Sombras.

III - ¿Sueño o realidad?

Eran las 21:37 p.m, estaba acostado, tranquilo, no hacía otra cosa que mirar el techo.
Estaba sólo en casa. Reinaba el silencio.
De repente, en la cocina, un vaso de vidrio cae al suelo, haciendo un estridente ruido, que toma lugar en toda la casa.
Me levanto sobresaltado y me dirijo a la puerta, abriéndola de golpe. La casa esta a oscuras, pero escaleras abajo, puedo ver que la única luz encendida, es la de la cocina.
El pasillo se me vuelve interminable, siento los labios secos, y la respiración cortada, no sé que es lo que encontraré abajo, no quiero admitirlo pero sí, tengo miedo.
Cuando finalmente llegué a la escalera, sentía que habían pasado horas. Me costó mucho bajar las escaleras, ya que estas crujían muchísimo bajo mi peso.
Sentía calor, mucho calor. Las gotas de sudor se hicieron presentes en mi frente.
Estaba asustado.
Cuando estoy por llegar al final de la escalera, puedo vislumbrar una sombra humanoide. Quedé atónito, no sabía a que estaba por enfrentarme.
Cuando voy a encender la luz, despierto.
No entiendo nada, fue todo tan real.
Mi teléfono empieza a vibrar. Lo tomo y miro el remitente.
Tomm:3
-¿Hola? -digo refregandome los ojos.
-Hi.
-¿Qué pasó?
-Nada, que, ¿ahora no puedo llamarte?
-Obvio que si -digo revoleando los ojos- ¿No es temprano? Recien me levanto.
-Son las dos de la tarde bruto.
-Eso pensas vos -digo riendo.
-Che, pedí permiso para ir a tu casa la semana que viene.
-¿Y? ¿Que onda?
-¡Dijeron que sí!
Agradezco muchísimo que no haya gritado como lo hizo Mica, me había dejado sordo.
-Genial.
-Che bro, te dejo, tengo que estudiar.
-Dale anda, después hablamos.
-Cuidate.
Y tras decir esto, la llamada se cortó.
Me levanté y me puse un pantalón corto y una musculosa y fui al baño. Cuando atravesé la puerta, un escalofrío recorrió mi espalda.
No estaba solo.
-¡¿Mamá?! -grité.
No hubo respuesta. Que raro, nunca me quedaba solo a esta hora.
Bajé la escalera de dos en dos y cuando llegue a la cocina, en el suelo, había un vaso de vidrio roto.