Capitulo 6º Fantasia o realidad

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No quería volver de ninguna de las maneras, por primera vez

sentía una paz tan inmensa, que no podía imaginar un lugar mejor

que aquel, no sabia muy bien donde se encontraba, pero no

estaba dispuesto a escuchar las demandas de aquella voz, que

había comenzado a repetirle una y otra vez que volviera al mundo

de los vivos, de pronto la voz cambio de mensaje, y comenzó a

repetir sin cesar un nombre "Barbara...Barbara...", escuchar aquel

nombre si le llego a lo mas recóndito de su alma, removiendo sus

entrañas, un mezcla de dolor y rabia recorrió su ser y entonces,

solo entonces, comprendió que debía volver, Alex abrió los ojos,

la luz le cegaba y no era capaz de fijar la vista, solo percibía

luces y sombras, poco a poco las pupilas de Alex se fueron

adaptando al entorno, miro a su alrededor, estaba en lo que

parecía una habitación de hospital, a su derecha, junto a la cama

en la que yacía, sobre un sillón negro estaba el bolso de Isabel, lo

reconoció al instante, el mismo se lo había regalado las

navidades pasadas, pero...¿Que hacia ella allí?, ¿Quien la había

avisado?, se preguntaba Alex, intento incorporarse pero las

fuerzas no le respondían, de repente se oyó el ruido de una

cisterna y la puerta del baño se abrió

- ¡Dios mio!...no puede ser...pero si...el doctor dijo – Isabel estaba

completamente sorprendida, luego esbozo la mejor de sus

sonrisas – Que bien que hayas despertado cariño – Dijo mientras

llegaba junto a la cama y se inclinaba para besar a su esposo.

Alex no pudo evitar el beso, pero, si le dio tiempo a girar la cara,

el beso fue a parar a la mejilla.

- ¿Que haces aquí Isabel? - Pregunto tajante.

- Tuviste un accidente de trafico...¿No lo recuerdas?

- Claro que lo recuerdo...aun así, tu no deberías estar aquí,

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¡Lárgate! - En los ojos de Alex se podía percibir el odio que sentía

hacia aquella mujer.

- ¿Porque me tratas así? soy tu esposa, debo estar junto a ti – Dijo

sin comprender nada.

- Junto a mi...que risa, no tienes vergüenza, lo que tienes que hacer

es correr junto a tu amante – La cólera se apoderaba de Alex por

momentos.

Isabel comenzó a llorar, tomo su bolso y salio de la habitación,

primero aviso a las enfermeras de la vuelta a la conciencia de su

marido y luego se sentó sola en la sala de espera, parecía

verdaderamente afectada.

Dos enfermeras entraron en la habitación, saludaron a Alex como si

EL SECRETO DE LOS GUARDESESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora