerlo.
El dueño de la casa llegó y se paró arriba de las grandes escaleras que estaban en el lugar para que puedan apreciarlo.
—¡Hoy nadie se va a dormir temprano! —gritaba a más no poder para alentar a la multitud, logrando que ésta gritara ante lo dicho.
La gente se alborotaba bailando en cualquier lugar, para ser la primera fiesta oficial de regreso de las vacaciones, estaba fenomenal.
Notó que su amigo estaba muy cariñoso con otra persona; un chico. No los iba a interrumpir, pero tampoco quería pasar la noche solo, si el acuerdo de ellos dos era venir y pasarla bien juntos, pero ahora Jin la pasaba bien con un desconocido.
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WEEKS | YOONMIN
FanfictionDonde Jimin no quiere aceptar que le tiene un crush [o algo más] a un "maldito" rapero.