Capítulo 10

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—Últimamente has estado pasando mucho tiempo con Dante

Al escuchar esa voz mi espalda se tensa por completo. Maldita sea, ¿es que no tiene otra cosa que hacer?

—¿Puedes dejar de lado las preguntas y el agotar mi tiempo en cosas innecesarias? —Me di la vuelta quedando cara a cara.

—Pues no —Niega comenzando acercarse con sus brazos cruzados.

Ha pasado mi puerta, está invadiendo mi territorio, gruñí levemente.

—Vaya la gatita tiene garras —Espeta agriamente.

—Es mi espacio personal, yo no invado el tuyo así como así —Me levanté de la silla dejando de lado el cepillo de cabello.

—Eso a mí me vale mil hectáreas de verga, lindura —Su ceño se frunce haciendo que las puntas de sus cejas se junten en medio.

Mi mandíbula se apretó.

—Que salgas de aquí, no conseguirás nada

—Oh claro que tendré a algo... Mejor dicho alguien —Me guiña su ojo derecho.

—Amor, deja de lado ese juego, Dante no te mira ni por si acaso

Ahora es ella quien tensa su mandíbula.

Sonreí victoriosa.

—¿Quieres que te lo repita? —Mi ceja derecha se alzó dejando a la vista una sonrisa juguetona— Yo soy quien recibe sus visitas todos los días, cielo.

—Te arrepentirás de haber conseguido éste trabajo, Michelle. En serio lo harás y dentro de poco —Ríe dándose la vuelta para salir de la habitación.

Esa risa era diferente, demostraba malicia y eso hizo que mi piel se erizara por completo, ¿qué tramaba ahora?, caminé hundida en mis pensamientos hasta el sofá, me dejé caer mirando a la nada.

—Alguien ya está esperándo... —No termina la palabra para pronunciar otra frase— ¿Qué sucede, Mich? —Demuestra preocupación en su tono de voz.

Alcé mi vista sonriendo afligida.

—Anda amiga, sabes que puedes contarme

Era lindo poder tener a una verdadera amiga después de mucho tiempo, en éste mes y medio que ha pasado Sam se ha vuelto una muy buena amiga mía, conversábamos constantemente, habíamos intercambiado números de celular, incluso hemos visitado el apartamento de cada una y había algo más importante. 

Ella me protegía de éste mundo, que podía ser realmente inesperado a veces.

—Melannie —Dije— Creo que me amenazó —Reí leve bajando la mirada a mis manos— Y debo decir que me intimidó bastante, Sam.

—Oh vaya —Se sentó rápidamente a mi lado— ¿Qué es lo que salió de su gran bocota el día de hoy? —Puso una de sus manos sobre la mía para acariciarla.

—Me dijo que me arrepentiría de haber conseguido este trabajo —Fruncí mi ceño— Esa loca está obsesionada con Dante, joder —Alcé mi voz.

—Shh, tranquila —Ríe levemente.

¿De qué se reía ésta ahora?

—¿De qué te ríes, maldita? —Reí levemente— No es divertido que amenacen a una de tus amigas.

—Sientes celos —Carcajeó apoyando su espalda sobre el respaldo del sofá.

—¿Y eso que tiene que ver?, los celos no me matarán, ella de seguro sí —Hice un puchero.

—¡Basta! —Hace una mueca de horror— Nada de eso pasará —Niega— Me tienes a mí y a Dante para protegerte.

—¿Y qué si un día no puede venir a verme? —Pregunté preocupada— Le dará el pase a alguien más para que pueda tenerme.

—Tú calla que desde que vino hace tres semanas sigue al pie de la letra su promesa —Sonríe— Son unos imbéciles a no aceptar lo que sienten —Se encoge de hombros.

Y yo me sonrojé. Sí, hemos vividos semanas demasiado buenas, pero manteniendo el límite, cada vez que sus labios se acercaban hacia los míos existía una tonta necesidad de apartarme y no poder concretar lo que tanto he soñado hace dos días atrás.

—¡En verdad te gusta! —Chilla emocionada— Ay santa María purísima

—Que te calles —Reía— Puede que sí, mierda es que no lo sé —Chillé divertida.

Íbamos a seguir platicando animadamente, pero dos sonidos de gargantas diferentes hicierom sobresaltarnos.

Ahí se encontraba Amaro junto a Dante; los miramos y sonreímos.

—Nos tienen como unos imbéciles esperando en la recepción —Alza su ceja derecha.

—Oh vaya cariño —Se levanta y camina hasta él— ¿Recién te das cuenta de que eres un completo imbécil?

Su voz era tierna, sabía muy bien la historia que tenían Sam y Amaro. Se me hacía bastante tierno.

¿Por qué ese maldito aún no la sacaba de aquí?

—¿Qué piensas, hermosa? —Su característica voz y un peso al lado mío hizo que saliera a la realidad.

—Nada, nada —Sonreí acercando mis labios a su mejilla para besarla con ternura— ¿Qué tal tú día en la empresa?

—Pues bien, todo de maravilla... Aunque como te podrás imaginar estamos próximos a la navidad, entonces todo es algo más agotador —Toma mi mano acariciándola.

—Me gusta la navidad —Solté de la nada— Todos son felices —Me encogí de hombros.

—Es un aire completamente distinto, sí —Me da la razón, se echa en el sofá y me lleva con él haciendo que mi cabeza quedara sobre su hombro.

Me gustaba estar así.

—Aunque tengo un deseo que cumplir antes de que llegue.

Eso me dejó completamente intrigada y sabía muy bien que lo había dicho para que yo soltara un...

—¿Qué cosa? —Pregunté sonriente sin imaginarme lo que estaba próximo a escuchar.

—Besar la calidez de tus labios, Michelle —Agachó su cabeza para poder tomar mi mentón, lo alzó para que quedáramos a pocos centímetros de distancia.

Lamí mi labio inferior sintiendo mi corazón golpear rápidamente mi pecho.

¿Había escuchado bien?

Adelante —Respondí.

NOTA AUTORA:

Chicxs muchaaas gracias por el apoyo que está temiendo a la historia. Gracias por los votos y comentarios eso me hace feliz. Si tienen preguntas ¡no duden en dejarlas en los comentarios!

Nuestros protagonistas se besaraaaán 😱

Y prepárense que el drama se acerca, ¿se imaginan que puede ser?, dejen sus predicciones ;)

Besos, Abby.

¿Quién lo diría?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora