Almas gemelas

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—¡JIMIN!—Kim grito de inmediato al sentir como su amigo contestaba el teléfono.

—Mierda, no grites, ¿Que quieres?—Jimin hablo suave y Taehyung suspiro al escuchar la voz quebrada de su hyung, había llorado de nuevo.

—Ven al café de inmediato, tienes cinco minutos, mueve ese gran culo que tienes ahora, es importante—Taehyung colgó y entro de nuevo a su negocio, yendo rumbo a la cocina rápidamente.

—¡ORDEN CINCO LISTA!—El chef grito, taladrando los tímpanos de Kim el cual rodó los ojos y tomó los platos, saliendo de la cocina y caminando rumbo a la mesa.

—Aquí tienen sus órdenes, familia estrella—Kim sonrió al ver como Minho lo miraba y abría sus ojos exageradamente.

—¡TÍO TAEEEEE!—El pequeño bajó de la mesa y salto hacia el mayor el cual río cargándolo y abrazándolo fuerte.

Jungkook sonreía de lado, fingiendo estar sorprendido aunque en su interior saltaba en un pie porque sabía que Park no debería tardar en venir.

—Hola pequeño demonio, ¿Como te escapaste de Tasmania?—Kim río agitando el cabello del menor y este sonrió feliz.

—¡No soy el demonio de Tasmania tío!, ¡Era un bebe!—El menor inflo sus mejillas sonrojado por la rabia, y Kim beso su frente bajándolo.

—Esta bien, lo que digas—Taehyung sonrió y ayudo al pequeño a sentarse de nuevo.

—Hola, Jeon—El castaño estrechó la mano con el pelinegro, el cual se levantó acomodando su ropa.

—Hola Kim, cuanto tiempo—Jungkook le sonrió inocente a su hyung.

—Sigues sin cambiar, ¿Algún día me llamarás hyung?—Kim rodó los ojos metiendo las manos en sus bolsillos.

—Nop, sigue esperando—Jungkook pasó la mano por su cabello, despeinando este.

—Eres un caso imposible, almuercen tranquilos que va por cuenta de la casa, como disculpa—Kim susurró lo último al ver la pequeña chispa de odio en los ojos de Jeon.

—¿Como se dice Minho?

—¡Gracias tío Tae!—Minho sonrió brillantemente y comenzó a comer feliz.

—Por cierto Minho, GD vendrá para acá

—¡¿Que?!—Taehyung no pudo evitar reir al escuchar el grito del niño.

—Lo conocí hace un tiempo cuando abrí este lugar, poco a poco se hizo mi amigo y cliente habitual

—¡Tío, presentamelo!—Minho hablo con sus ojos brillando llenos de admiración.

—Voy a llamarlo a ver si tiene tiempo para que venga

¿En serio hyung?—El pequeño pelinegro lo miro, totalmente en shock.

—Si, estaré en el mostrador, cuando llegue te llamare para que lo conozcas pero por ahora almuerza.

—¡Bueno, gracias gracias gracias!—Minho se levantó haciendo una reverencia, y Tae río, alborotando su cabello.

—De nada, pequeño Tasmania—Kim dio vuelta en sus pies comenzando a caminar al mostrador, pero el llamado de Jungkook lo detuvo.

—Kim—Taehyung no volteó a verlo, pero asintió dándole a entender que lo escuchaba—Estas perdonado, y la comida es deliciosa, gracias—Taehyung sonrió sin voltear.

—No es nada Jeon, pero créeme, se que te costo mucho soltar ese cumplido así que no estas obligado a decirlos, te conozco mucho—Kim siguió su camino, y salió del restaurante, viendo a Jimin salir de su edificio y caminar hasta el.

—¿Que quieres?, no planeaba salir de la cama hoy—Park bostezó una vez estuvo frente a el, y Kim sintió su corazón romperse al verlo.

Tenía grandes ojeras, sus mejillas estaban rojas y sus ojos irritados, sus uñas estaban llenas de pintura y sangre, y en sus manos marcas de uñas reposaban, dando a ver como las había aruñado la noche anterior.

—Jungkook esta ahí dentro con Minho—Taehyung hablo serio, viendo la imagen destruida del que alguna vez fue su fuerte y terco amigo.

—Ok... Espera, ¿Que?—Jimin abrió sus ojos, viendo a Taehyung en shock.

—Lo que oíste, entrarás, irás a la cocina a arreglarte un poco y irás como si nada a hablar con el, ¿Ok?–Taehyung sacó su teléfono.

—¿Para que?, está con Jeongmin Tae, ya lo perdí y de nada vale luchar a estas alturas—Jimin rasco sus ojos, bostezando como un pequeño gatito.

—Cállate y ve a arreglarte, no lo repetiré una vez mas—Taehyung hablo totalmente serio y Jimin bufó entrando y yendo directamente a la cocina.

—Hola Jiminnie—Harry le sonrió efusivo como siempre, tomando unos platos.

—Hola H, ¿Como estas?—Jimin sonrió viendo al ojiverde tomar cuatro platos y ponerlos en sus brazos sin problema alguno.

—Bien, como todo hombre recién casado—Harry río y salió de la cocina, dispuesto a seguir trabajando.

—Como todo hombre casado...—Jimin sonrió sin ganas, pero respiró hondo y fue a la oficina de Tae, entrando a esta y yendo al baño dispuesto a lavarse la cara y las manos.

A Jimin no le gustaba el darse falsas esperanzas con respecto a Jungkook, simplemente sabía que ya lo suyo con el murió hace mucho, que fue su culpa que hace cinco años todo se acabara, tanto su relación como su amistad con los demás, sabe que es su culpa el hecho de que hoy Tae tuviera que dividir su tiempo para ver a los chicos y verlo a el, sabe que es su culpa el hecho de que su casi hijo viviera creyendo cosas falsas todo estos años, sabe que todo es su culpa y nadie le haría creer lo contrario.

Simplemente estaba jodido y tiene eso en claro cada día que se levanta a seguir una vida estúpida y sin sentido.

Sin embargo, por más que sabe que esta jodido tiene que seguir, tiene que seguir por ese pequeño niño pelinegro el cual comía con emoción justo ahora, tiene que seguir por el y sólo por el.

Que idiota, ¿No?, el día que planeaba acabar con su vida de una vez por todas se entera de que es el nuevo profesor de su pequeño angelito, maldito destino tan idiota.

—Jodida mierda—Jimin rodó sus ojos, entrando al pequeño baño y yendo directo al lavamanos, abriendo este y lavando su cara la cual tenía rastros de pintura y lágrimas aún, para luego lavar con cuidado sus manos limpiando sus heridas y sacando los restos de pintura y sangre que se ocultaban bajo sus uñas.

—¿Mejor?—Cuando Park salió del baño, encontró a Kim esperándolo sentado en su escritorio.

—Si, ¿Aunque puedo comer algo?, no desayune—Jimin se sonrojó al sentir su estómago gruñir, después de tanto tiempo quería comer mucho, hasta sentir que ya no puede más.

—Claro, quédate acá, te traeré algo y luego bajamos—Taehyung salió de su oficina, y Jimin suspiro yendo a la ventana viendo con una pequeña sonrisa como los Jeon comían entre risas.

Los dos amores de su vida eran felices y eso bastaba para Jimin, aunque el estuviera totalmente roto.

Pero si dos almas gemelas se separan ambas estarían rotas de por vida, cosa que Jimin no sabía.

To build a home (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora