El sombrero seleccionador
Al día siguiente Rowen despertó en el cómodo futón que había sido colocado en el despacho de la profesora McGonagall, que se encontraba en el primer piso.
Se tallo los ojos y miro alrededor suyo aun mas dormida que despierta, debido a esto le tomo unos segundos darse cuenta de donde se encontraba y asegurarse de que todo no había sido un sueño; era real, se encontraba en Hogwarts.
La profesora McGonagall llego unos minutos después de que ella despertara, y la animo para que fuera a darse un baño.
Debido a que aún no había pasado la selección la profesora la guio entre una infinidad de pasillos y escaleras hasta llegar al quinto piso. Llegaron frente a la estatua de un mago con pinta de andar perdido, con los guantes colocados al revés, el derecho en la mano izquierda y viceversa. McGonagall le hecho una mirada sobre el hombro a Rowen antes de acercarse a la puerta y susurrarle:
-Esencia de vainilla.
La puerta chirrió al abrirse y ambas, mujer como niña, entraron por ella.
-Este es el baño de los prefectos, es un lugar muy prestigioso y muy pocos lo conocen, así que agradecería que no divulgaras sobre él. -dijo McGonagall-Puedes tomar un baño, te aseguro que encontraras todo lo que necesites aquí, una vez que termines ve a las cocinas, ahí los elfos estarán encantados de atenderte, si te pierdes en el camino pregúntale a un fantasma, de preferencia a uno Hufflepuff, son muy amables y siempre están dispuestos a ayudar. Me retiro. -dijo y salió del lugar cerrando con seguro la puerta.
Una vez sin la profesora en el lugar Rowen giro sobre si misma, en aquel momento pensó que no sabia como se lograba ser prefecto, pero ella quería serlo si podía utilizar ese baño.
El lugar estaba suavemente iluminado por una espléndida araña llena de velas, y todo era de mármol blanco, incluyendo lo que parecía una piscina vacía de forma rectangular, en el centro de la habitación. Por los bordes de la piscina había unos cien grifos de oro, cada uno de los cuales tenía en la llave una joya de diferente color. Había asimismo un trampolín, y de las ventanas colgaban largas cortinas de lino blanco. En un rincón vio un montón de toallas y batas blancas muy mullidas, y en la pared un único cuadro con marco dorado que representaba una sirena rubia profundamente dormida sobre una roca; el largo pelo, que le caía sobre el rostro, se agitaba cada vez que resoplaba.
En una esquina del lugar vio una mesa de mármol llena de productos para el baño de diversos tipos, como jabón, aceite de baño, polvos para baño, sales de baño, shampoo, espray para el cabello, y acondicionador.
Rowen avanzo en esa dirección, aun admirando todo. Tomo lo necesario para tomar su baño y regreso al borde de lo que parecía una piscina.
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Rowen Lynch and the Philosopher's Stone
FanficAun sin haber nacido Rowen fue rechazada por la familia de su padre. Cuando apenas tenía un año sus padres murieron y ella fue maldecida. Cuando tenía tres cosas extrañas empezaron a suceder a su alrededor. A los ocho hizo volar contra una pared a u...